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La trinchera de Vito
¿Podrá dar el golpe Emelec?
El fútbol ecuatoriano está en constante evolución. Los proyectos serios generalmente terminan con importantes logros. Liga de Quito fue un claro ejemplo y ahora Emelec busca una proeza similar.
El equipo azul es el animador más importante de los últimos torneos nacionales. Es bicampeón. Su fútbol es la mejor carta de presentación de nuestro balompié, pero esa gran imagen y logros solo se los veía casa adentro.
La eliminación ante Sao Paulo en los cuartos de final de la Copa Sudamericana dejó una herida que ahora se subsanó con una histórica participación en la Copa más anhelada del continente: la Copa Libertadores.
El equipo azul está entre los 8 mejores del continente después de 20 años. En 1995 incluso pasaron esa ronda. El martes 26 de mayo podrían igualar la historia y si se lo proponen, pasarla.
Los de De Felippe tienen una identidad de juego inquebrantable. La han obtenido con resultados que justifican su gran campaña. Mantienen la gran base de fútbol que dejó Gustavo Quinteros, pero con otros matices.
De Felippe reforzó la defensa a base de mucha solidaridad. Cada jugador eléctrico no da por perdido un balón, sin importar, en ocasiones, la función que cumplen, lo que demuestra una actitud que contagia. El sistema antes establecido (con Quinteros) se fortalece con la integración del delantero Emanuel Herrera, una propuesta que toma forma con el pasar de cada encuentro.
Salir con el arco en cero en esa primera batalla ante un Tigres tan aguerrido como ineficaz, le da a Emelec la confianza de ir a Monterrey a mostrar sus credenciales de candidato para meterse en la semifinal del torneo más prestigioso de América.
Ángel Mena será el gran ausente. Sufre un desgarro y quizás no llegue a la Copa América. Miller Bolaños será su principal carta ofensiva. El delantero nacional lleva 6 goles y se acerca al récord histórico de Alberto Spencer: 10 goles en un mismo torneo. Las puertas de un éxito esquivo están abiertas. El hincha azul tiene argumentos suficientes para soñar en grande. ¿Podrá lograrlo?... ¡Se nos avecina una fascinante noche de Copa! (O)