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Cambiasso, el líder silencioso dice adiós
Hay líderes de bajo perfil, que no buscan protagonismo, que trabajan de manera silenciosa, optando por destacar al equipo y su trabajo. Hay líderes que inspiran y dan confianza, que simplifican lo difícil y dan órdenes a los compañeros como si fueran consejos. Hay líderes que no llevan el brazalete de capitán, que son hombres sencillos y discretos. Hay líderes de ‘poco ruido y muchas nueces’. Hay líderes de poco ‘blablablá’ y mucha acción. Hay líderes silenciosos en los campos de fútbol que son luchadores incansables, prolongación de sus entrenadores. Hay líderes silenciosos, como Esteban Matías Cambiasso.
El ‘Cuchu’, como le dicen por su parecido con un personaje de la televisión argentina, anunció ayer su retiro del fútbol profesional a los 37 años y con 24 títulos a su espalda, tras finalizar su contrato con el Olympiakos griego y aprobar el curso de técnico profesional en Coverciano (Italia) de la UEFA.
Cambiasso podrá entrenar tanto equipos juveniles como ser segundo técnico de primera y segunda división. El argentino seguirá haciendo lo que practicó desde el día que pisó un campo de fútbol profesional. Ya porque el ‘Cuchu’ era un auténtico entrenador en la cancha, de los silenciosos, pero de los que mandaban algo con una simple mirada.
Cambiasso, antes de acercarse al fútbol, empezó a jugar al baloncesto. Una inteligencia táctica que demuestra desde pequeño, actuando de base. Hasta que el espíritu de sacrificio, elemento fundamental de toda su carrera, hizo que cambiara de deporte.
“¿Cómo hacemos? Tú juegas al baloncesto y yo al fútbol, mamá no puede ir a ver a los dos”. “Vale, empezaré a jugar al fútbol”. Así contó el hermano del ‘Cuchu’, Nicolás, el momento en el que Cambiasso decidió ponerse las botas y entrar a una cancha.
El niño tenía talento y los observadores del Real Madrid se dieron cuenta. Decidieron sacarlo de Argentinos Juniors y llevarlo a Madrid para jugar con el filial. Tras dos años allí se marchó a jugar a su país natal, donde militó en Independiente y en River Plate antes de volver al Real Madrid en 2002, con el que ganó una Intercontinental.
En 2004, Cambiasso llega al Inter como agente libre, uno de los mejores fichajes de la historia ‘neroazzurra’. El Real Madrid no era para el argentino. Él prefería la fuerza y la lucha al encanto de una jugada, la cantidad al espectáculo.
En el conjunto interista se convirtió en el faro del centro del campo y entrenador en la cancha. Durante sus 10 años en el Inter, el argentino demostró ser indispensable. Fuerza, lucha, cantidad, visión de juego, inteligencia táctica, gol.
“No juego para participar. Me gusta la competición, darlo todo siempre”, repite con frecuencia Cambiasso, quien representa la figura del líder silencioso que acompaña a los suyos en los mejores y los peores momentos.
La Champions League en 2010 es el ápice de su carrera. Levantó la ‘orejona’ en Madrid, en la ciudad del club que lo había dejado ir como uno cualquiera. El ‘Cuchu’ aquella noche rompió a llorar y, con él, el capitán ‘neroazzurro’ Javier Zanetti. Cambiasso levantó 15 títulos con el Inter (5 ‘Scudetti’, 4 Copas de Italia, 4 Supercopas de Italia, una Champions y un Mundialito).
En 2014, el epílogo. Cambiasso se fue así como había llegado, sin hacer ruido, pero con la cabeza alta. A su espalda 431 partidos y 51 goles con la camiseta interista. En la temporada 2014-15 jugó en las filas del Leicester inglés antes de ser traspasado al Olympiakos, con el que ganó dos Superligas.
Con la selección argentina jugó el Mundial de Alemania 2006, donde marcó un recordado gol a Serbia y Montenegro en la fase de grupos. También disputó la Copa América de Venezuela 2007 y la de Argentina 2011 y las eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica 2010.
Cambiasso se retira con 24 títulos. Es el tercer argentino por trofeos ganados, le superan solo Messi (31) y Di Stéfano (26). Ahora tiene una nueva aventura, siempre con la misma elegancia del líder silencioso. (I)