Ecuador, 06 de Mayo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

El llapingacho que seduce a los guayaquileños

Según el número de platos que venda, Gladys Quinaloa les toma el pulso a las ventas.
Según el número de platos que venda, Gladys Quinaloa les toma el pulso a las ventas.
Foto: cortesía John Sánchez
08 de junio de 2017 - 00:00 - John Sánchez y Ana Luzuriaga - Estudiantes de la ULVR

Cuando se quiera deleitar con un  llapingacho, la Picantería de Don Carlos es una buena opción. Al menos así lo confirma el galardón que  otorgó el cabildo guayaquileño a esa, la “hueca del año”, en  2014.

El lugar está ubicado en Cacique Álvarez 107 y Av. Olmedo, atrás del edificio del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).

Don Carlos Chicaiza, de 63 años, y su esposa, Gladys Quinaloa, de 54, son sus propietarios. La pareja Chicaiza Quinaloa, oriunda de la Sierra (Guano, provincia de Chimborazo, y Guaranda, provincia de Bolívar, respectivamente) se conoció en Guayaquil cuando Gladys tenía 18 años.

Ambos llegaron a Guayaquil cuando eran niños, ella de 15 días y él de 8 años. “Yo vivía en las calles Chimborazo y Calixto Romero (atrás del actual TÍA) y él vivía por la Bahía. Carlos solía visitar a un amigo del colegio que era mi vecino. Así fue como nos conocimos y de a poco nos fuimos enamorando”, narra con gran emoción Gladys, quien no oculta el gran amor que siente por él.

Carlos, de oficio zapatero, y  Gladys, especialista en Corte y Confección, se dieron cuenta de que  sus ingresos no serían suficientes para darles una buena educación a sus tres hijos: Carlos, de 32 (ingeniero en Telecomunicaciones); Lorena, de 31 (economista), y Manolo, de 30 (ingeniero comercial).   

En 1978, Gladys le sugirió a su esposo ponerse un pequeño local en las calles Olmedo y Chimborazo, donde empezaron con llapingacho y carne en palito. El negocio prosperaba y en 1982 se cambiaron a un lugar más amplio, ubicado en la esquina de Olmedo y Calixto Romero. Allí permanecieron 20 años hasta que con el fruto de su trabajo y ahorro compraron el actual local.

A las 05:00 don Carlos llega al negocio para sazonar la carne de los platos típicos y a las 07:00 llegan sus cuatro colaboradoras, quienes se  encargan de ordenar el establecimiento. Ya a las 08:00, abren. Los cuatro platos que la ciudadanía puede degustar son: bolón mixto (chicharrón y queso) con café, llapingacho, fritada y seco de chivo.

“Con mi esposo nos turnamos para atender el negocio; él se queda toda la mañana y yo llego después del almuerzo. Ya estamos pasaditos de edad, pero aun así trabajamos de domingo a domingo, incansablemente, hasta las 18:30”, relata doña Gladys mientras en la sartén fríe un huevo. (I)

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

El Telégrafo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media