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“Actualmente me avergüenzo del discurso que mantuve cuando llegué a Montecristi”
Wladimir Vargas perteneció a las filas del Prian desde el 2007 hasta este año que se separó de la organización y decidió apoyar la Ley de Comunicación presentada en la Asamblea Nacional. A continuación sus percepciones sobre la actual crisis dentro del partido.
¿Qué lo llevó a desafiliarse del Prian después de tantos años de militancia?
Entré a la política por insistencia de Álvaro Noboa a la Asamblea Constituyente. No fui fundador ni he estado mucho tiempo. No quería participar, pero al aceptar veía o creía, llevado por ciertos líderes de opinión y cierta prensa que en su momento respetaba, que el actual Gobierno nos podría llevar al país que no quería.
El miedo era general para quienes no comprendíamos pero ha desaparecido hace tiempo. Mucha gente como yo estamos optimistas y más bien con esperanzas de que podemos seguir viendo cambios positivos que el país necesita.
Se ha devuelto la dignidad perdida por falsos conceptos que hemos mantenido. Actualmente me da vergüenza de mi discurso que había mantenido desde Montecristi, pues vaticinaba lo peor y hoy he recibido una cachetada con guante blanco. Los cambios están a la vista, allá quienes no quieren verlos.
La lealtad que me quedaba era a la gente del partido que de alguna manera cree o creía en un cambio positivo para el país.
Pero suceden dos cosas. Una, el Gobierno ha demostrado en estos 5 años que ha cambiado al país de manera positiva, con grandes avances en todo sentido y no podemos seguir oponiéndonos por el hecho de ser oposición. Al contrario, debemos apoyar estos grandes cambios, a un líder que todos los días nos demuestra con trabajo responsable que ese cambio está sucediendo a grandes pasos.
Falta mucho y en ese camino que aún no se recorre estaré apoyando. Lo segundo es la falta de liderazgo; es total en el partido, de propuestas concretas de planes a seguir, de ejemplo, pues las decisiones de los caprichos se tenían que seguir sin respetar las opiniones de sus integrantes.
¿Por qué decidió apoyar en algunos temas al Movimiento Alianza PAIS?
No en algunos, estoy convencido de que se están haciendo las cosas bien. Por primera vez desde que tengo uso de razón existe preocupación por los temas que han estado abandonados a la suerte, como educación, salud, seguridad social, créditos para vivienda, bienestar social en general, pero enfocado en los siempre olvidados grupos de minoría, pobres, desprotegidos, personas con discapacidad, etc., redes viales, puertos y aeropuertos, defensa y seguridad, institucionalidad, funcionalidad, organización en todo nivel. Falta mucho por recorrer y en el camino por supuesto que han habido errores y malos funcionarios, pero se corrige y se expulsan esos malos elementos.
Los buenos son más. Reconozco el liderazgo y buenas propuestas de algunas personas y partidos, pero me quedo con el líder que ha probado ya su capacidad, sin demagogia y que con resultados nos conduce a mejores días.
¿Cuáles son sus aspiraciones políticas para los próximos comicios?
No tengo aspiraciones políticas por ahora. Me gustaría servir en este Gobierno, pero ser candidato a alguna dignidad significaría quitar el espacio que bien lo han venido trabajando con esfuerzo otras personas que lo merecen más que yo.
Estoy consciente de que mi apoyo al Gobierno es hace mucho tiempo, aunque de forma abierta y de manera independiente es hace poco. Creo que el espacio en la política se lo debe ganar trabajando y apoyando a diario, en todo momento. Espero hacerlo.
Según su opinión, por lo que ha visto o escuchado, ¿por qué cree que poco a poco la gente que estaba en el Prian como usted o el señor Taiano se están abriendo del partido de Álvaro Noboa?
Por los motivos que expliqué anteriormente. Una falta total de liderazgo, de planes, lleno de demagogias y conduciendo al partido con caprichos y decisiones erróneas.
El liderazgo mantiene a las personas juntas para empujar hacia una causa que cada uno hace suya. Él está lejos de eso.
A muchos nos daba vergüenza de su proceder, de su falta de preparación y de acciones improvisadas. La pregunta es, ¿por qué no antes? Porque nunca hubo comunicación con él, sólo fue hasta cuando aparece caprichosamente queriendo obediencia en oponerse a la Ley de Comunicación, de la cual estoy convencido, es necesaria.
Esa forma de proceder, creyendo que no tiene que consensuar y que está tratando con empleados que le deben obediencia ciega hace que poco a poco él mismo desbarate lo que muchos creímos una opción.