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Entrevista / enrique daniel vera torres / futbolista paraguayo

"Quería jugar un último partido e irme tranquilo"

"Quería jugar un último partido e irme tranquilo"
19 de diciembre de 2016 - 00:00 - Redacción Fanático

Enrique Vera se imagina en su cabeza la despedida que no tuvo en Liga de Quito. Piensa que si tiene que hablar frente a la hinchada, ante un estadio Casa Blanca repleto, se le quebraría la voz y solo alcanzaría a agradecer por todos los años que defendió a los ‘albos’.

También sueña con salir al campo de juego con sus tres hijos, Thiago, Matías y Benjamín; y recibir los aplausos de los hinchas extasiados. Pero aquello se quedará como un sueño lejano, por ahora, porque el ‘Rambert’ volvió a su país sin salir como él habría querido.

El paraguayo nacionalizado ecuatoriano desde 2015 contó que si de él dependía se habría quedado en Liga-Q para jugar un año o seis meses más; lo que siente que puede estar en actividad. Sin embargo, nunca existió un acercamiento de la dirigencia, porque su contrato terminó este año, así que tomó la decisión de volver a su país.

Resentimientos, ninguno. Al contrario, el volante de marca se marcha agradecido por todo lo que vivió en Liga-Q, el club que lo hizo notar a nivel internacional, por el que llegó a la selección y por el que disputó un Mundial en 2010.

¿Cómo asume este momento de su carrera y la decisión de retornar a su país?

Este fue un año para el olvido, porque Liga se preparó para pelear el campeonato y estar en la Copa Libertadores. No conseguimos ninguno. Mi idea era terminar con un buen año y salir por la puerta grande. Tampoco creo que me voy por la ventana, pero la idea de los más grandes era dejar al club en mejores lugares para salir bien.

¿Cerrar el ciclo con Liga-Q también significa terminar su carrera futbolística?

Todavía no pienso en dejar el fútbol. Mi idea es volver a mi país para jugar seis meses o un año más antes de retirarme. Veré qué puedo conseguir, pero ya tengo un par de ofertas para seguir el próximo año. Allá podré realizar lo que quería hacer con Liga: jugar mi último partido, salir a la cancha con mis hijos e irme tranquilo.

¿Qué pasó en Liga de Quito en 2016? ¿Por qué fue un año tan irregular, luego de disputar la final en 2015?

Fue de las peores temporadas en las que me tocó estar en Liga. Nunca el club tuvo tres técnicos en un año, se fueron muchos jugadores, vinieron otros que tal vez no se pudieron adaptar. Solo queríamos que se acabara esta pesadilla. Siempre nos sentábamos (los más experimentados) para analizar lo que sucedía, pero no encontrábamos solución. Ojalá que todo pueda empezar bien. Todos piensan que venir a Liga es fácil, que tener buenos jugadores es suficiente, pero no es así. Existe mucha presión por esta camiseta y ahora debe existir una mejor estructuración.

Se habló de que el camerino estaba partido y aquello conspiró para que el club no pudiera estar en lugares estelares. ¿Qué pasaba internamente?

Cuando las cosas andan mal, siempre salen esos rumores: que no nos llevamos bien, que los extranjeros solo están entre ellos. Siempre tuvimos grupos, pero compartíamos todos sin problemas. De mi parte no vi eso, sino que cuando las cosas no salen, buscas esa excusa. Siempre hablábamos de frente en las reuniones que tuvimos. Los objetivos no se dieron, Liga lo pasó mal todo el año.

Varios referentes, como usted, Néicer Reasco y Carlos Tenorio, se van del equipo. ¿Qué considera que le ha dejado a Liga en todos estos años?

Hemos hecho grandes cosas, pero uno desearía haber salido de la cancha aplaudido. Uno sufre mucho y la familia igual, pero lo que uno puede transmitir son consejos y experiencias a los más jóvenes, que son los indicados para levantar al club. Otros se quedarán, como el ‘Beto’ Araujo, para enseñar a los más pequeños y porque sienten que aún pueden dar más.

¿Es cierto que llegó al país con sus herramientas de plomería por si el fútbol no le resultaba cuando vino a probarse en Aucas?

Es verdad. Yo las traje porque además del fútbol me dedicaba a eso en mi país. Me dije: “No sé cómo me va a ir en Ecuador y, si no resulta, tendré mis herramientas para trabajar”. A la final, no las necesité, porque pude quedarme y empezar a jugar en Aucas, que fue el club que me abrió las puertas para quedarme en Ecuador.

Después pasó por Olmedo y Universidad Católica, antes de llegar a Liga-Q. ¿Sintió que la hinchada ‘alba’ se le resistía porque no lo conocían?

Al principio sí, pero eso no me afectó. Siempre he dicho que con trabajo y humildad todo se puede lograr. Así fue y con el pasar de los partidos sentí la aceptación de la gente. Desde el primer día que llegué dije que venía a triunfar. Humildemente, con el sacrificio de todos los días, para dejar todo dentro del campo de juego y fuera. Eso es lo que he hecho.

¿Qué representa Liga-Q en su carrera y por qué le tiene tanto cariño al club?

Es todo para mí. Me dio a conocer internacionalmente, me dio estabilidad económica para mi familia, pude conocer muchos países, me dio la oportunidad de ser llamado a mi selección y me siento como en casa. Es mi casa; ya llevo casi 11 años aquí en Ecuador y agradezco a todos los equipos en los que jugué, pero Liga me ha dado a conocer y por eso me siento muy identificado con la camiseta.

¿Cuáles son las memorias más gratas que tiene con Liga?

Conseguir la Copa Libertadores 2008 fue lo que para mí significa el mayor logro y el recuerdo más hermoso. Luego la Sudamericana, la Recopa, los goles que le marqué al Real Madrid en el estadio Santiago Bernabéu. Cosas que uno siempre tiene en el recuerdo y que las tuve gracias a Liga.

Antes de la final de vuelta de la Libertadores ante Fluminense en el estadio Maracaná no los dejaban entrar para reconocer el campo de juego. ¿Qué pasó?

No nos querían dejar entrar, cuando era algo permitido por la Conmebol. Me acuerdo de que presionábamos al guardia, lo comenzamos a empujar (risas).

Entramos, pero no nos dejaron practicar con pupos. Esa fue una anécdota, el día previo a lograr la hazaña en el Maracaná. El regreso a Quito fue eterno, tanto que nos tuvimos que dormir debajo de los asientos en el aeropuerto hasta que llegara el avión, porque era un vuelo chárter. Esperamos horas para salir desde Río de Janeiro.

¿Ha pensado en qué hará luego del fútbol? ¿Se ve como técnico en algún momento?

No todavía. Quiero seguir viviendo esto, porque es algo hermoso tener un trabajo donde te pagan y haces lo que más te gusta. Más adelante podré ver qué acontece. Ser entrenador no me llama tanto la atención, tal vez de ayudante podría ser. No sé qué pasará en el siguiente año y puede que mis ideas varíen, pero con seguridad puedo decir que seguiré vinculado al fútbol después de retirarme de la actividad. (I)

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