Terminado el trabajo de elegir al nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE), Illicht Verduga, miembro de la comisión  seleccionadora, hace una evaluación sobre el proceso.

En general afirma que la experiencia fue buena, que está satisfecho con el proceso, pero lamenta las críticas que recibió y el boicot de sectores internos y externos del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social.

¿Cómo evalúa este proceso?

Yo debo agradecer casi a la vida que se me haya dado esta oportunidad de servir al país. En realidad fue un proceso que tiene tres características fundamentales. La primera fue interesante, la segunda motivante y la tercera tuvo momentos felices y tristes.

¿La evalúa como positiva?

Como positiva. Desde mi punto de vista, conocí un grupo humano, los miembros de la comisión, personas de un alto nivel intelectual, profesional y además con un gran don de gentes. Eso nos permitió que, a pesar de las discrepancias obvias de este proceso, todas las decisiones fueran tomadas por consenso, por unanimidad.

¿Cuáles fueron las partes tristes y felices?

Felices porque nuestra hermandad de grupo fue grande, por los acuerdos a los que llegamos. Las personas que fueron mejor puntuadas resultaron ganadoras, no hubo posibilidad de manipulación o apremio. Todo el mundo estableció su posición y llegamos a un acuerdo. El proceso está en la página web y se lo puede bajar. Tristes también, no me preocupa lo de la prensa, pero sí personas que estaban dentro del Consejo se expresaran en la forma en que lo hicieron. Nosotros estábamos en la indefensión.

Si quería responder a todas las acusaciones que se hicieron, todas infundadas, tanto así que algunas de las personas que impugnaron las calificaciones, los jueces de la justicia ordinaria las rechazaron porque no tenían fundamentos. Todavía queda por allí algún proceso en etapa de apelación pero ya en esta instancia, de cuando está ya el CNE posesionado y en funciones.

¿Por qué algunos medios de comunicación lo atacaron personalmente?

Yo fui atacado. De todos los miembros de la Comisión Ciudadana creo que fui el único vilipendiado. Dos periódicos tuvieron la acuciosidad de acusarme de dos cosas: ser hermano de mis hermanos, lo cual implica violentar la ley natural. Nosotros respondemos por nuestros actos, no por los de los demás. Ni siquiera un gemelo puede responder por el acto de su hermano.

La otra acusación, que esa es difícil y complicada de responder, es por ser miembro de la planta editorial de El Telégrafo. Esa es quizás la mayor acusación, la más peregrina. Aquellos que se rasgan las vestiduras defendiendo la libertad de expresión me acusaban de tener un espacio en el periódico. Eso yo se lo dejo al veredicto de la ciudadanía. Esas fueron las acusaciones que se me hicieron.

¿Qué responde a las críticas de que todos los seleccionados son afines al Gobierno?

Antes que nada déjeme decirle que la Comisión estableció los 20 mejor puntuados, de los cuales el Consejo de Participación Ciudadana estableció quienes eran los principales y quienes eran los suplentes, como dice el reglamento. En consecuencia, los cinco que integran el Consejo fueron los mejor  puntuados. No solo en la calificación de méritos, en las que participó directamente en la Comisión, sino en los exámenes, en las pruebas, que dicho sea de paso, no la calificábamos nosotros, ni nadie, sino el sistema informático.

¿No hubo favoritismo?

Para nadie. Y es más. Muchas de las personas suplentes, que también fueron posesionadas en la Asamblea, no pertenecen al Gobierno o son cercanas. Yo no calificaba personas, porque no veíamos los nombres, sino expedientes. Eso fue lo que se hizo. Es lamentable que los partidos políticos no hayan enviado mejores militantes, personajes o amigos. Es impresionante la baja calidad del resto de los participantes. Uno de los partidos que más ha complicado nuestra vida, con acusaciones infundadas, envió personas que tenían, después de hacer investigaciones en el Poder Judicial, acciones penales.

Alguno de ellos estaba acusado de participar en el ataque al abogado León Roldós. Otro personaje tenía ya no un currículo sino un prontuario. Con ese tipo de personas era muy difícil. No sé si lo hicieron a propósito o era esa la gente que podía participar. Todavía no lo entiendo. Otros enviaron a un señor de 85 años. Alguno de ellos se quedaron en la primera etapa donde ni siquiera concretaron los documentos que se necesitaban para poder participar. Me da la impresión de que hubo una despreocupación absoluta o una forma nada sutil de no querer participar.

¿No tuvieron oposición externa?

Mucha. En un artículo dije que habíamos enfrentado situaciones de adentro y fuera del Consejo. Cuando digo que de afuera pues los medios, algunos que otros personajes en declaraciones de radio. A nuestro secretario se lo asaltó. Un personaje conocido se tomó la sala del Consejo para evitar que siga el proceso. Los recursos de protección que fueron como cuatro o cinco. Eso se dio, lo cual me parece que estaba dentro de lo posible, incluso el ataque al secretario.

En cambio, dentro del proceso hubo problemas. Yo señalo: dos consejeros durante todo el proceso ya decían quiénes iban a ser elegidos y quienes no. Decían que tenían denuncias, pero nunca se presentaron. Si un consejero recibe una denuncia lo lógico es que se lo entregue al pleno del Consejo o a la presidenta. Nunca llegó a conocimiento de ella nada. Pero este caballero, que no vale la pena decir su nombre, sí tenía toda una investigación sobre la forma que fue elegido. A él una serie de iniciativas se las calificó como haber estado en una huelga de hambre, estar en un grupo que lanzaba piedras contra el rector, esas fueron acciones llamadas iniciativas ciudadanas.

De ese tipo de personas vino la oposición y como lamentablemente, me parece que es necesario decirlo, se generó una especie de situación de cuotas de poder dentro del Consejo. Entonces muchas de estas personas tenían dominio sobre ciertos sectores del Consejo y, en consecuencia, a mí no me cabe la menor dudad, de que en momentos hubo situaciones de oposición a nuestra acción dentro de algunos niveles medios del Consejo.

¿Me está diciendo que hay cuotas de poder de cada consejero en la parte administrativa?

Sí. Así es. Lamentablemente así ha sido y eso no le hace daño a nadie.

¿Qué recomendaciones dejan?

Algunos de los problemas que teníamos eran sobre el reglamento. En la memoria que ya entregamos hemos hecho algunas sugerencias a los reglamentos e instructivos para que de esta manera se facilite y no sea tan rígido el proceso.

Le pongo un ejemplo: en la etapa de admisibilidad se decía que una persona tenía que presentar su cédula de ciudadanía y su certificado electoral a colores. Alguien por ahí presentó su documento en blanco y negro. La exigencia es clara: estipula que debe ser a color. Pero se puede dar el espacio de un día o dos para poder rectificar.

¿Ya no lo podía cambiar?

Eso está en el reglamento que nosotros cumplimos estrictamente.