Dijo alguna vez Isidro Romero que Barcelona llegó a la final de la Copa Libertadores de 1990 por contar con un gran arquero, un gran 5, un gran 10 y un gran delantero. Se refería a Morales, Saralegui, Trobbiani y Acosta. Ybien le podríamos agregar un gran central: Jimmy Montanero. En 1992, el Ídolo volvió a contar con una columna vertebral envidiable y llegó hasta semifinales:Cevallos (Morales o Mendoza, que se lesionaron), Montanero de nuevo (¡y Monzón!), Bernuncio, Insúa y Gilson.

En el 98 repitieron Cevallos, otra vez Montanero, Carabalí, Pepo Morales y el Pipa de Ávila (y Asencio o el Tin). Con esos cracks, Barcelona afrontaba las lides internacionales. ¿Hacen falta las comparaciones para entender por qué el conjunto de Israel no da al menos una mínima esperanza de mejoría? La plantilla no da la talla, en lugar de reforzar al equipo que terminó segundo el año pasado, se lo desmembró. La dirigencia no logró cumplir los requerimientos de Israel por falta de dinero y malas decisiones y ahora el DTuruguayo es el señalado por (casi ) todos.

Israel tiene razón cuando dice que a un equipo con jugadores nuevos hay que esperarlo, pero cuando los futbolistas no tienen las condiciones para vestir la camiseta de un grande, la mejoría no tendrá un techo tan alto. ¿O es que el Ídolo sí tiene los jugadores que harán  olvidar, cuando se adapten, a Álex Bolaños, Michael Jackson, Cristhian Suárez y Cristhian Penilla?

Qué distinto es el otro bando, el que dominó al Internacional de Porto Alegre en Brasil, pero terminó con las manos vacías por errores individuales que pueden ser determinantes para no llegar tan lejos en la Copa. Si las fallas se dieron porque ciertos jugadores no tuvieron un buen día y logran corregirse, Emelec marca Neme modelo Quinteros está para emular o superar al de 1995 que logró ser semifinalista de la Copa, pero si las dudas, nervios, miedo escénico y otras hierbas no se eliminan, una vez más se dirá adiós en octavos o cuartos de final por falta de jerarquía. ¿Dreer logrará estar a la altura de Morales o Cevallos? El arquero argentino-ecuatoriano fue el responsable de los dos últimos goles del Inter: se apresuró en la salida en la primera acción -sin olvidar que Narváez y José Luis Quiñónez se volvieron a quedar sembrados- y en la otra despejó la pelota a los pies de quien terminó marcando el tercero. A Narváez y Quiñónez habrá que recordarles que entrenan día a día para que en los 90 minutos de un partido no pierdan de vista la pelota y peor al armador -más aún si este se llama  D’Alessandro-, y que solo deben relajarse cuando el árbitro decreta el final. Mena, Miller, Lastra, Burbano, Giménez, Pedro, ge-nia-les. Una lástima por el resultado, aplausos por el juego mostrado.