El Telégrafo
Ecuador / Sábado, 23 de Agosto de 2025

Sé  que habrá reacciones con todos los lugares comunes de siempre. Incluso no faltará quien diga que detrás de este escrito hay plata de por medio o que desde Caracas me dictaron el texto. Todo eso salta en las redes sociales y desde ciertos “activistas” muy sesudos.

Pero nada es casual. Lo que sí es cierto es que en todo esto falta información y calidad en ella, incluso para tomar partido en contra de lo que ocurre en la tierra de Simón Bolívar y Antonio José de Sucre. Y dirán que para hablar del tema yo personalmente debería hacer periodismo. La respuesta para todas aquellas advertidas “consideraciones” está ahí en la realidad.

Pero lo que parece ya extraño y hasta sospechoso es que ahora muchos medios y periodistas, de un día para otro, han descubierto que en Venezuela se concentran todos los males del mundo. Casi como si allí se escenificara la más reconocida obra de Dante Alighieri, que muchos citan, pero pocos leen y que seguro ya habrán olvidado su título.

“Venezolanizar” todos los males revela una estrategia muy bien elaborada para denostar contra todos los proyectos políticos que supuestamente se inspiran en el bolivarianismo. Y al mismo tiempo evidencia mucha ignorancia y prejuicio sobre todo lo que ocurre en ese país y de las particularidades de cada proceso.

Nadie dice que en Venezuela está el Paraíso. Incluso, hay problemas complejos en los que solo los venezolanos -y únicamente ellos- son responsables de afrontarlos y resolverlos. Pero, para graficar un real caos y penuria extrema, bastaría con revisar los diarios caraqueños de los años 80 y 90 para comparar el lujo de unos pocos y la miseria de millones, solo que ahí no había tanto reportaje de todas las agencias y cadenas internacionales. Así de simple.