La preparación y/o degustación de la comida típica guayaquileña es motivo de unión de la gente que habita esta calurosa y creciente ciudad. Es difícil encontrar a alguien comiendo cangrejos solo, y es que lo sabroso de esto no solo radica en las patas gordas con unos ricos maduros, sino también en la compañía, que si no es de familiares o amigos, tal vez es una refrescante cerveza.

Para degustar el arroz con menestra y carne asada, al igual que en una cangrejada, se requiere cumplir ciertos pasos que las familias guayaquileñas convierten en tareas entretenidas. Alguien que esté en la parrilla, el que cocine la menestra y el arroz, el que aliste la mesa y hasta quien vaya a comprar las gaseosas. Así que no solo nos hace guayaquileños la forma en la que se preparan los platos y los ingredientes que incluimos en ellos, sino también en cómo y con quiénes decidimos vivir el momento.

La comida guayaquileña es tan apetecida por propios y extraños, que cada vez más el área de la gastronomía y turismo de la ciudad  se esmera en prepararse para atender de la mejor  manera a la clientela.

Carlos Vásconez, director académico de la Escuela de Gastronomía Sabores, dice que su gusto y primeros conocimientos de la comida criolla guayaquileña los aprendió de su madre y abuela. Este chef, apasionado por los libros de cocina y por la cátedra gastronómica, asegura que lo que nos diferencia de otras tradiciones culinarias, como las de la Sierra, es la variedad.

La cercanía a las costas resulta favorable en el consumo, no solo de productos cárnicos, sino también por la diversidad de mariscos. “Aquí también enseñamos cocina típica guayaquileña y de Ecuador. Educamos a nuestros alumnos para que sean embajadores gastronómicos del país, porque tenemos una gran variedad de platos”. (I)

La gastronomía marinera que tiene la ciudad

Lucía Moreira es, hace 23 años, la propietaria de un establecimiento de comida típica guayaquileña. El cangrejo, el pescado, la concha son su especialidad. Para las fiestas julianas las ventas son mucho mayores por el elevado número de turistas que llega a la urbe.

“Para mí, la comida se parece a los habitantes de la ciudad. Los platos aquí tienen mucho sabor y una gran variedad, es como ver reflejado al guayaquileño en su gastronomía”. (I)