El Ministerio de Defensa Nacional inauguró este lunes, 25 de agosto, el Octogésimo Primer Curso de Comando del Ecuador, proceso de formación militar de élite que busca fortalecer las capacidades operacionales de las Fuerzas Armadas y aportar directamente a la seguridad integral del país.
Un entrenamiento de élite
El curso, considerado la máxima escuela de exigencia, disciplina y resistencia del Ejército ecuatoriano, tendrá una duración de más de 2.000 horas de entrenamiento intensivo hasta marzo de 2026. Durante este tiempo, los aspirantes se prepararán en operaciones especiales terrestres, aéreas y anfibias, además de formación en combate cercano, supervivencia, rescate en ambientes extremos, antiterrorismo y contraterrorismo.
El programa se desarrolla bajo condiciones extremas y con los más altos estándares militares, lo que permite forjar en los participantes liderazgo, resiliencia y capacidad de respuesta en escenarios complejos.
Nueva generación de comandos
En esta edición participan 114 soldados profesionales:
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36 oficiales de la Fuerza Terrestre (subtenientes y tenientes).
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74 tropas profesionales (soldados y cabos segundos).
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4 voluntarios de la Fuerza Aérea.
Al culminar, estarán listos para integrarse a unidades de fuerzas especiales y asumir misiones de defensa de la soberanía y seguridad ciudadana.
Ceremonia de inauguración
El acto oficial se desarrolló en la Brigada de Fuerzas Especiales N.º 9 “Patria”, con la presencia del ministro de Defensa Nacional, Gian Carlo Loffredo, el Alto Mando Militar y autoridades locales.
Durante su intervención, el ministro destacó la trascendencia de este entrenamiento en el contexto actual del país:
“Hoy el enemigo no se esconde únicamente en trincheras ni espera en las fronteras. Hoy el enemigo también acecha en nuestras ciudades: en quienes matan, secuestran, extorsionan, trafican e intentan sembrar terror en la población. Pero ante ellos, el Ecuador tiene una respuesta, y esa respuesta son ustedes”, afirmó Loffredo.
El ministro también subrayó que con esta nueva generación de comandos “renace la convicción de que el Ecuador no se rinde ni se arrodilla ante mafias ni terroristas, y que tiene la voluntad inquebrantable de conquistar la victoria”.