Tomás Delgado, reconocido comediante, nació en el cantón Balzar, provincia del Guayas. Ahí se forjó su vida en medio de diversas adversidades. Como actor, su personaje más importante es, sin duda, la ‘Vecina’ con el que  ha realizado un sinnúmero de presentaciones en el país, así como giras a Europa y Estados Unidos, lugares donde hay una gran cantidad de compatriotas.

¿Siempre estuvo convencido de que la actuación era lo suyo?

No, no estaba convencido. Yo desde pequeño quería ser doctor, luego aviador; hasta que en la escuela tuve el placer de empezar a bailar danza folclórica y me gustó, luego trabajé con títeres. En sexto grado,  recuerdo que me paré en la mesa y dije: “Algún día voy a ser un actor”.

¿Cómo fue su incursión en el teatro callejero? ¿Cómo nació aquella vocación?

Bueno, esta vocación nace porque a mí me gustaba lo que se hacía en la calle. Yo era un espectador, me gustaba la actuación; pertenecí al grupo de teatro Balzas de Balzar, entonces tenía una formación empírica en lo que era el teatro. A los 19 años empecé a trabajar con el grupo de teatro Escenario, dirigido por Roosevelt Valencia. Recibía clases en la biblioteca municipal, en la explanada del Centro Cívico y en la Casona. Un día faltó un integrante del grupo al que yo siempre veía, entonces me acerqué al compañero Raúl Moreno y le dije:  “Yo quiero trabajar contigo”, él me preguntó si yo sabía hacer teatro y respondí que sí; me hizo una prueba y de ahí empezamos a trabajar en la calle.

Tomás Delgado es sinónimo de la ‘Vecina’, ¿cómo nace este personaje?

La ‘Vecina’ nace de una necesidad de llamar la atención de la gente en la calle, nace de esto de querer captar la atención del público. Todos los actores de la calle hacíamos en ese tiempo un poco de exageración con estos personajes y todos nos vestíamos de vecina para llamar la atención. Era simplemente para que la gente se agrupara y hacíamos el ‘ruedo’. Empezábamos a trabajar con las obras que teníamos.

¿Qué aprendió del teatro callejero?

Mucho. La improvisación, la rapidez del humor. Y eso es fruto de la constancia, el trabajo y el empeño que le ponías a las cosas. Para mí, el teatro callejero fue muy importante porque le dio cabida a la rapidez del humor que tiene la ‘Vecina’.

¿Cómo salta a la televisión Tomás Delgado?

Se da por la necesidad de grandes cómicos, como Oswaldo Segura, de querer tener actores un poco más profesionales en sus filas. Él me llamó para hacer capítulos de Súbete a mi taxi y de Mis adorables entenados con billete. Ahí trabajé con Oswaldo, él me dio la oportunidad de entrar a la televisión, luego me llamaron para hacer una comedia en el programa Guayaquil caliente, en Sí TV (Ahora Canal Uno). Allí presentábamos a la ‘Vecina’.  Yo escribía los libretos.

Después llegué con otro personaje, una comedia montuvia que se llamaba ‘Monte y adentro’. Hacía un personaje que se llamaba el ‘Montuvio Evelio’. Allí inició mi carrera televisiva.

¿Cree que a la actuación no se le está dando el valor necesario debido a personajes que se vuelven actores de la noche a la mañana?

Pienso que los actores necesitamos ser escuchados. Estamos con Héctor Garzón en la asociación Casa Teatro trabajando por los derechos para los actores, muchos con trayectorias de 20, 30, 35 años y que se han constituido en verdaderos profesionales de la actuación. Hay muchas personas que no valoran lo que ellos hacen cuando lo justo sería rendirles un homenaje ahora, en vida, reconocerlos como pioneros de la comedia. Esa es la lucha que hemos emprendido. Además, trabajamos para dejar un gran legado. (I)