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El Telégrafo
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Los buses no ingresan a ciertos bloques para evitar averías en las unidades

Municipio no repara vías de 4 barrios de Guayaquil

Los vecinos de Nueva Prosperina denuncian que los arreglos municipales al camino principal son superficiales. Fotos: William Orellana / El Telégrafo
Los vecinos de Nueva Prosperina denuncian que los arreglos municipales al camino principal son superficiales. Fotos: William Orellana / El Telégrafo
10 de noviembre de 2015 - 00:00 - Redacción Guayaquil

La vialidad en el noroeste de Guayaquil luce como si un evento natural poderoso hubiese pasado por allí y arrasado con sus calles.

En 4 zonas del puerto principal se puede observar el mal estado de los caminos principales. Las aberturas son tan amplias que llegan a cubrir el ancho de la calle. Vehículos livianos y pesados tienen que detener la marcha para pasar sobre los ‘cráteres’ rellenos de aguas estancadas.  

Justamente, los habitantes del bloque 8 de Flor de Bastión padecen el problema.  Sus moradores se quejan por el descuido del Municipio. “Tenemos 25 años con la calle dañada”, cuenta la vecina Rosa Suárez, quien reside en el sector por el mismo tiempo.          

Las grietas son profundas, tanto que en la etapa lluviosa los buses de transporte ya no quieren circular. “Nos dejan en el bloque 6 porque los vehículos se dañan en el intento por cruzar. De allí tenemos que caminar muchísimo para llegar a la casa”, asegura la ciudadana.      

Los moradores también se quejan de que el servicio de Metrovía no amplíe su recorrido en el sector. “El agua llega a las rodillas mientras llueve”, denuncia el morador Luis Ortega.

La parte noroeste de la urbe presenta los mayores problemas de vialidad. La ruta principal que surca el bloque 2 de Balerio Estacio también está destrozada, a pesar de que en la ciudad al momento no hay precipitaciones.

En el Bloque 8 de Flor de Bastión es recurrente el deterioro de sus avenidas. Ellos denuncian que llevan más de 20 años en abandono.

Por ese motivo, el anuncio del desarrollo del fenómeno El Niño tiene preocupados a los vecinos por los inconvenientes en los traslados.

María Morocho habita cerca de la calle deteriorada. Por allí pasan todos los vehículos. Sin embargo, la capa de asfalto poco a poco ha ido desprendiéndose, a tal punto que solo queda tierra y ciertos pedazos de piedra.

Según Morocho, los permanentes residuos de aguas evacuados desde las casas y el paso de carros pesados han contribuido al daño. “Todas las aguas sucias bajan de las lomas y se estancan en este tramo”, expresa la vecina. Ella protesta por los malos olores.

Los vecinos coinciden en que varias veces personal del Cabildo ha visitado la zona, ha intervenido, pero al poco tiempo se daña de nuevo.

Ambos barrios carecen de alcantarillado. Los residentes deben caminar junto a chorros de aguas sucias que se escurren por los bordes de los caminos.

Nueva Prosperina, bloque 2, continúa con los inconvenientes en la vialidad. EL TELÉGRAFO ha reportado en varias ocasiones los innumerables baches existentes, pero no hay una solución definitiva.

El vecino Luis Vera indica que en ocasiones la reparan, pero al igual que en otros sectores, la calle se daña nuevamente. “Queremos que el Alcalde ordene la reparación de la calle. Cuando llueve aquí existe un grave problema”.

De la misma manera, la red vial de Lomas de la Florida tiene hundimientos por doquier. Los conductores tienen que hacer maniobras para evitar los hoyos. Una de las promesas de campaña de la administración de Jaime Nebot Saadi fue llevar la pavimentación a los sectores populares de la urbe. (I)  

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