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Argentina es un grupo, FC Barcelona es un equipo

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¿Por qué Lionel Messi  perdió las últimas cuatro finales disputadas con la selección argentina? ¿Por qué el mejor jugador de fútbol del planeta ha fallado en los momentos en los que debería ser el protagonista y asegurar la victoria?

La respuesta no tiene nada que ver con su calidad técnica ni con el nivel de compromiso que él tiene con la selección de su país. Los reales motivos que han afectado al atleta se relacionan con el llamado ‘cuerpo mental’. Los aspectos emocionales y psicológicos de un  profesional de alto rendimiento representan, según los especialistas franceses  François Ducasse y Makis Chamadilis, más del 70% de los resultados obtenidos.

De esta forma, surge la necesidad de tener una ‘mente de campeón’ para ser vencedor. Si en algún momento la preparación mental falla, no es precisa o incluso inexistente, los reflejos serán claros: resultados malos, sensación de fracaso, de derrota.     

Otra pregunta: ¿Es posible tener un comportamiento en la selección y otro en el club? La respuesta es sí. Es perfectamente posible. Son dos situaciones diferentes. En el club el atleta tiene un ambiente y en la selección otro. En el club, hablando del FC Barcelona de España, existe un equipo ganador que posee colectivamente una mentalidad campeona. En la selección argentina aún no existe la misma mente campeona, y, en mi visión, tampoco se conformó un equipo. Puede haber un grupo, pero no un equipo. El fútbol es un deporte colectivo. En momentos decisivos, jugadores como Higuaín y  Di María, en la selección argentina, no estaban bien preparados mentalmente y fallaron en sus objetivos.

El ‘entrenador mental’ de atletas olímpicos estadounidenses Anthony Robbins enseña que es posible, en instantes, altera el estado neurofisiológico de cualquier persona, desde que se conozca a sí misma y aplique técnicas correctas. Sería posible ir de una realidad triste, afligida, preocupada, hacia un otro estado emocional, alegre, campeón, vencedor, motivador. Este sería el trabajo ideal a ser hecho con todo el grupo argentino.

Messi dio claros indicios de que la opinión pública le ha afectado de alguna forma, como cuando hace algunos años le endilgaban no cantar el himno por supuestamente desconocerlo. Él se siente incómodo con la necesidad de resultados y la presión de la hinchada argentina por un título importante con la selección. Esta presión externa, cuando no se la enfrenta directamente, queda alojada en el subconsciente como un virus que ataca cuando la inmunidad cae en los momentos de decisión, donde hay mucha emoción. Es decir, cuando el atleta  necesita estar en calma, enfocado y tranquilo, aquella voz interna aparece y lo desestabiliza. Lo peor de todo es que esa voz aparece sin que sea invitada.

Messi sufrió con la voz interna del fracaso, de la derrota, de la ansiedad en las últimas cuatro finales con la selección argentina. Las imágenes de TV muestran eso, basta que se observe su fisiología, su lenguaje corporal, su rostro angustiado. En el momento de la definición por penaltis ante Chile en la final de la Copa América Centenario, el envió al cerebro informaciones negativas y a cambio recibió movimientos imprecisos. Resultado: pateó por arriba del arco.

Estaba bien preparado físicamente, pero le faltó, sin dudas, la preparación mental adecuada, aquella misma que sí existe en su club. (I)

* Joao Paulo Barros Monteiro, CoachJP, es un coach brasileño especializado en alta performance. Fue director de Proyectos de la Fundación Leo Messi y trabajó por tres años como parte del staff del mejor jugador del mundo, entre 2012 y 2015, en España, Argentina, Brasil y en una iniciativa nutricional destinada a niños de Sierra Leona de la misma fundación y la ONG Por un Buen Camino. (I)

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