Los residentes de las cooperativas ubicadas cerca del Estero Salado, donde el afluente toma el nombre de Santa Ana (en el sur), organizan reuniones para solicitar al Municipio de Guayaquil que legalice las propiedades asentadas en una zona intervenida por la Secretaría Técnica de Prevención de Asentamientos Humanos Irregulares (Stpahi).  

Además, delegados del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) visitaron  la cooperativa Vencer o Morir 3, en la Isla Trinitaria, con el objetivo de recabar datos que permitan establecer el número de familias que serán trasladadas a Socio Vivienda 2, en el norte de la urbe.    

Los resultados del estudio se remitirán a la Stpahi para que, posteriormente, inicie el retiro de casas en la ribera del estero. La comunidad del sitio calculó que  80 serán las familias afectadas.

El Gobierno proyecta la reubicación de 8.200 familias que viven a orillas del estero SaladoLucetty Pachito, secretaria del Comité Pro Mejoras de Cooperativas de Trinipuerto, explicó que la mayoría de personas que vivían en la ribera ya han salido y que ahora su mayor interés es que el Cabildo legalice la situación de quienes se quedarán. “Estas son tierras consolidadas y queremos que el señor alcalde (Jaime Nebot) se haga presente, así como el  Miduvi  lo hizo”.

Pachito, quien afirmó que se pactó una cita con autoridades municipales a las 17:00 de ayer, advirtió que si no les daban una respuesta favorable iniciarán movilizaciones hoy o mañana.

Los habitantes de las cooperativas Andrés Quiñónez 2, Vencer o Morir 3, Isla del Valle, entre otras, se han unido con el objetivo de legalizar las tierras.   

Los moradores afirmaron que el Cabildo, en dos ocasiones (noviembre de 2010 y en febrero de 2013), realizó el levantamiento topográfico del sector, el cual  comenzó a poblarse en la década del 90.

En 2009, la Dirección de Justicia y Vigilancia denunció la invasión de terrenos municipales en el lado este del ingreso al parque Ecodeportivo, en Trinipuerto, y la Policía Nacional implementó desalojos.   

Personal del Miduvi, durante la visita que realizó en la cooperativa Vencer o Morir, conoció el caso de Elizabeth Carabalí, quien recibe un tratamiento médico para controlar la cirrosis. Los técnicos apuntaron el nombre de su cónyuge para agilizar los trámites de la reubicación. “Cuando vinieron a hacer el censo, mi esposo dio mal los datos de las familias que viven en esta casa y la confusión detuvo los trámites”, lamentó Carabalí.

Varias familias, por voluntad propia, decidieron salir de la zona intervenida por la Stpahi para adquirir casas de planes habitacionales gubernamentales. Según las cifras estatales, 8.200 familias que viven a orillas del estero Salado serán reubicadas.

Sin embargo, hay quienes se resisten a salir porque sienten que están bien en el sector o no tienen suficientes ingresos como para adquirir deudas.

Elizabeth Valverde, por ejemplo, adquirió su terreno en $500 y, con dificultades, logró levantar su casa, de construcción mixta. “Apenas tengo para mí y mi familia. ¿Cómo pagaría otra casa o quién me devolverá lo que invertí en esta?”, argumenta. Hasta el cierre de esta edición no se conocían los resultados de la reunión pactada en la explanada del colegio réplica Guayaquil, entre el Cabildo y habitantes del Trinipuerto.

Obras de rescate de estero

De acuerdo con las autoridades, los trabajos de despeje de asentamientos en el estero Salado y construcción de parques lineales tienen un avance del 25% y esperan que estén concluidos en 2017. La inversión en dichas obras asciende  a 125 millones de dólares.     

“Hay que limpiar las aguas, utilizando varios métodos. Ya tenemos seis oxigenadores, la gente está contenta porque ha funcionado, porque han desaparecido los malos olores”, aseguró el Presidente de la República durante el último enlace ciudadano.   

En el sector de la Isla Trinitaria, donde aún existen hectáreas de manglar que no han sido pobladas, el Gobierno tiene previsto construir senderos ecológicos, ciclovías y paseos peatonales.

El Primer Mandatario afirmó que las áreas rescatadas, incluyendo las zonas del manglar, serán declaradas como zonas protegidas para evitar invasiones en el futuro.