El viaducto que pretenden construir el Municipios de Guayaquil y Samborondón (Guayas) genera incertidumbre entre los residentes de dos sectores del norte del puerto principal. Cuando se les consulta a los vecinos por la obra, confiesan que aún no han sido informados a profundidad sobre el tema.

En la ciudadela Brisas del Norte, zona de influencia de la plataforma, Lastenia Pinga está preocupada.

La vecina, que reside desde hace más de dos décadas en el sector, ha escuchado que ciertas casas serán afectadas. Ella -cuya vivienda está frente a las lagunas de Interagua- espera que no sea la suya. “No hemos recibido notificaciones de ningún tipo. Hace varios días había un letrero, en una esquina, que anunciaba la obra, pero ya lo han retirado”, recordó.     

Según la moradora, su hijo fue a una de las reuniones con representantes del Cabildo y entendió que no pasaría nada con su inmueble. “Ojalá que todo salga bien, tanto sacrificio que me ha costado comprarlo...”, dijo con un suspiro.

Cerca de su zona, donde existen terrenos, hay habitantes que han detenido sus aspiraciones de hacer ampliaciones, pues temen que luego puedan perder su inversión por el distribuidor de tráfico.   

La misma inquietud tienen los vecinos de la Cooperativa Juan Pablo II, que estará próxima al futuro puente.

Ronald Páez, quien tiene una casa esquinera de varias plantas, ha escuchado que su construcción podría ser expropiada o reducida. “Nadie del Municipio me ha ofrecido algo concreto. Hubo una reunión semanas atrás, pero solo tomaron unas fotos para cumplir con el trámite. De la afectación, nada”, manifestó molesto.     

Los habitantes señalaron que personas desconocidas han ido a realizar mediciones. Precisamente, en las aceras hay marcas que han sido pintadas.

El pasado 8 de octubre, el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot Saadi, anunció que solo se presentarían inconvenientes con 4 residencias. “Les daremos el dinero para la reposición de una casa con las mismas características en un lugar próximo o en otro lado”, expresó el burgomaestre en su enlace radial de los miércoles.

También se mantienen los reclamos por parte de los habitantes de Samborondón.

Los vecinos de algunas urbanizaciones privadas (del km 3,5 de la Vía a Samborondón) se quejan de la contaminación, los riesgos de accidentes y la congestión vehicular que provocaría el paso.

El colectivo de residentes argumenta que los estudios del Consorcio Guasamda recomiendan que lo mejor es construir en el km 6,8, pero los alcaldes (Nebot, de Guayaquil, y José Yúnez, de Samborondón) optaron por el km 3,5, donde hay viviendas.

Por su parte, Nebot respondió que el puente tiene que pasar junto a alguien. Actualmente, al Municipio de Guayaquil le falta la licencia ambiental que le debe otorgar la Prefectura del Guayas.     

Para conseguirla debe complementar 6 aspectos en la información del estudio ambiental; y repetir la audiencia pública dentro del proceso de socialización. (I)