Los trabajos para la construcción de los carriles exclusivos de la Troncal 2 de la Metrovía, a la altura de la avenida 25 de Julio, ayer generaron congestionamiento vehicular y dificultad a los transeúntes.

Por la remoción de la carpeta asfáltica de dos carriles de la vía central, en ambos sentidos de la avenida, se forman largas colas de automotores que avanzan lentamente, ya que únicamente queda un carril en la parte central y dos en la vía lateral.

María Carvajal, quien trabaja en la ciudadela La Pradera, debió esperar cinco minutos en el parterre antes de poder cruzar la vía, pues allí se realizan trabajos desde la altura del Mall del Sur hasta la avenida Pío Jaramillo.   “Estos trabajos causan muchas molestias a quienes laboramos en el sector”, se queja.

Asimismo, Iván Pauta, chofer de la línea 76, expresa que ha observado que el problema se agudiza entre las 07:00 y las 18:00, porque “la gente va a sus trabajos y los chicos se dirigen hacia los colegios”.

La adecuación de la vía,  según información del Municipio de Guayaquil,  comprende los carriles del servicio normal de la Metrovía y el servicio express, por donde el bus va a poder cruzar la ciudad en pocos minutos.

En total, cuatro instituciones de secundaria se encuentran en la zona de influencia de los trabajos: Eloy Alfaro, frente al hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS); 9 de Octubre, atrás del nosocomio; Aurora Estrada, en Las Acacias; y José María Egas, a la altura del dispensario del IESS  (ciudadela Valdivia).

Actualmente, el tráfico del Guasmo, Puerto Marítimo y La Pradera, que se dirige hacia el norte, no puede ingresar al carril central de la vía.

Lisbeth Arana, quien vive en los bloques de La Pradera (frente a la gasolinera Primax), debe salir 20 minutos antes de su hogar para poder tomar un colectivo y llegar a tiempo a su trabajo en el norte de la ciudad.

“Llevo 10 minutos esperando a que pase mi carro... es lento el tráfico”, dice desesperada Lisbeth, mientras con la mirada busca algún vigilante que la ayude.  

Ante la inexistencia de agentes de tránsito,  Lisbeth tiene que caminar alrededor de 10 minutos hasta el paso peatonal que está a la altura del hospital del IESS  para poder cruzar segura, pues en la zona tampoco existen semáforos.  “Es bastante lo que debo caminar, pero no queda de otra”, expresa.

El peligro también es para los estudiantes que deben atravesar la vía para poder ir a sus establecimientos educativos. “No paran los carros y a veces llego tarde al colegio”, observa Hugo Torres, alumno del colegio 9 de Octubre.