Afable y claro en sus respuestas, atento y cordial para atender la entrevista con este diario. Y sus puntos de vista, dentro y fuera de Argentina, generan atención porque señalan nuevos conceptos y horizontes.

¿Qué lectura tiene sobre el resultado electoral en Ecuador?
Hay dos lecturas: una institucional -que es un verdadero éxito- porque es la primera vez que las autoridades electorales ponen en marcha por completo la nueva Constitución (organizar 34 mil mesas en todo el país); y también por el marco que le dio la Unasur al sistema de observación. Ya no necesitamos en Sudamérica que nos vengan a controlar desde afuera. Y, desde el punto de vista político, es un resultado importante que marca la confianza de los ecuatorianos en su Presidente como figura, pero también como motor de la transformación, de la revolución que lleva adelante Ecuador.

América Latina despertó el lunes con dos noticias: el triunfo de Rafael Correa en Ecuador y el retorno de Hugo Chávez a Caracas. ¿Qué implica eso?
Tuvimos mellizos el mismo día. Fue un gran día por lo que significan estos líderes para sus pueblos, pero también para el conjunto de la Patria Grande. Esto nos entusiasma y nos llena de responsabilidad. Fíjese por ejemplo en el tema  comercial, nuestro continente tiene muchísimo para crecer, sobre todo, en la crisis   de las potencias  industriales, que no solo es financiera, sino también económica y de raíz en su organización política y social.

¿El triunfo de Correa consolida la tendencia de integración y cooperación de  Suramérica?      
No tenga ninguna duda. Y creo que habrá muchas áreas. Nos reunimos con el Ministerio de Inclusión (MIES) y pusimos a disposición la  experiencia argentina, por ejemplo, con programas de televisión pública para niños... eso tiene que ver con la formación cultural, del  capital humano.  

La incorporación de Ecuador al Mercosur es un tema latente y hay gran expectativa, incluso desde Brasil.  ¿Qué hace falta para concretar esa alianza?
Más allá de la integración al Mercosur, la Unasur ya nos da un paraguas espectacular para trabajar juntos: tenemos el Consejo de Ministros -por ejemplo de Microeconomía- y creo que es un foro al que hay que potenciar para avanzar en esa integración... La ruta es clara: el rol del Estado tiene que ver principalmente con cuidar los puestos de trabajo, porque,  aunque no se diga, las dos visiones encontradas  son poner  el sistema financiero en el centro de una economía o a los trabajadores, es decir, al hombre o al capital... En otras épocas los ministros de Economía eran una figura talvez más importante que el Presidente porque muchas veces eran puestos por los poderes fácticos (corporaciones, empresarios)... y creo que esa es la principal discusión que nuestros líderes tienen claro.

¿Qué falta para acelerar los plazos?
Creo que la transformación que viven nuestros países tiene que ver con liberar las fuerzas sociales de las burocracias y, sobre todo, de las corporaciones. La corporación mediática tiene un rol fundamental retardatario en nuestros países,  busca imponer una agenda que va en contra de las mayorías para preservar los intereses del capital y las corporaciones. Argentina sancionó una ley de medios audiovisuales que todavía no podemos poner en plena  vigencia y lo único que queremos es que haya más voces, que no haya la verdad única de diario El Clarín o  La Nación... y me parece que el clamor del presidente (Correa) apunta en este sentido. No podemos permitir que las burocracias impidan que haya más comercio e integración productiva, un ejemplo importante de que es posible es Argentina y Brasil con la industria automotriz.

El presidente Correa ha dicho que la inversión extranjera es importante si permite la transferencia de tecnología y no pone en riesgo la industria local...  
Compartimos los conceptos respecto a que todo el sistema de inversión multinacional fue hecho para proteger el capital y no la producción; y hemos visto sistemas de “seguridad jurídica” como los tratados Ciadi y de protección de la inversión que han sido solo a favor del capital. Es importante avanzar en nuevos esquemas de inversión internacional que ponga en igualdad a los distintos factores de la producción. Esa es una de las tareas porque la arquitectura financiera internacional ha demostrado ser un fracaso y lleva a los países a la miseria, al dolor, al desempleo... Lo mismo o más grave aún son las calificadoras de riesgo, instituciones clave que parecían transparentes, técnicas, pero en realidad tomaban decisiones políticas porque son ellas las que dicen a dónde tiene que ir el capital y después califican a esos lugares cambiándoles las notas y aumentándoles la tasa de interés. Han sido fuente y mecanismo de transmisión de los problemas que hoy tenemos y me parece importante que aquello que venimos diciendo desde hace 10 años hoy ocurra en Estados Unidos, donde el propio Gobierno entabló una demanda contra Standard & Poor’s por 5.000 millones de dólares. Ahí está claro que es una cuestión de intereses y  política, nada que ver ni con la transparencia.

Para contrarrestar ese modelo de arquitectura financiera, la Unasur aún espera la puesta en marcha del Banco del Sur. ¿Qué hace falta para su vigencia?
Todos los días se dan pasos en ese sentido. El Banco del Sur es una institución   clave para nuestra región. Ya demostró la CAF su importancia de sustituir muchas veces el BIB, sobre todo con líneas de crédito para obras de infraestructura. Ya tiene aprobación  parlamentaria en Argentina y estamos esperando la aprobación parlamentaria en Brasil que es importante para avanzar en comercio, monedas locales..., pero también será clave para inversiones en infraestructura. Si uno mira todavía hay una matriz colonial: es  más fácil viajar de Buenos Aires a París que de Buenos Aires a Quito. Tenemos que transformar eso con obras de infraestructura plurinacionales y el Banco del Sur dará la posibilidad de financiar este tipo de obras.

El Ecuador conoce sobre Argentina a través de cadenas mediáticas transnacionales que dan una visión hasta catastrófica de la situación. ¿Cuál es la real situación con el dólar?
Nosotros seguiremos trabajando para preservar y crear nuevos puestos de trabajo, esa es la matriz de las decisiones económicas en Argentina. Se ha reorientado el crédito hacia la producción, para que haya nuevos proyectos de inversión que ya no se califican en términos de la tasa retorno, sino por  cuántos trabajos crean y  sustitución de importaciones. Esto molesta a muchos que estaban acostumbrados a otro tipo de  decisiones.