Ecuador vive otra época y sus prioridades han cambiado. A diferencia del pasado, cuando se creía en la cooperación extranjera como una fuente de recursos, ahora se plantea como una oportunidad para el intercambio de experiencias, más aún si están relacionadas con ciencia y tecnología, precisa la titular de la Secretaría Técnica de Cooperación Internacional (Seteci), Gabriela Rosero, quien destaca, por ejemplo, que luego de 50 años Ecuador renegociará el aporte que recibe de Estados Unidos bajo esos lineamientos.
Hace unos días la Seteci reportó que algunas ONG extranjeras incumplieron con la entrega de información anual al Estado ecuatoriano y que otras ya abandonaron el país. ¿Cómo se hizo la verificación?
Fue un proceso que inició hace dos años. A través de un Decreto Ejecutivo se reformó la Ley de Organizaciones de la Sociedad Civil y todo lo relacionado con las organizaciones extranjeras fue asumido por la Seteci (antes era parte de la Cancillería).
Eso nos permitió negociar la cooperación que venía de las ONG y firmar un convenio básico de funcionamiento.
Tras la verificación, ¿cuántas ONG continúan operando en el país?
Tenemos un registro de 134 ONG extranjeras, de las cuales 127 cumplieron con este requerimiento. Siete no cumplieron y con ellas tendremos que elaborar una resolución para terminar el convenio básico de funcionamiento. Pero hay que considerar que algunas ONG se han quedado sin recursos por las condiciones internacionales que todos sabemos y cada vez los países tienen menos dinero para proyectos.
Es decir, están en el país pero no están haciendo proyectos porque esperan el financiamiento.
En tercer lugar figuran las ONG que ya no están en el país y era necesario informar a la ciudadanía porque recibimos la denuncia de una persona que se tomaba el nombre de una ONG extranjera para engañar a la población.
Algunos medios vincularon este tema con las observaciones que hizo el Gobierno a la gestión de la Usaid. ¿Fue así?
Son dos procesos diferentes. El primero es para verificar el cumplimiento de las ONG extranjeras en cuanto a transparencia de información y otro tema es el de Usaid, que no es una ONG sino la Agencia de Cooperación de los Estados Unidos hacia el mundo, es nuestra contraparte.
Pero sí he sido enfática en señalar que no contamos con un programa de cooperación bilateral como se negocia cada dos o tres años con otros países como España, Bélgica, la Unión Europea o Alemania. Ahora no tenemos un espacio para negociar y eso se va a circunscribir en el marco de las consultas políticas bilaterales que como Cancillería y el Gobierno de Estados Unidos tendremos en los próximos meses. Ahí habrá tres mesas: movilidad humana, comercio y cooperación.
Estamos planteando un nuevo convenio de Cooperación para el Desarrollo porque las condiciones actuales no son las mismas que cuando teníamos la Alianza para el Progreso, y en la nueva negociación es importante el intercambio de conocimiento y experiencias técnicas, intercambio universitario... Nos interesan otras cosas de Estados Unidos y lo importante es negociar los intereses mutuos.
¿Cómo está la relación con Usaid?
Usaid tiene una oficina en Ecuador y ante los requerimientos de información de la Seteci ha cumplido.
Hemos evaluado tres programas de cooperación, pero hay algunos temas que nos inquietan y otros que se pueden mejorar, sobre todo por la sostenibilidad de los proyectos.
No puede ser que la cooperación se retire y se caiga la sostenibilidad económica de toda una comunidad en donde se intervino por algún tiempo; eso hay que ir ajustando.
Usaid intervino en dos proyectos relacionados con el fortalecimiento de la Sociedad Civil. ¿El organismo explicó su participación?
Requerimos la información de quien firmó ese convenio por el Ecuador, que es Grupo Faro, y han sido transparentes al respecto.
Pero lo que ahí suscita la preocupación es la forma en que se hacen los subcontratos para la cooperación estadounidense y cuánta plata está realmente llegando al país y a dónde llega. ¿Qué pasa cuando esos convenios vienen atados a nombres de organizaciones que tienen que ejecutarlos?
