En términos históricos, el Chelsea parece poca cosa. Pero desde la perspectiva actual, tiene todo el derecho del mundo a sentirse uno de los clubes más grandes de Europa. Dicho de otro modo, el equipo londinense puede vanagloriarse de ser el precursor del nuevo gigantismo que vive el fútbol continental.

Desde que en 2004 el empresario ruso Roman Abramovich salvara a la franquicia de Stamford Bridge de la bancarrota en la que se encontraba, los ‘blues’ han ganado varias ediciones de la Premier y dispone de una Champions en sus vitrinas. Y no solo eso. Si algo ha marcado la trayectoria del Chelsea en los últimos 14 años ha sido su saga de polémicos enfrentamientos con el FC Barcelona, siempre eléctricos y al límite.

Una rivalidad casi atávica que hoy volverá a producirse en el primer asalto de los octavos de final de la competición europea que arranca en el vetusto estadio londinense.

La historia cruzada entre ambos equipos está cargada de episodios memorables: desde el gol de Fernando Torres con la camiseta de los ‘blues’ en el Camp Nou al gol de Iniesta en el minuto 92 que dejó helado Stamford Bridge porque suponía su eliminación para la gran final de 2009.

Son solo una exigua muestra de los capítulos esenciales que Barça y Chelsea han dejado escrito de sus emparejamientos para los anales del fútbol europeo.

Desde la óptica blaugrana puede decirse, sin temor a la equivocación, que no hay escuadra en el continente que le haya producido más problemas que el club que hoy dirige Antonio Conte. Fiel a su estilo áspero, ferozmente competitivo y una destreza defensiva a prueba de bombas, el Chelsea es el rival más duro de roer para el Barcelona. Sus trayectorias en los torneos domésticos casi ni importan. Los ‘blues’ siempre exigen a los culés esfuerzos colosales para superar el escollo. Y no siempre con éxito.

Nada indica que este año vaya a cambiar la premonición. Aunque el camino de los británicos por la Premier está siendo decepcionante (cuarto a 19 puntos del Manchester City), Conte es un entrenador exigente, con las ideas clarísimas y cuenta con los futbolistas suficientes para encarar una rivalidad de primer orden en Europa, más aún después de las flojas actuaciones del Barça en sus tres últimos partidos de Liga. 

Puede que el encuentro de los blaugranas  contra el Eibar fuera un campo de pruebas, pero la cara de Ernesto Valverde era todo un canto a la cruda realidad que le espera. El Chelsea juega con la intensidad del equipo vasco, pero cuenta con muchísima más calidad en sus filas. 

Por si fuera poco, Stamford Bridge tiene el espíritu guerrero de Ipurua, pero 34.000 plazas más para intimidar a Messi y compañía. Los enemigos del equipo azulgrana desempolvan a estas horas el arbitraje de Ovrebo en aquella vuelta de la semifinal de 2009 en la que Iniesta les dejó con la miel en los labios para calentar un ambiente que será estremecedor. Por lo tanto, el Barça está avisado.

Necesita recuperar su mejor cara, por ejemplo, la de la vuelta de la semifinal de Copa contra el Valencia, si hoy quiere salir vivo de Stamford Bridge. Un detalle  que no ha pasado inadvertido es que Valverde no alineará el sábado a los dos jugadores que no pueden actuar en Londres: el sancionado Semedo y el inhabilitado Coutinho por haber disputado ya la Liga de Campeones con el Liverpool en la fase de grupos. Prefirió correr el riesgo de exprimir un poco más a Sergi Roberto e Iniesta. Y eso es un peligro porque Conte reservó 9 titulares en su partido del viernes en la FA Cup. El Chelsea, sin opciones en la Premier, se juega hoy la temporada.

Y si la historia sirve de algo, es para confiar que esta nueva eliminatoria entre blaugranas y ‘blues’ volverá a renovar las polémicas y los episodios eléctricos de años anteriores. Como dijo recientemente un cronista deportivo madrileño: “Nos apostamos a contemplar otro capítulo de la cumbre de la rivalidad futbolística europea”. (I)

Bayern Múnich parte como favorito ante Besiktas
El Bayern Múnich parte como gran favorito en los octavos de Champions ante el Besiktas, al que recibe hoy (14:45, hora de Ecuador) en el Allianz Arena en el partido de ida.

Los bávaros, que suman 21 victorias en los 22 partidos disputados desde que Jupp Heynckes sustituyera en el banquillo a Carlo Ancelotti, parten como grandes candidatos a pasar a cuartos de final.

Pero el Besiktas impresionó en la fase de grupos, terminando por delante de equipos con gran potencial, como el Leipzig, el Mónaco y el Oporto. Ahora disputará las eliminatorias de la Champions por primera vez en su historia.

El equipo turco, que cuenta en sus filas con veteranos como el portugués Pepe o el español Álvaro Negredo, no tiene lesionados ni suspendidos. Además, llega al Allianz Arena sin presión, dispuesto a sorprender a una de las grandes potencias del continente. “Es un equipo que puede jugar al fútbol, no es una sorpresa que esté aquí. Ganaron sus tres partidos fuera en la fase de grupos. No se esconden, les gusta jugar al ataque. Tendrán sus opciones, por lo que tenemos que estar preparados”, dijo Heynckes en rueda de prensa.

Por detrás del París SG en la fase de grupos, el Bayern Múnich solo tiene la baja de su arquero y capitán Manuel Neuer. La máquina bávara parece engrasada para reconquistar una Champions que no gana desde 2013, última temporada con Heynckes en el banquillo antes de que la directiva lo rescatara de su jubilación hace unos meses. (I)