El Telégrafo
Ecuador / Lunes, 25 de Agosto de 2025

Ecuador vive otra época y sus prioridades han cambiado. A diferencia del pasado, cuando se creía en la  cooperación extranjera como una  fuente de recursos, ahora  se plantea como una oportunidad para el  intercambio de experiencias, más  aún si están relacionadas con ciencia y tecnología, precisa   la titular de la Secretaría Técnica de Cooperación Internacional (Seteci), Gabriela Rosero, quien destaca, por ejemplo,  que luego de 50 años Ecuador  renegociará el aporte que recibe de  Estados Unidos bajo esos lineamientos.          

Hace unos días la Seteci reportó que algunas ONG extranjeras  incumplieron con la entrega de información anual al Estado ecuatoriano y  que otras ya abandonaron el país. ¿Cómo se hizo la  verificación?

Fue   un proceso que inició  hace dos años. A través de un Decreto Ejecutivo se reformó la Ley de Organizaciones de la Sociedad Civil y todo lo relacionado con las  organizaciones extranjeras fue asumido por la Seteci (antes era parte de la   Cancillería).

Eso nos permitió negociar la cooperación que venía de las ONG  y firmar un convenio básico de funcionamiento.

Tras la  verificación,  ¿cuántas ONG continúan operando en el país?

Tenemos un registro de 134 ONG extranjeras, de las cuales 127 cumplieron con este requerimiento. Siete  no cumplieron y con ellas tendremos que elaborar una resolución para terminar el convenio básico de funcionamiento. Pero hay que considerar que  algunas ONG     se  han quedado sin recursos por las condiciones internacionales que todos sabemos y  cada vez los países tienen menos dinero para proyectos.

Es decir, están en el país pero no están haciendo proyectos porque esperan el financiamiento.
En tercer lugar figuran las ONG que  ya no están en el país y  era necesario informar a  la ciudadanía porque recibimos la denuncia de una persona que se tomaba el nombre de una ONG extranjera para engañar a la población.
 
Algunos medios vincularon este tema con las observaciones que hizo el Gobierno a la gestión de la  Usaid. ¿Fue así?

Son dos procesos  diferentes. El primero es para   verificar el cumplimiento de  las ONG extranjeras en cuanto a transparencia de información y  otro tema es el de Usaid, que no es  una ONG sino  la Agencia  de Cooperación de los Estados Unidos hacia el mundo, es nuestra contraparte.
Pero  sí he sido enfática en señalar que no contamos con un programa de cooperación bilateral como se negocia cada dos o tres años  con otros países como  España, Bélgica, la Unión Europea o  Alemania. Ahora no tenemos un espacio para negociar y  eso  se va a circunscribir   en el marco de las consultas políticas bilaterales que como Cancillería  y el Gobierno de Estados Unidos tendremos en los próximos meses. Ahí habrá tres mesas: movilidad humana, comercio y cooperación.

Estamos planteando un nuevo convenio de Cooperación para el Desarrollo porque las condiciones actuales no  son las mismas que  cuando teníamos la Alianza para el Progreso, y en la nueva  negociación  es importante el intercambio de conocimiento y experiencias técnicas,   intercambio universitario... Nos interesan otras cosas  de Estados Unidos y  lo  importante es negociar los intereses mutuos.

¿Cómo está la relación con Usaid?

Usaid tiene una oficina en  Ecuador  y ante los requerimientos de información de la Seteci ha cumplido.
Hemos evaluado tres programas  de cooperación, pero hay algunos temas que nos inquietan y otros que se pueden mejorar, sobre todo  por la sostenibilidad de los proyectos.
No puede ser que la cooperación se retire  y se caiga la sostenibilidad económica de toda una comunidad  en donde  se  intervino por algún tiempo; eso hay que ir ajustando.

Usaid intervino en dos proyectos relacionados con el fortalecimiento de la Sociedad Civil. ¿El organismo explicó su participación?

Requerimos la  información de quien firmó ese convenio por el Ecuador, que es Grupo Faro,  y han sido transparentes al respecto. 

