En los últimos tiempos, la sociedad se ha hecho eco de grandes cambios, tanto políticos como sociales.

Pero son los jóvenes quienes han sido los grandes protagonistas de ellos. Es común que en medio de una reunión entre amigos o familiares se llegue a compartir diversos puntos de vista sobre algún tema. Dependiendo del entorno, entre comentarios y preguntas, es posible que alguien del grupo revele que es ateo, luterano o socialista.

En la mayoría de casos los comentarios provienen  de jóvenes y uno de ellos puede ser:  “Yo soy childfree”,  una de las confesiones que ha comenzado a multiplicarse. Quienes conozcan o no su significado voltean a descubrir el rostro de quien lanzó ese comentario.

Esta tendencia cada vez aumenta, en especial por parte de parejas en edad fértil, quienes deciden no incluir hijos en su relación. Algunas  personas aseguran que se trata de una moda de países europeos, otras piensan que no es cuestión de moda, sino de cambios sistemáticos del pensamiento de ciertos individuos, ante los problemas económicos, políticos y ambientales de las últimas décadas.

Estefanía Alvarado, estudiante universitaria, comparte esta teoría: “Yo amo a los niños, pero no quisiera tener bebés porque el mundo está muy complicado, tanto económica como moralmente; muy degradado y tener un niño es una responsabilidad”.

Ser “childfree” se ha convertido en una forma de vida. “Si mi novio quisiera tener hijos yo me alejaría de él”, sostiene la joven Joselyn Tello. Muchos hombres y mujeres, a la hora de buscar pareja, lo primero que hacen es indagar sobre la postura del otro con respecto al tema. Este estilo de vida puede arrastrar a problemas en la relación, en el caso de que alguno de los dos piense diferente. “Si no se lo habla con antelación, puede llegar a afectar. Hay personas que tienen el deseo de ser padres o madres y cuando no se comparte puede afectar”, opina Estefanía.

En el caso de la mujer, esta puede llegar a ser señalada dentro de su entorno, debido a que su aspiración es diferente a la de generaciones anteriores a la de ella. Hace dos y tres décadas, para sentirse realizadas, las mujeres debían pasar por la maternidad. “La crítica resulta más común o evidente en sociedades fuertemente arraigadas a la tradición religiosa o a creencias ancestrales”, argumenta el psicólogo Leonardo Cerezo “en las que asocian hijos con bienestar; y la falta de estos como un signo perjudicial”.

Como rama de esta forma de vida han aparecido activistas, movimientos, incluso sitios web apoyando esta postura. “Libre de hijos – ‘childfree’” es una página colombiana administrada por activistas que comparten esta tendencia.

“Algo evidente es que ya somos muchos en el planeta, muchas personas tienen un sentido más filosófico de no tener hijos; en lo personal es por comodidad y por tener una mejor vida”. Esto indicó uno de los fundadores de la página, quien prefirió mantenerse en el anonimato debido a las reacciones negativas que asumen algunos usuarios frente al contenido que publican.

Una tendencia social

Hay personas que opinan que ser “Childfree” es una etapa de la vida, es decir, una postura momentánea, mas no permanente. “Considero que cada persona es un mundo diferente; yo creo que dependiendo de la situación podría cambiar de pensamiento”.

Así lo considera Luis Lozano. Mientras que Joselyn Tello opina diferente: “Cada día estoy más convencida de que no tendré hijos; si lo tengo sería no mío sino adoptado porque hay muchos niños que necesitan de un hogar”.

El mundo ha cambiado, las personas deciden sumarse o no a estos cambios. Así también deciden tolerarlos o no. Despertar a un nuevo pensamiento tiene como contrincante a la tradición. La autonomía es el punto de ventaja para ganar, dando paso a la libertad de levantar la mano y decir: “Yo soy ‘Chilfree’”.

José Luis Castro, psicólogo clínico con una maestría en orientación familiar, asegura que la tendencia no tiene nada de malo. Es la decisión de una pareja y nadie puede intervenir en ello.

Una pareja puede decidir tener un hijo o tres o cinco; y nadie tiene por qué intervenir en ello. Si no desean tenerlos porque quieren estudiar, porque quieren viajar o simplemente porque todo el dinero que ganan lo desean invertir en ellos nadie tiene que intervenir.

Es una opción de vida, si una mujer soltera, profesional y exitosa decide no casarse ni tener hijos nadie debe interferir en ello. Casarse es solo una opción de vida.

Muchas personas deciden no seguir los patrones impuestos. Lo tradicional es contraer matrimonio, tener una familia e hijos, pero hay otras opciones y eso depende de la pareja. (I)