Ecuador, 28 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Dos días de espera y un diálogo distendido

Dos días de espera y un diálogo distendido
16 de enero de 2012 - 00:00

Un equipo de Televisa de México lo siguió desde Caracas. Al no poder entrevistarlo se regresó a México. En la capital de ese país le dijeron que quizá en Quito habría entrevista y voló hacia  Ecuador.

La noche del jueves pasado instalaron todos sus equipos frente y dentro de la residencia del embajador iraní. Y ahí, en medio del frío invernal quiteño, junto con el equipo de Ecuador TV y los periodistas de El Ciudadano y El Telégrafo.

Cables, cámaras, luminarias y agentes de seguridad se mezclaban en espacios privados, dispuestos para la cena que sostendría el presidente iraní con sus paisanos residentes en Ecuador.

La espera duró tres horas. Televisa se resignó: no habría entrevista esa noche y era difícil al siguiente día. De ocurrir, solo podría ser muy temprano en el hotel. Caso contrario, regresarían a México con imágenes de la visita oficial y nada más. En los medios públicos había igual paciencia y resignación.

Hasta que llegó la noticia pasada la medianoche: a las 08:00 en el Swiss Hotel, Mahmud Ahmanideyad daría la entrevista a El Ciudadano y El Telégrafo. Ya instalados en el mezzanine del hotel, el aparataje de seguridad se confundía con el personal técnico de Televisa y los medios públicos.

Hombres de traje y barba, quisquillosos con todo, preocupados de cada detalle antecedían el ingreso de uno de los presidentes más citados en las últimas semanas en todos los medios internacionales.

Pruebas de sonido y traducción tomaron cerca de una hora, tras concluir la entrevista con los mexicanos. Y en ese lapso, ¿qué hacía el presidente iraní? Dicen que rezaba en su habitación.

Quizá por precaución o respeto a una cultura ajena los periodistas mexicanos solo eran hombres. En el de los ecuatorianos había dos mujeres. Ellas actuaban profesionalmente, pero no dejaban de expresar sus dudas sobre el trato que podrían recibir de un mandatario de un país donde las mujeres tienen otro tipo de trato.

Y cuando llegó Ahmanideyad hubo tensión y hasta nerviosismo en todos: su equipo de seguridad le abría paso y hasta uno de ellos, quien había probado personalmente los micrófonos y audífonos que utilizaría el presidente, grababa con una pequeña cámara todo lo que hacía su mandatario.

Al final, tras una entrevista de 48 minutos, el equipo de seguridad, más relajado y con más confianza, permitió que todos se tomarán fotos con él, incluidas las dos mujeres del equipo de los medios públicos.

Para estar siempre al día con lo último en noticias, suscríbete a nuestro Canal de WhatsApp.

Contenido externo patrocinado