El Gobierno se mueve rápido y en distintos frentes para evitar que haya más víctimas mortales y enfermos por el consumo de aguardiente mezclado aparentemente con metanol.

En las últimas horas se trasladó a 19 intoxicados, -desde Ricaurte-, hasta varios hospitales de  Guayaquil. De ellos siete se encuentran en estado crítico, dijo la subsecretaria de Salud, Fátima Franco.

La funcionaria reveló que el hospital de Infectología, el Luis Vernaza y el Naval están listos para recibir a más pacientes.

Estas acciones se complementan con la ayuda del Hospital Móvil que atiende en la ciudad, desplazado a esa población con un equipo liderado por un toxicólogo.

Las casas de salud regentadas por las Fuerzas Armadas también se encuentran abiertas para dar cabida a los riosenses o los ciudadanos de otras provincias que presenten síntomas de intoxicación.

Todo esto en lo médico, pero desde lo operativo las medidas van más allá. La directora provincial de Salud del Guayas, Rosario Cantos, anuncia acciones de control en los cantones El Triunfo y Bucay.

En estas poblaciones, -desde hace varias décadas-, se produce artesanalmente  aguardiente de caña de azúcar y se lo comercializa sin control en sus alrededores.

Para Cantos el problema no radica en atacar a los pequeños o medianos trapiches, sino en la hoja de ruta.

“¿Qué  hacemos si en esas máquinas puede estar todo bien y en el traslado a las demás ciudades se da la mezcla?”, cuestionó.

La autoridad sanitaria apuntó también  a otro posible eslabón en la cadena de comercialización de puro, -como se conoce al producto que sale de los trapiches-, y que pudiera tener incidencia en la mortal mezcla: los vendedores de productos químicos y alcoholes.

Cree que es el momento de volver a regularizar a este sector.

Explicó que actualmente solo requieren de un permiso de la respectiva Dirección de Salud donde se asientan, para vender diferentes sustancias químicas.

“Existen pequeños negocios y pulperías dedicadas a esta actividad. Esta es la oportunidad para regularizarlos a todos”, recalcó.

Decomisos en viviendas

Durante  operativos realizados en las zonas periféricas de Guayaquil, la Intendencia de Policía del Guayas y autoridades de salud decomisaron ayer varios galones de alcohol artesanal y botellas de whisky sin el respectivo registro sanitario.

Durante la mañana, en dos tiendas del Suburbio Oeste se requisaron 12 canecas de puro con un equivalente a 240 litros.

A los dueños de los establecimientos se les abrió un expediente para las investigaciones de rigor.

Por la tarde, la comisaria de Salud, Gisella Quiñonez, incautó un bidón de cuatro galones, con alcohol artesanal, en un inmueble ubicado en la cooperativa Unión de Bananeros, del Guasmo Sur.

La casa es de propiedad de la octogenaria, Tránsito López, quien se rehusó a hablar con las autoridades y se mantuvo  en su sillón.

Sin embargo, sus parientes – que mantuvieron la reserva de sus nombres-  protestaron por la incursión.

Ellos afirmaron que el hermano de López es quien trae el licor desde Cotacachi y que ella lo vende en  fundas por 0,25 centavos.

“Estamos haciendo estos operativos para prevenir la salud de los guayaquileños, ya que no queremos que suceda lo mismo que en otras provincias”, afirmó la comisaria.

Durante la acción de las autoridades sanitarias, un grupo de personas denunció que en otra vivienda del sector también se  vende licor, a pesar de la vigencia de la ley seca.

El intendente de Policía del Guayas, Julio César Quiñónez, ordenó el allanamiento de la morada encontrando un bidón y un tanque con 16 galones de licor producido de manera artesanal, que también fueron decomisados.

De igual manera se procedió con una tienda que funciona al lado de este inmueble, donde se encontró un bidón con licor artesanal.

El inspector de Salud, Iván Yunga, dijo que el alcohol decomisado no contaba con el Registro Sanitario y que será sometido a pruebas para determinar si es etílico.

Solo en la tienda se colocó el sello de clausura por ser un local comercial.

El Intendente de Policía durante  el operativo también detuvo un camión de la  Cervecería Nacional que se encontraba distribuyendo el producto en la cooperativa Unión de Bananeros, a pesar de la prohibición de comercializar licor.

“Se sancionará a la empresa por infringir la ley”, afirmó Quiñónez tras ordenar que el carro sea trasladado a  la Policía Judicial.

Posteriormente, las autoridades  se movilizaron hacia el Guasmo Central, en la cooperativa Carlos Castro, donde allanaron una vivienda de tres pisos en la que presuntamente se vende bebidas alcohólicas al por mayor.  

Sin embargo, luego de una inspección del Intendente, la Comisaria de Salud y otros funcionarios no se encontró el alcohol etílico, pero sí se decomisaron al menos una docena de botellas de whisky aparentemente  importados de diversas marcas, como Buchannans, Old Parr y Johnnie Walker.

Según la autoridad policial se incautaron para ser analizados en los laboratorios de la Dirección Provincial de Salud, ya que al no tener los respectivos Registros Sanitarios,  podrían ser falsificadas.