Ecuador, 19 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Entrevista /Alfredo Adum Ziadé / político, exministro de Energía

"Ni puedo ni me gustaría regresar a la política del Ecuador"

Ahora está dedicado a la vida del campo, pero sin descuidar a sus amigos, entre ellos, varios exministros del gobierno del PRE.
Ahora está dedicado a la vida del campo, pero sin descuidar a sus amigos, entre ellos, varios exministros del gobierno del PRE.
Foto: Karly Torres / El Telégrafo
26 de marzo de 2016 - 00:00 - Gabriela Samaniego Rivas. Estudiante de la UIDE

El estilo de vida que lleva Alfredo Adum es diferente al que recuerda el pueblo. Atrás quedó ese hombre con características que se prestaban para interpretar a un hombre primitivo. Asimismo atrás quedó a quien consideraban explosivo y que se ganó los remoquetes de ‘loco’, ‘turco’ y hasta ‘diablo’, como le decían los empleados del Consejo Provincial del Guayas, cuando fue prefecto y vigilaba el trabajo que hacían en los diferentes cantones.

Dejó de lado los problemas políticos porque, según cuenta, alcanzó esa paz emocional que en su época de político y empresario jamás sintió. Ahora con 64 años se siente más tranquilo. Muy sereno luego de haber padecido una enfermedad grave de la que, hasta ahora, ha salido bien librado.

Sentado en una de las sillas del comedor de la casa de los Bucaram, al norte de Guayaquil, dice que los años no pasan en vano, pero asegura que aún mantiene el sentido del humor y esa sagacidad para defenderse cuando alguien lo atacaba.

El exministro de Energía y Minas en el gobierno de Abdalá Bucaram es amigo del expresidente desde la juventud. Ambos vivían en el centro de la ciudad a tan solo dos cuadras de distancia. Algunas veces coincidieron en los juegos de indorfútbol que armaban en los barrios entre amigos, pero Adum prefería evitarlo en la cancha porque lo consideraba ‘picado’ y ‘rajero’.

Tan grande es la amistad que se cocinó en las calles de la ciudad, que no solo lo acompañó en la lista cuando Bucaram se postuló para alcalde de Guayaquil y Adum para prefecto; y ganaron. Estuvo junto a su amigo durante las tres campañas rumbo a la presidencia (1988, 1992 y 1996).

Cuando el Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE) ganó  en el tercer intento, Adum aspiraba a ser el nuevo ministro de Gobierno, pero Bucaram le encomendó la cartera de Energía y Minas. “Yo quería modernizar a la Policía, pero fui a otro ministerio por designación del Presidente de la República”.

Aunque han pasado casi 20 años del gobierno del PRE y más de 19 del exilio de Bucaram. Adum ha emprendido una lucha para que su amigo regrese al país.

En la actualidad lidera la Comisión Prorretorno del exmandatario. “Más allá del punto de vista jurídico, esta comisión fue creada por verdaderos amigos y colegas, que buscamos que se le devuelva la tranquilidad a un ecuatoriano que lo único que quería era generar cambios significativos para un nuevo Ecuador”.

Constante y trabajador

Rodeado de una familia de comerciantes libaneses, desde muy pequeño aprendió que el trabajo aleja de grandes vicios, así como de la pereza.

Su primer trabajo fue armar triciclos y máquinas de coser, en un almacén que tenía su mamá. Esta actividad la alternaba con las clases  en el Colegio Americano. Desde muy joven asimiló que el trabajo dignifica al hombre; aunque la política le demandaba tiempo, jamás descuidó sus negocios.

Invirtió en empresas de construcción, haciendas, un canal de televisión, radio, en bienes raíces y camaroneras, actividad que comenzó impulsado por un pasatiempo que tenía desde muy pequeño: la piscicultura.

Adum, a pesar de sus más de 6 décadas, mantiene intacta su pinta de hombre trabajador con la que hace algunos años, siendo aún muy joven, comenzó a ganarse la vida. Siempre fue considerado uno de los empresarios más adinerados del país. De hecho, él mismo afirma que es una persona acomodada, pero que esas comodidades son fruto de su espíritu emprendedor.

“Hace 35 años, un buen amigo cosechaba cacao, pero nadie creía en su producto, porque lo que más se vendía en ese entonces era el cacao de aroma. Sin pensarlo dos veces le compré una mata y comencé a cosechar”.