En ese convenio hay todo un acápite relacionado con la capacitación a periodistas y comunicadores que si bien lo hizo Fundamedios, también puede haber otros canalizadores, otras organizaciones o periodistas que intervengan en ese proceso.
Lo que pedimos es transparencia, que haya un concurso donde participen otras organizaciones, que puedan ofrecer diferentes puntos de vista. Pero además hay temas que sí tienen que ver con la intención de incidir en otras instancias, algo que sí nos llama la atención.
¿La explicación de Usaid sobre el financiamiento que otorga a Grupo Faro y Fundamedios fue solvente?
Hay un compromiso para que las nuevas cooperaciones estadounidense lleguen de mejor forma porque no pueden sustituir al Gobierno de un país o ir en contra de sus prioridades y agendas sectoriales. Pero también hay que ser claros: muchas de las acciones que realiza Usaid Washington no se informan a su sede en Ecuador y los recursos son directamente colocados o existen convenios firmados desde Washington, algo que también nos preocupa porque se firman convenios fuera del territorio que nos quitan la posibilidad de negociar.
Entonces tiene que haber una sola instancia y un mecanismo para negociar la cooperación, independientemente de dónde venga: Estados Unidos, España…
¿Usaid tiene apertura para eso?
Creo que se han hechos los esfuerzos necesarios, pero nos falta mucho todavía y eso será parte de las negociaciones para el nuevo convenio que tratamos de establecer con Estados Unidos.
¿Transparentar la cooperación extranjera crea algún tipo de trabas para el Ecuador?
Eso nos llevaría a reflexionar sobre el tipo de cooperación que queremos: ¿una que sea condicionada?, ¿condicionada a qué?; ¿esa cooperación fortalecerá las acciones que como país estamos haciendo?, ¿va a permitir construir gobernanza territorial o no?, ¿va a ser cooperación para financiar a determinados grupos que sabemos que pueden generar dispersiones o divisiones?, ¿entonces para qué?. Se trata de revisar qué tipo de cooperación necesitamos.
Claro que también estamos en un contexto en que la cooperación hacia América Latina se ha reducido porque la región está en otro nivel, varios de nuestros países ya son de renta media. Entonces ya no es cooperación financiera en recursos sino intercambio de experiencias y cómo aportamos desde otro nivel, con conocimiento, asistencia técnica... Alemania ya nos ve con la intención de cooperar mancomunadamente en proyectos como Yachay (Universidad del Conocimiento) y ya no necesitamos del todo que nos construyan la escuelita, el hospital, todo eso ha cambiado y ya no vemos a la cooperación solo como una fuente de financiamiento, sino como la posibilidad de aprender juntos.
¿Hay plazos para alcanzar ese acuerdo de cooperación con EE.UU. y otros países?
Estamos esperando la respuesta de EE.UU., que será notificada a través de la Cancillería y nuestra Embajada en Washington en los próximos meses.
Este año también tenemos una comisión mixta con Bélgica, que no se ha hecho desde hace seis años y con Alemania tenemos un espacio de negociación a fines de este año como seguimiento a la visita del Presidente Rafael Correa. También lo haremos con España para iniciar un nuevo marco de asociación.
Y finalmente iniciaremos con el Sistema de Naciones Unidas un marco programático con todas las agencias, que coincide también con el nuevo Plan Nacional del Buen Vivir y tenemos que ver cómo esa cooperación empieza a alinearse con ese plan.
¿La cooperación en ciencia y tecnología será prioritaria?
Sí, y tenemos algunos proyectos emblemáticos más con la Universidad Regional Amazónica Ikiam y Yachay.
Eso implica asistencia técnica, mallas curriculares y reconversión de institutos técnicos y tecnológicos, además de la promoción del talento humano ecuatoriano, un tema importante para la Cancillería que asumió la Movilidad Humana.