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Luis Fernando Suárez Guzmán, entrenador del club La Equidad de Colombia
“Quiero una selección y volver a un Mundial”
Volver a Ecuador es como estar en casa nuevamente. Para Luis Fernando Suárez, llegar a Quito y respirar su aire representa algo más que una simple visita. Sus mejores recuerdos como entrenador están vinculados al país y volver aviva su memoria.
Su paso por Aucas y luego por la Selección Ecuatoriana de Fútbol son los puntos más altos de su carrera como estratega. Esta vez llegó al país como DT del club La Equidad, para disputar amistosos contra El Nacional y Universidad Católica.
Él es uno de los posibles candidatos para comandar a la selección. Hoy se emociona. Quiere dirigir de nuevo a un equipo nacional, estar en un Mundial, pero se mantiene cauto ante la probabilidad.
Durante su visita a la capital, el paisa de 58 años dialogó con Medios Públicos sobre sus recuerdos en el país, su visión del fútbol ecuatoriano tras 12 años y cómo ha evolucionado él como profesional.
¿Le quedó algo pendiente en el país luego de salir de la ‘Tri’?
Debí haberme ido antes, después del Mundial de Alemania. No me gustó irme como me fui. Yo seguí en la Copa América, empezamos las eliminatorias y los resultados no fueron los mejores. Cuando me fui, tuve que aclarar ciertas cosas. Creía que después de 2006 me debía ir, para dejar una sensación buena. Me fui cuando de pronto no era mi mejor momento.
No lo recuerdan como un DT que se fue mal, dejó una buena imagen, por el Mundial y la marca que dejó en los futbolistas. ¿Lo ve usted así?
Cuando pasa el tiempo queda lo bueno y se va borrando lo malo. Hay muchas cosas que son buenas, el hecho de lo que pasó en el Mundial, recordar que llegamos a un cuarto partido. Hasta los récords que uno dejó, que se vayan quebrando porque es necesario. Para mí es importantísimo que me recuerden como el primero, pero no el único. Cuando uno se pone a ver todo el contexto, lo que sucedió desde 2004 hasta cuando jugamos contra Inglaterra, hay unas cosas de libro, como para escribirlas, y bien.
¿Se imagina un segundo capítulo con Ecuador?
Yo no niego que volver a una selección siempre es bueno. Más aún a una que uno conoce, donde se siente grato. A mí me da miedo y no quiero adelantarme a cosas que de pronto no ocurran. A manera de anécdota, hoy sé que hay varias carpetas puestas en La Equidad de entrenadores y yo no me he ido aún (risas). Lo único que quiero es hacer las cosas bien, siempre quiero estar preparado. Quiero una selección, quiero volver a un Mundial porque quiero repetir lo que viví con Ecuador, pero hasta ahí me quedo. Ni quiero presionar ni quiero crearme nada. Solo quiero que todo lo que salga sea bueno para todos, sobre todo para mí. No ha habido ningún contacto.
Del equipo que tuvo en 2006, ¿qué cree que ha cambiado en las características de los futbolistas nacionales?
Es complicado para mí decirlo, porque después de que me fui de acá, conozco lo que vi de fútbol internacional, en eliminatorias y ahora en la Copa Libertadores o la Sudamericana. A mí me ha gustado lo que veo. El futbolista ecuatoriano es mucho más internacional y eso es bueno. Antes de 2006 éramos muy provincianos, muy de acá y no teníamos ese conocimiento de lo de afuera. De pronto eso nos podía asustar un poco, el llegar a un medio extraño.
Hoy no lo veo así, porque hay muchos jugadores en México, en Brasil. Y con buen suceso muchos de ellos. El proceso lo empezó Dussan (Draskovic), ahí arrancó de verdad el cimiento. Después todo lo de Francisco Maturana, refrendar lo que se hizo antes; Hernán Darío Gómez le dio una cosa diferente. En el caso mío, yo creo que los internacionalicé, hice el primer cambio. La gente no se debe enloquecer tomando decisiones dramáticas porque no se fue a un Mundial, ahora es cuando más tranquilidad se debe tener.
De esas decisiones dramáticas que comenta, ¿considera que fue un error la salida de Reinaldo Rueda luego del Mundial de Brasil?
No necesariamente. Uno no sabe lo que pudo haber pasado después. Uno va ganando reconocimiento después de que se va. Yo hoy tengo más reconocimiento que cuando me fui, por ejemplo. Me parece que es una situación normal, porque cuando uno está dirigiendo, lógicamente está evaluando el momento y habrá críticas por lo que uno hace o no hace, un mal o buen partido. Pero después se toma el macro. En mi caso el macro es muy bueno. Me parece que es normal.
