Luis Barba, 70 años, jubilado, vive con su esposa y su dos hijas en el sector del Valle de Los Chillos, al suroriente de Quito. Según la encuesta de estratificación planteada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), su hogar  pertenecería a la clase media baja.

La razón es que el cuestionario de 25 preguntas escogidas por el INEC, y que está disponible en su página web, utiliza variables como: características de la vivienda, acceso a la tecnología, posesión de bienes, hábitos de consumo, nivel de educación y actividad económica del hogar a las que Luis no tiene total disponibilidad. Su familia no cuenta con servicio de Internet, vehículo, ni un seguro de salud privado y apenas terminó la primaria.

Este tipo de restricciones hacen que Luis pierda puntos al momento de tabular sus respuestas. 507 sobre 1.000 obtuvo, clasificando a su hogar en el estrato C- (medio bajo), según la metodología del INEC (ver gráfico). El caso de Luis difiere del de Mercedes Calle, quien a más de tener acceso a la tecnología, cuenta con estudios superiores que laayudan a subir en su calificación.

El puntaje para el hogar de Mercedes fue de 779 sobre 1.000, es decir se ubicó en el estrato B (medio alto).
La encuesta  realizada por la Unidad de Investigación del INEC en cinco ciudades del país (Quito, Guayaquil, Cuenca, Ambato y Machala reveló que un  83,3% de 9.744 hogares analizados pertenecen a la clase media. De este porcentaje el 11,2% representa al estrato   medio alto; el 22,8% al medio típico; y el 49,3% al medio bajo. En tanto, el 1,9% de los hogares estudiados pertenece a la clase alta; y el 14,9% a la baja.

La metodología implementada por el INEC se basó en los hábitos de consumo de la población y no en el nivel de ingresos que es uno de los factores que sirve para medir la pobreza.

Entre los aspectos relevantes del cuestionario están: el nivel de educación del jefe del hogar (hombre o mujer) que tiene una puntuación  de 171; el registro en una red social 28 puntos; los hábitos de lectura representan 12 puntos; y la compra de vestimenta en centros comerciales 6 puntos.

Pero definir la clase social a la que pertenece una persona o una familia no es tarea fácil. Todo depende de la metodología utilizada por cada uno de los investigadores.

Lo que   advierte Byron Villacís, director del INEC, es que no cabe duda de que la clase media se ha robustecido y uno de los factores que contribuye a la afirmación es la mejora del poder adquisitivo.

Organismos como el Banco Mundial hacen esa valoración y ubican al país en el octavo puesto, en relación al resto de países de la región. Mientras que la Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe (Cepal) advirtió que la economía ecuatoriana creció un 8% en   2011  y aumentará un 5% en  2012.

Víctor Hugo Albán, presidente del Colegio de Economistas de Pichincha, sostuvo que la clase media ha incrementado su estatus.

A más de coincidir con el análisis de la Cepal, Albán indicó que el Colegio de Economistas cuenta con un estudio en el que se define que las personas que tienen un nivel de ingresos superior a los 700 dólares se los puede clasificar como clase media. No solo porque superan el costo de la canasta básica (572,35 dólares), sino porque tienen capacidad de ahorro. Enfatizó que alrededor de 5’000.000 de ecuatorianos pertenecerían a la clase media.

Para el sociólogo Hernán Reyes, la clase media surge de la pequeña burguesía y se consolida en la sociedad moderna. “Las personas  que no tienen grandes propiedades, pero logran ahorrar, son profesionales o funcionarios están en esta categoría”, expresó al tiempo de decir que la limitación se da por los ingresos,  acceso a tecnología y educación.