Erigido con millones de dólares de la FIFA para entrenar nuevas generaciones de futbolistas en el Caribe, ahora es usado como espacio para bodas o mítines: el Centro de Excelencia en Trinidad y Tobago es un emblema de los oscuros manejos de Jack Warner (foto).

Con salones con nombres como ‘Joseph Blatter’, con capacidad para 5.000 personas, o el más modesto, ‘Nelson Mandela’, para 140, el gran complejo se ofrece en su página web como “una instalación multiusos con capacidad para albergar una variedad de eventos para particulares y empresas, incluyendo locales y turistas”.

El lugar, que además posee un campo de fútbol, piscina, gimnasio y áreas verdes, fue bautizado ‘Joao Havelange’, en honor del presidente brasileño de la FIFA, quien antes de dejar el cargo comprometió a la FIFA con la construcción del centro para impulsar el fútbol del Caribe.

El trinitario Jack Warner, entonces a la cabeza de la Unión Caribeña de Fútbol y cercano a Havelange, lideró el proyecto.

El escándalo por el Centro de Excelencia, para el que la FIFA dedicó buena parte de los $ 22,5 millones que costó, salió a la luz pública en 2012 durante una reunión de la Confederación de Fútbol para América del Norte, Centro y Caribe (Concacaf).

El auditor de la Concacaf, John Collins, causó conmoción al informar que el complejo había sido registrado a nombre de Warner, quien había tenido que abandonar la presidencia de la Confederación en 2011 en medio de un escándalo por sobornos para comprar votos durante una elección de la FIFA ese año.

“Estoy anonadado, consternado y molesto ante las revelaciones”, reaccionó en ese momento Jeffrey Webb, quien reemplazó a Warner en la Concacaf.

Webb y Warner forman parte de las 14 personas, entre dirigentes de la FIFA y responsables de marketing, acusados por la justicia estadounidense de un amplio esquema perpetuado por décadas de corrupción, sobornos y lavado de dinero en el ente rector del fútbol mundial.

El centro es resguardado con recelo de la mirada de la prensa, como todas las propiedades en Trinidad y Tobago ligadas a Warner, desde que pasó una noche en la cárcel antes de salir en libertad bajo fianza en espera de la decisión sobre su extradición a EE.UU.

Un periodista de la AFP pudo ingresar hasta el lobby, donde en una gran vitrina se observan trofeos deportivos, gran parte de ellos otorgados a Jack Warner, quien por años fue vicepresidente de la FIFA. (I)