Si antes se hablaba de los pioneros en jugar en el exterior y ahora se lo ve como algo casi común, en el balompié femenino ecuatoriano ocurre lo que vivió el fútbol masculino hace décadas. La clasificación al Mundial de Canadá 2015, la primera para un seleccionado femenino de Ecuador, sí representó una real vitrina para las jugadoras, a pesar de que la Tricolor perdió los tres partidos del grupo C, marcó solo un gol y recibió 17.

La experiencia fue enriquecedora y la plantilla de 23 que jugaron ese Mundial quedará en la historia por aquel logro. En ese entonces, algunas de la plantilla ya jugaban en el extranjero, principalmente en universidades estadounidenses, de donde eran oriundas; pero, por sus raíces ecuatorianas, pudieron ser tomadas en cuenta.

Sin embargo, después del Mundial norteamericano empezó a surgir el interés por contar con las ecuatorianas que forjaron su carrera de forma amateur en el país. El talento de las deportistas nacionales no pasó inadvertido, en medio de la campaña que cumplió Ecuador en la cita mundialista.

Ya en enero de 2016, las primeras en ser tomadas en cuenta fueron Ligia Moreira y Kerly Real. La primera, defensa central y capitana del equipo, cruzó la frontera para ir hasta Colombia, donde firmó con el club Patriotas de Boyacá, en la naciente Liga Profesional de Colombia.

Al inicio tuvo más dudas que certezas. No acababa aún su carrera universitaria en Periodismo, pero la idea de jugar a nivel profesional pudo más. Así llegó a Boyacá, donde también pudo desempeñarse en el Departamento de Comunicación, afín a su carrera universitaria que continúa por ahora en suspenso.

‘Gigi’, como la conocen, logró adaptarse sin problemas a las condiciones de ese balompié. Además, era la primera vez que debía vivir sola, lejos de su familia en Guayaquil. Sin embargo, al mismo tiempo de su viaje a Colombia, Mayra Olvera también se trasladó a ese país.

La volante de corte firmó por el Deportivo Pasto y estaban en comunicación constante. Ahora, Olvera cambiará de equipo y se juntará con Moreira en Patriotas. “Será maravilloso jugar nuevamente con ella. Nos complementamos muy bien”, contó Moreira.

Ambas se refirieron a que jugar fuera del país significa una oportunidad para demostrar que el fútbol femenino ecuatoriano está en crecimiento. Ellas, como pioneras en ser “exportadas” al extranjero, quieren dejar huella y allanar el camino para las futbolistas del futuro.

Ahora se suma a ellas, como ‘legionaria’, la defensora quiteña Kerly Real. La jugadora de 18 años fichó por el balompié español y ya actúa en el Málaga Femenino, de la Segunda División de ese país.

El fin de semana anterior debutó en la goleada de su equipo 8-1 contra el Daimiel RC. A principios de año estuvo cerca de vincularse a otro club español, el Madrid Club de Fútbol, donde estuvo a prueba.

Tras superarlas con creces, la lateral fue seleccionada, pero a la final no se concretó su traspaso. Regresó al país para mantenerse en actividad con el club Espuce y después de las gestiones de su empresario, se efectuó la transferencia al Málaga.

Ella no será la primera en jugar en esa liga. Hace dos años, incluso antes de que Ecuador acceda al Mundial de Canadá, María Isabel Vásconez tuvo la oportunidad de viajar hasta Europa y jugar en el Unió Esportiva Sant Andreu de Barcelona.

La volante ofensiva estuvo presente en la Copa América de Ecuador, pero se perdió el posterior repechaje contra Trinidad y Tobago. Tuvo que viajar hasta Europa, porque además de jugar en el plantel, le dieron la oportunidad de continuar su maestría en Relaciones Públicas y Gabinetes de Comunicación en la Universidad Autónoma de Barcelona.

Después de esa experiencia retornó al país y en la actualidad fue anunciada como refuerzo del Deportivo Cuenca femenino, que se estrenará el próximo año. También coordinará las divisiones formativas de mujeres del equipo, por un convenio entre los ‘morlacos’ y la escuela de fútbol que lleva su nombre en su ciudad.

