El rescate, el pasado domingo, de 16 pescadores artesanales que habían quedado a la deriva tras el robo de los motores fuera de borda de sus embarcaciones se suma a una serie de hechos delictivos similares ocurridos en Esmeraldas.

Según Maura Oviedo, presidenta de la Cámara de la Pesquería provincial, la Fiscalía de Delitos Acuáticos ha receptado 70 denuncias de robo de motores en lo que va del año, en contraste con los 96 casos reportados en 2012.

Así mismo, en los cuatro primeros meses de 2013 se registraron dos muertes. Enrique Rangel Cabezas (35 años) falleció durante un asalto ocurrido el pasado 8 de enero, a 80 millas náuticas de la costa esmeraldeña.

Por otro lado, César Góngora Colorado (38 años) murió abaleado el domingo 7 de abril en la dársena del puerto pesquero de Esmeraldas; tres de los presuntos implicados permanecen detenidos junto con la camioneta desde donde le dispararon, informó Pablo Zerda, jefe de la Policía Judicial.

Esta situación ha derivado en protestas, incluso, según representantes del sector, en la venta de algunas embarcaciones.

Segundo Delgado, uno de los pescadores asaltados en diciembre pasado a 30 millas de la costa, relató que los delincuentes se llevaron dos motores de 40 y 50 HP (caballos de fuerza). Los motores, dijo, valen de 6.000 a 8.000 dólares. Mientras que una lancha de fibra cuesta unos 14.000 dólares.

Uno de los motores robados a Delgado forma parte de los 364 que el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) entregó el año pasado a los pescadores del país.

Según Freddy Ávila, dirigente de la Cámara de Pesquería, no hay rastros de los motores robados y son pocos los que se recuperan. Algunos pescadores dicen que van a parar a Colombia junto con los instrumentos de navegación, sistemas GPS y herramientas de pesca.

Wiston Prado, uno de los ciudadanos rescatados el fin de semana en Colombia, afirmó que los delincuentes actúan en temporada de pesca de altura, como el dorado, atún y corvina.

La zona preferida por los piratas de mar para sus acciones es La Ojonera, ubicada a 25 millas de Esmeraldas, donde los pescadores capturan la carnada para luego alejarse a unas 70 u 80 millas que incluyen el Límite Político Internacional (LPI) entre Esmeraldas y Colombia. “En el límite con Colombia encontramos la pesca de altura porque las especies cada vez se alejan más millas adentro”, dijo  Olegario Cheme que fue asaltado, junto con sus dos tripulantes, frente a Súa  el año anterior.

Carlos Vallejo, titular de la Dirección Nacional de Espacios Acuáticos (Dirnea), afirmó que se coordina con el Magap la instalación de chips electrónicos satelitales en las embarcaciones para su rastreo y posicionamiento en el mar. “De esta manera podremos reaccionar en emergencias, sin necesidad de denuncias en casos de robo o piratería marítima”, afirmó el oficial.

En tanto, desde este mes se activaron operativos conjuntos entre la Armada (mar) y la Policía (tierra) en el ingreso al sector Papes, donde operan unas 300 lanchas pesqueras y unos 2.000 trabajadores.