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Punto de vista
Por cumplirle el sueño a Guayaquil
Qué bien le vendría a Guayaquil y al fútbol ecuatoriano que los dos colosos del torneo de primera división lleguen a una final inédita y de ese pleito salga el nuevo monarca de un campeonato que con el correr de los partidos se pone cada vez más apasionante.
La sensación que tengo es que más allá de los merecimientos de los otros contendores, Barcelona, ganador en 2012 y Emelec en 2013, pueden poner el broche de oro a un año lleno de inconvenientes, que involucró a los seleccionados y mucho más a los actuales dirigentes.
La credibilidad de nuestro balompié tomaría un crecimiento insospechado ya que la opinión internacional pondría sus ojos en esos duelos que se presume serán emocionantes y no es un detalle menor llamar la atención de otros mercados y hacerles entender que a pesar de las dificultades tenemos la capacidad de corregir y salir adelante. Futbolísticamente hablando los dos equipos han hecho mérito para llegar a este sueño guayaquileño y nadie puede refutar lo contrario; los canarios con un semestre más que positivo rearmaron una idea y consolidaron una tranquilidad muy pocas veces vista en los pasillos del monumental acostumbrado a incertidumbres y caras desencajadas. Israel convenció con un discurso directo y sin tantos tapujos, entendió desde que pisó suelo guayaco qué medicina pedía a gritos un equipo doliente y que hoy pocos meses después la receta fue todo un éxito porque lo que más se respira en el interior es confianza y mucha vitalidad. ¿Qué le puede ofrecer Barcelona a la final?, a mi entender mucho, porque si revisamos el plantel encontraremos muchachos con hambre de gloria y veteranos que quieren coronar una extensa carrera ganando una final de clásico, sabiendo que quedará perpetua en cada retina de sus seguidores. En el plano táctico el equipo canario es un típico equipo rioplatense como su adiestrador, donde prevalece el orden y el mensaje tácito de entregar absolutamente todo apoyado en ideas fijas ofensivas como el desborde constante para alimentar a su cazador en el área grande. Por el lado de los eléctricos, el abanico de condimentos es también muy surtido y lleno de variantes que sin dudas lo ratifican como favorito en una previa que será de infarto. Quinteros, un tipo convencido de lo que quiere, ya tiene a su haber el hecho de saber ganar un torneo local y lo mucho que representa para el otro grande del país, y es por eso que sus dirigidos más allá de que cambien los nombres saltan al rectángulo sagrado con la lección aprendida y persuadidos de qué tienen que hacer para llevarse cada partido los tres puntos. Este deporte es de momentos y ellos más que nadie saben que la levantada final los pondrá con el motor a punto si llegan a una hipotética final y más aún si el eterno rival es el que estará enfrente. A falta de pocos puntos por disputar los pronósticos pueden modificarse porque si el fútbol tiene algo que lo destaca es lo impredecible que puede llegar a ser; por todo eso me apoyo en la idea de imaginarme un ida y vuelta conmovedor en una ciudad como Guayaquil que estaría agradecida con sus dos titanes de por vida; y no está mal ilusionarse con una situación de ese tamaño, solo debemos estar preparados para que suceda y realmente poder disfrutarlo.