“Es un sueño hecho realidad, poder representar al equipo de la ciudad. La base del equipo será la escuela y desde allí partiremos para conformar el equipo para 2018”, dijo.

La quiteña Kerly Real, de 18 años, llegó al fútbol español para jugar en el Málaga Femenino de la Segunda División de ese país. Fue el último fichaje del club. Foto: Cortesía

Oportunidad universitaria

También varias ecuatorianas lograron un lugar en diversas universidades estadounidenses gracias a su talento futbolístico. Ellas están regadas en diversos estados y el balompié universitario está a un nivel equitativo a las mejores ligas femeninas.

Manoly Baquerizo es una de ellas. A pesar de que no estuvo en el Mundial de Canadá, sí fue parte del proceso. Por su edad -tenía 16 años en ese momento- fue una de las jugadoras que quedó relegada de la nómina definitiva.

Ella entendió que aún no estaba lista para estar en un torneo del tal magnitud y tomó aquello como una motivación para su preparación. “Ahora, con 18 años, me siento más fuerte mentalmente para lo que se viene. Seguro podré ser un aporte mayor para la selección”, dijo la jugadora, que podrá ser considerada para los Juegos Bolivarianos.

Manoly estudia en la universidad Clayton State en Atlanta y juega para los Clayton Athletics. En el país era reconocida por ser una delantera eficaz, pero en Georgia le tocó jugar en varias posiciones. Pasó a ser enganche, también volante por las bandas e incluso lateral.

Otra seleccionada que se mudó a Estados Unidos es la guardameta Andrea Vera. Ella está en la Universidad de Río Grande (Ohio) y sigue la carrera de estudios del Deporte y del Ejercicio.

La arquera no tuvo la oportunidad de jugar en la Copa del Mundo, pero se mantuvo firme en el balompié local, en el club San Francisco.

Así, su talento la llevó a ser becada en el fútbol universitario de Estados Unidos. Recientemente se sumó a su misma universidad y equipo Ambar Torres. La volante ‘10’, que ahora llevará el número ‘9’, aún no ha decidido qué carrera seguir, pero ya forma parte de la nómina del equipo.

Vera, con más tiempo ahí, le dio la bienvenida en su cuenta de Twitter y ahora se juntarán luego de compartir varias concentraciones en la selección ecuatoriana. Ambas son las únicas sudamericanas en la plantilla. El resto son futbolistas locales, salvo un refuerzo de Sudáfrica.

Alexandra Salvador y Mariela Jácome continúan sus carreras universitarias también en Estados Unidos. Salvador, nacida en Canadá pero de padres ecuatorianos, cursa la carrera de Educación Física y Salud en la Universidad de Alcorn (Misisipi) y juega en el club conocido como Lady Braves. El año pasado figuró como capitana.

Mientras que Mariela Jácome se mantiene en la Universidad de Saint John, donde sigue la carrera de Historia. La mayoría de ecuatorianas en Estados Unidos han optado por carreras vinculadas al deporte, salvo ella.

El balompié femenino ecuatoriano busca la profesionalización, pero en medio de aquello varias futbolistas han logrado mostrarse para ser consideradas en el extranjero. (I)

La defensa Ligia Moreira fichó por el Patriotas de Boyacá y también forma parte del Departamento de Prensa del club. Es capitana del equipo nacional en la actualidad. Foto: Archivo / EL TELÉGRAFO

DATOS

Los clubes de primera división de Ecuador deberán contar con un equipo femenino a partir de 2019, según determinó la Conmebol.

Los equipos podrán establecer convenios con instituciones ya formadas o iniciar desde cero la conformación de una plantilla.

El fútbol femenino en Ecuador aún es amateur, por lo que esta obligación de la Conmebol permitirá la profesionalización.

El torneo de 2017 recién empezaría el próximo mes, por la falta de respaldo económico. (I)

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