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Correr con várices ¿es posible?
Desmejoran la estética de las piernas. Esas venas dilatadas de color morado o azul oscuro son tan notorias que muchas personas evitan exponerlas. Las várices se encuentran comúnmente en las partes posteriores de las pantorrillas o en la cara interna de la pierna. Se desarrollan cuando las válvulas venosas que permiten que la sangre fluya hacia el corazón dejan de funcionar.
Hoy existen diferentes disciplinas deportivas que favorecen la actividad venosa, como nadar o caminar a paso ligero.
Algunos especialistas recomiendan practicar atletismo para prevenir la aparición de las várices e incluso sugieren correr para mejorar los síntomas cuando la enfermedad ya se ha desarrollado.
De acuerdo con una investigación publicada en el diario francés Le Monde, correr (running) ayuda a contraer los músculos de las extremidades inferiores de una manera rítmica para mejorar el retorno venoso.
El ejercicio regular también mejora la función cardíaca, lo cual resulta vital para aumentar la capacidad del corazón para impulsar la sangre a las arterias periféricas. De esta manera, se facilita el retorno de la sangre.
Al momento de correr, todos los mecanismos para mejorar el retorno venoso están involucrados y trabajan de manera rítmica. La actividad física se convierte en la mejor aliada para el correcto flujo sanguíneo.
Puede afectar a todos
Durante mucho tiempo se pensó que las várices solo podían afectar a las personas con sobrepeso y con problemas de salud, pero hay muchos deportistas que las tienen. En este caso, existe un componente genético que los vuelve más susceptibles a padecer de esta enfermedad, aunque se encuentren en un óptimo estado de salud.
El ecuatoriano Jorge Jarrín Menéndez, cirujano vascular y especialista en flebología y linfología, explica que lo más importante es confirmar si en realidad el deportista tiene várices, porque hay muchos que presentan las venas dilatadas como producto de su intensa actividad física.
Cuando el especialista determina que realmente el deportista sufre de várices, a través de un método diagnóstico, como una ecografía, entonces, según el caso, se le recomienda que se someta a una cirugía.
Después de este procedimiento quirúrgico —precisa el experto— puede continuar ejercitándose sin ningún problema y sin importar la disciplina a la que se dedique. “El ejercicio ayuda definitivamente a la circulación arterial y venosa”, comenta el especialista.
Jorge Jarrín explica, además, que el procedimiento quirúrgico no responde únicamente a una cuestión estética, sino, y sobre todo, funcional. Recalca que las várices no impiden a los deportistas continuar con su actividad física.
Aunque lo ideal es operarlas, hay algunos deportistas que no se someten a esta cirugía y usan medias elásticas, especiales que evitan que la condición empeore. “Las várices no constituyen una emergencia como tal, por lo tanto, no son una limitante”, indica el médico.
Hay muchos atletas que sí son reacios, especialmente los hombres, a acudir al médico cuando empiezan a notar dolor u otros síntomas.
Hace algunos años, un especialista en esta área, ayudó a Robert (Bob) Schuler, un competidor de ironman, que comenzó a notar dolor en su pierna izquierda.
Schuler se resistía a visitar un consultorio, pero su desempeño, a raíz de la intervención médica, mejoró de manera notable. Según los especialistas, todavía existe la idea errónea de que las várices son solo una cuestión estética. Quizás este sea el factor principal por el cual los deportistas no siempre buscan tratamiento.
Atletas como Robert Schuler, que ejercitan mucho sus pies, suelen poner presión sobre las venas de las piernas, lo cual puede conducir al desarrollo de várices que dificultan su desempeño.
Cuando las personas, por su trabajo, tienen que permanecer mucho tiempo de pie (profesores, peluqueras, azafatas), los médicos recomiendan utilizar medias de compresión para las várices. En esos casos, se recomienda practicar natación, caminar, realizar carreras suaves y progresivas.
Más allá de un problema estético, las várices representan un grave problema de salud pública, no solo por su alta incidencia, sino también por tratarse de una enfermedad crónica e incapacitante que puede afectar incluso el desempeño laboral.
Muchos médicos sugieren practicar deportes progresivos que ayudarán a prevenir la aparición de arañas vasculares. Con la práctica regular de ejercicio se estimula el retorno venoso y se potencia el bombeo de la sangre hacia las extremidades.
Cada vez que la persona termine su actividad física es aconsejable darse una ducha de agua fría y realizar masajes de drenaje linfático con crema hidratante desde el pie hasta el muslo. Si se tiene la oportunidad de descansar después del ejercicio, es recomendable hacerlo con las piernas alzadas para ayudar a la sangre a circular mejor.
Actualmente, existen diferentes tratamientos, como el denominado láser percutáneo, un método de fácil aplicación que, efectuado con prudencia y conocimiento, no daña los tejidos ni las estructuras.
Es necesario aclarar que el láser no cura la vena enferma, la destruye, igual que ocurre con la radiofrecuencia (otra forma de fuente de calor con las mismas indicaciones que el láser) o la esclerosis con espuma.
Para las várices existe otro método que consiste en inyectar en la vena afectada una sustancia para convertirla en microespuma. En todos los casos, lo ideal es visitar al médico.
Sabía usted:
- Las personas que sufren de várices deben evitar practicar deportes como el fútbol, hockey, rugby y baloncesto, puesto que pueden lesionar las válvulas venosas.
- Correr favorece el retorno venoso tanto o más que caminar. Los beneficios se consiguen con menos tiempo de entrenamiento si se corre en lugar de caminar.
- La fleboterapia restaurativa es un tratamiento médico para tratar desde arañitas hasta grandes várices. Este tratamiento repara las venas enfermas en lugar de extirparlas.
- Los deportes que implican ejercicio aeróbico ayudan a mejorar la circulación, puesto que requieren un mayor trabajo cardiovascular.