Y si de cosechar y ahorrar se trata, no hay quién le gane. Esa es una característica que lo diferencia. Por sus venas corre sangre libanesa.

Ser ahorrativo no solo es dejar de adquirir algún bien o servicio, sino también ser lo más estratégico posible al momento de realizar una compra o consumir algo, así él lo define.

Comenta que, hace una semana invitó a almorzar a dos amigos. “Compré en un chifa un chaulafán y un tallarín, fue suficiente para los tres y para calmar la sed opté por una jarra de té bien caliente que venía con la promoción. Logré que esa pequeña acción genere un gran cambio”.

Un nuevo comienzo

Sus años de trabajo constante, de sacrificio por conseguir bienestar y dinero quedaron atrás, así como los sobresaltos que conlleva ser un empresario exitoso, como él mismo se considera.

Ahora se autodefine como “un vago de solemnidad”, pero con una apariencia que refleja vitalidad y  larga vida. Sus empresas las repartió a sus hijos. Ahora son ellos quienes están emprendiendo nuevos proyectos, aunque bajo su supervisión.

Hace 5 años le tocó vivir una experiencia que jamás olvidará. Un cáncer terminal casi le cuesta la vida. “Todo fue tan duro”, recuerda.

Un médico en Estados Unidos le presentó una oportunidad para que sea parte de un proyecto de  investigación en la universidad Texas Southern, en Houston, en donde después de dos infartos y 45 sesiones de quimioterapia logró vencer a la enfermedad.

“Para mí, esto fue igual que la política: mantener una lucha constante, pensando siempre positivamente, con la ayuda de Dios. Pero esta vez  mi enemigo era la muerte”, enfatiza pensativo y con cierta nostalgia.

Pero el remezón le sirvió para ver la existencia de otra forma. Ahora disfruta de una vida más tranquila. Tiene una hacienda a pocos kilómetros  de  Cuenca. Ahí  se llena con cosas sencillas, como tumbar mangos, naranjas e incluso observar los pajaritos que llevan paja a su nido. Son cosas que goza mucho. El lugar se ha convertido en un sitio de relajación, donde también degusta habas con sal. “Yo las compro directamente al camión que vende víveres y que pasa todos los días cerca de mi hacienda”.

Tiene 9 nietos y disfruta de su compañía, pero cuando gritan lo alteran y los devuelve a sus papás. “Mi rol como padre ya pasó, ahora es cuestión de los padres criarlos a su manera”.

El ‘dúo dinámico’

Recordado como una de las figuras más controversiales del gobierno de su amigo Abdalá Bucaram, aún rememora aquellos días en las calles del centro de la urbe, donde lo único que importaba era ganar un partido de fútbol entre vecinos de barrio.

Cuando era muy joven veía llegar a casa de los Bucaram a Jaime Roldós Aguilera. Un hombre al que califica como brillante, como ser humano y presidente, y muy pulcro para vestir.

Su amistad con Bucaram implicó que ingresara a la política. Abdalá como alcalde y él como prefecto conformaron un dúo al que calificaron como ‘dinámico’, según cuenta, por las obras que realizaron juntos. “Tantas vivencias, unas agradables, otras no tanto. Hubo balaceras,  muertes, bombas, persecuciones, boletas de captura, exilios, todo eso lo empujó a que renunciara al cargo, pero asegura que hizo grandes obras para la provincia.

Cuando Abdalá se posesionó como Presidente de la República, el ambiente político empeoró para él. “Todos los días quemaban un ataúd abajo de mi oficina. Los sindicalistas le ponían afiches míos, y a las  16:00 ya comenzaba la quema del ataúd. Era algo muy duro luchar contra ello, aun cuando era el ministro de Energía y Minas, cargo que alguien le sugirió a Bucaram que me asignara porque el país necesitaba el flujo del petróleo”.

Afirma con certeza que el gobierno de Rafael Correa, a quien considera un hombre inteligente, ha realizado grandes obras, que son tangibles: carreteras, colegios, universidades, escuelas hospitales, una Policía moderna y otras obras de gran importancia, pero en la mesa de los ecuatorianos se siguen discutiendo  los mismos problemas sociales de la historia: pobreza, inseguridad y desempleo”.

El futuro del país dependerá de la persona que lo lidere. En lo que a él respecta, su vida actual no la cambia por nada. Dice que ahora es un hombre distinto que se divierte admirando la naturaleza. (I)

Para estar siempre al día con lo último en noticias, suscríbete a nuestro Canal de WhatsApp.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media