Pero lo que ahí suscita la preocupación es la forma en que se hacen los subcontratos para la cooperación estadounidense  y cuánta plata está realmente llegando al país  y a dónde llega. ¿Qué pasa cuando esos convenios vienen atados  a nombres de organizaciones que tienen que ejecutarlos?

En ese convenio  hay todo un acápite relacionado  con  la capacitación a periodistas y comunicadores que   si bien lo hizo Fundamedios, también puede haber  otros  canalizadores, otras organizaciones o periodistas que intervengan en  ese proceso.

Lo que pedimos es transparencia, que haya un concurso donde participen otras organizaciones, que puedan  ofrecer diferentes puntos de vista. Pero  además hay  temas que sí tienen que ver con la intención de incidir en otras instancias, algo  que sí nos llama la atención.

¿La explicación de Usaid sobre el financiamiento que otorga a Grupo Faro y Fundamedios fue solvente?

Hay un compromiso para que   las nuevas cooperaciones estadounidense  lleguen de mejor forma porque no pueden sustituir al Gobierno de un país o ir en contra de sus prioridades y agendas sectoriales. Pero  también hay que  ser claros:   muchas de las acciones que realiza Usaid Washington no se informan a su sede en Ecuador y   los recursos  son directamente colocados o existen convenios firmados desde Washington, algo que también nos preocupa porque se firman convenios fuera del territorio que nos quitan la posibilidad de negociar.
Entonces tiene que haber una sola instancia y un mecanismo para negociar la cooperación, independientemente de dónde venga: Estados Unidos, España…

¿Usaid tiene apertura para eso?

Creo que se han hechos los esfuerzos  necesarios, pero nos falta mucho todavía y eso será parte de las negociaciones para el nuevo  convenio que tratamos de establecer con Estados Unidos.

¿Transparentar la cooperación extranjera crea algún tipo de trabas para el Ecuador?

Eso nos llevaría a reflexionar sobre el tipo de cooperación que queremos: ¿una  que sea condicionada?, ¿condicionada a qué?; ¿esa cooperación   fortalecerá las acciones que como país estamos haciendo?, ¿va a permitir construir gobernanza territorial o no?, ¿va a ser cooperación para financiar a determinados grupos que sabemos que pueden generar dispersiones o divisiones?, ¿entonces para qué?. Se trata de revisar qué tipo de cooperación  necesitamos.

Claro que también estamos en un contexto en que la cooperación hacia América Latina se ha reducido  porque la región  está en otro  nivel, varios de nuestros países ya son de renta media. Entonces ya no es cooperación financiera en recursos sino intercambio de experiencias  y  cómo  aportamos  desde otro nivel, con conocimiento, asistencia técnica... Alemania ya nos ve  con la intención de cooperar mancomunadamente en proyectos como Yachay (Universidad del Conocimiento) y ya no necesitamos del todo que nos construyan la escuelita, el hospital, todo eso ha   cambiado y ya no  vemos a la cooperación solo como una fuente de financiamiento, sino como la posibilidad  de aprender juntos.
   
¿Hay plazos para alcanzar ese acuerdo de cooperación con EE.UU. y otros países?  

Estamos esperando la respuesta de  EE.UU., que será notificada a través de la Cancillería y nuestra Embajada en Washington en los próximos meses.

Este   año  también  tenemos una comisión mixta con Bélgica, que no se ha hecho desde hace seis años y con Alemania tenemos un espacio de negociación a fines de este año como seguimiento a la visita del Presidente Rafael Correa. También lo haremos con España para iniciar un nuevo marco de asociación.

Y finalmente iniciaremos con el Sistema de Naciones Unidas un marco programático con todas las agencias, que coincide también con el nuevo  Plan Nacional del Buen Vivir y tenemos que ver cómo esa cooperación   empieza a alinearse con ese plan.

¿La cooperación en ciencia y tecnología será prioritaria?

Sí, y tenemos  algunos proyectos emblemáticos más con la Universidad Regional Amazónica Ikiam  y  Yachay.
Eso implica asistencia técnica,  mallas curriculares y reconversión de institutos técnicos y tecnológicos, además de la promoción del talento humano ecuatoriano, un tema importante para la Cancillería que asumió la Movilidad Humana.