Luego de su salida atravesó distintas etapas, ¿cómo califica su paso por Centroamérica?
Hubo unas buenas y otras malísimas (risas). Después de Ecuador estuve en Colombia dos años, luego en Perú, en Honduras casi cuatro años. Hice un periplo por Perú, México; y la última, esta, que la vivo bien. Hicimos un buen semestre el año pasado. Siempre buscando la manera de ser mejor.
Entre las buenas estuvieron Aucas y Ecuador. ¿Qué le queda de recuerdo?
Yo no puedo comparar a Aucas con cualquier otro equipo. Si dije que el trabajo con la selección es de libro, el de Aucas es espectacular. Se hicieron muchas cosas bien, en un equipo que era muy pequeñito, que me dio la posibilidad de ir a la selección. Recuerdo el partido contra Liga, que íbamos ganando 5-1 y tenía el temor de que nos empataran. Faltaban 10’. Esas sensaciones de ver jugar bien al equipo, pero preguntarte: ¿Esto será verdad? Aucas me dio un montón de cosas para soñar.
El presidente me llama en una ocasión y me dice: Le tengo a Agustín Delgado. Yo le digo: ¿Para qué? ¿Para saludarlo? Pero ya estaba contratado. Era el ‘Tin’, goleador de la selección.
¿Cómo era el camerino de Luis Fernando Suárez?
La gran mayoría de veces tuvimos un buen ambiente. Había cohesión en el grupo. También tuvimos problemas, pero logramos solucionarlos.
¿Hoy es más fácil solucionar los problemas, con la tecnología y lo que se puede filtrar?
Uno debe adaptarse al medio. Sería muy fácil y la peor decisión el prohibir que la gente tenga su celular. Es imposible hacerlo ahora. Una de las partes más importantes de un DT es saberse comunicar. Yo tengo un grupo con La Equidad, una forma de comunicarme que es totalmente extraña para mí. Yo les mando incluso videos de ellos por WhatsApp. Yo escribo y ellos me responden con emoticones, tengo que descifrar lo que me dicen. La cosa es adaptarse. Como entrenador, lo importante es saberle tocar la tecla a cada uno de ellos y cómo llegarles.
Se enteró sobre las declaraciones de Christian Noboa, donde cuestionó a los dirigentes y lo que pasaba dentro. ¿Cómo se maneja un grupo cuando cada uno tiene sus gustos y su manera de ser?
Si se da esa clase de cosas, yo también estaría en contra. Esas circunstancias que expresó Noboa me parece que hay otras formas de manejarlas. Siempre se debe pensar en cómo esos pequeños detalles te pueden afectar y buscar subsanarlos. Hay cosas más importantes que eso para llegar a tener una cohesión de grupo. Fijar objetivos es importantísimo. Yo he tenido buenas y malas, pero hay una cosa común en las buenas: tenía siempre un buen dirigente atrás.
¿Cómo ha visto a Antonio Valencia? Se recuerda que debutó con usted en la ‘Tri’.
Me dicen que yo soy el descubridor y eso es lo más fácil. Descubrir a un talento como él, para cualquiera era fácil. El que no lo hubiera llamado no sería entrenador. Yo lo llamo luego de una selección juvenil que fue terrible, pero destacaban él y Noboa. Yo lo convoqué a los 15 días para Paraguay e hizo dos goles. De ahí solo fue crecer y crecer. Hoy no para. No para porque es un gran hombre, ni siquiera menciono lo de jugador. Una persona espectacular, por eso se ha ganado todo lo que tiene.
¿Ha mantenido su metodología de trabajo? ¿Qué ha cambiado?
Yo he cambiado todo. Tengo que hacerlo, no me puedo quedar con lo de hace 12 años. Sería un mal técnico si trabajara igual. Con el modelo de juego intento que el equipo sea flexible, que haya inteligencia táctica, más que emitir tantas órdenes tácticas.
¿Ha enfocado su capacitación en algún aspecto del juego?
Me he metido en cosas de neurociencia, es decir, más en el entrenamiento mental. En Argentina estuve con un amigo psicólogo deportivo, que está ahora en el equipo. Hemos hecho muchos trabajos de esos, cognitivos, de atención, pero siempre metidos en el campo. Eso
me gusta, pensar en el trabajo mental del jugador. Es la base de todo esto y me gusta eso de trabajar la cabeza del jugador. (I)