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La mitad de la zona rosa, clausurada por el Cabildo

La mitad de la zona rosa, clausurada por el Cabildo
20 de octubre de 2012 - 00:00

El Municipio de Guayaquil, a través de la Comisaría Cuarta de la entidad, ha cerrado 31 locales en la denominada zona rosa, porque no cumplieron las ordenanzas que rigen desde mayo de este año, dentro del plazo que concluyó el domingo anterior.

El director de Justicia y Vigilancia del Cabildo, Xavier Narváez, indicó que desde que rige el nuevo estatuto para el desarrollo comercial y de servicio turístico en el centro, el objetivo es recuperar la jerarquía turística del sector.

Según la base de datos del Municipio, existen 60 locales registrados como bares y discotecas dentro del perímetro que abarca las calles Loja, Roca, Panamá y Córdova. Únicamente 29 negocios cumplen las exigencias municipales en cuanto a espacio, sistemas de seguridad y estructuras para las personas con discapacidad.

Los dueños de los locales afirmaron que hicieron inversiones superiores a 2.000 dólares para implementar los nuevos elementos dentro de las infraestructuras. Narváez dijo públicamente que se proyecta un número máximo de 32 locales de diversión nocturna para que den un servicio de calidad a los turistas locales y extranjeros.

Sin embargo, propietarios de varios bares han demostrado contrariedad porque las nuevas medidas causaron pérdidas económicas y no tienen algún destino planificado para los espacios clausurados.

Edna Fiallos, quien vive desde hace más de cuatro décadas en el sector (Rocafuerte y Aguirre), es propietaria de dos espacios en la planta baja de su inmueble, que alquilaba para un soda bar y un bar. Ambos negocios dejaron de funcionar hace dos meses, ya que las personas que alquilaban los locales desistieron “porque trabajaban a pérdida con las nuevas ordenanzas”.

Fiallos estaba sorprendida, el pasado lunes, por un sello de clausura puesto en estos sitios. “Hace rato que no funcionan y a mí me causa molestia porque no tengo cómo abrir para sacar mis cosas de allí”, explicó la propietaria a un delegado del Cabildo, quien el pasado jueves retiró el sello que fue colocado por error.

La ciudadana, por el momento, no tiene opciones para volver a abrir sus locales. “Con las nuevas exigencias está difícil habilitar un buen negocio”.

El funcionario municipal que retiró los sellos aseguró, bajo la reserva de su nombre, que los dueños de estos lugares deben verificar en la nueva ordenanza el tipo de negocio más acorde con el espacio de sus locales.

Las fuentes de sodas y cafeterías deben tener, mínimo, un área de 35 m2 y los restaurantes 50 m2. Mientras que las peñas y discotecas, un área de 65 m2 y 100 m2, respectivamente. Por otra parte, los billares, 60 m2; y los bares 70 m2. De igual manera se exigen nuevas dimensiones para el frente: sodas, cafeterías y restaurantes, 5 m; peñas, discotecas, billares y bares, 7 m.

Para Tito Itúrburu, propietario del bar Cupido, el cambio de ordenanza representó el ocaso de su actividad de alrededor de 20 años en el sector. Desde hace más de cuatro meses, Itúrburu fue notificado por el Cabildo de que su local sería cerrado si no cumplía el nuevo reglamento y firmó un documento en el que se comprometió a aceptar la disposición.

Aunque en un momento analizó la posibilidad de apelar la orden, Itúrburu decidió cerrar su negocio y poner a la venta el mobiliario, equipos de refrigeración, entre otros artículos. “Yo instalé mi negocio con la aprobación del Cabildo y no me parece correcto que ahora reformen las ordenanzas y me las apliquen en forma retroactiva”, refirió.

La Asociación de Propietarios de Establecimientos Nocturnos (Apden) de Guayaquil buscó, infructuosamente, que el Municipio otorgara una prórroga hasta fines de año para cumplir las nuevas exigencias. Mediante un comunicado firmado por Enrique Barreiro, presidente de Apden, se solicitó un tiempo para recapitalizarse y buscar otros lugares, acordes a la ordenanza, para los negocios de la zona rosa.

Santiago Vasco, dueño del bar Baraka, dice que no tuvo el tiempo suficiente para ajustar las dimensiones para el frente de su local, que quedó cerca de dos metros por debajo de la nueva ordenanza. Si bien el bar sobrepasa por 30 m2 el mínimo exigido por el Cabildo, debió ser cerrado. “No es justo que les otorgaran la prórroga a los bares de la calle Machala y a nosotros no”, refirió Vasco.

Otros propietarios consultados comentaron que estudian la posibilidad de trasladar sus negocios hacia otros cantones, como Durán y Milagro. Mientras que quienes aprobaron las recientes inspecciones del Municipio solicitan mayor seguridad. Hasta el cierre de esta edición no hubo un nuevo pronunciamiento oficial de la Apden frente a la acción del Cabildo.

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