Sus ojos brillan cuando miran la variedad de baby dolls que se exhiben en el sex shop. Gabriela L., de 23 años, y su hermana Andrea L., de 22, echan un vistazo a los accesorios de la tienda. Ambas organizaron una noche romántica con sus novios y quieren sorprenderlos. En el local, hay uniformes de mucamas, colegialas, tigresas, policías, bomberos. En realidad, estos trajes forman parte del imaginario erótico de muchas parejas.

Jorge Palacios, propietario de Sexy Locuras, mantiene este local desde hace 20 años. Las ventas son diarias, pero en febrero y diciembre aumentan. Los precios varían de acuerdo con el diseño y a la calidad. Cada traje bordea los $ 60.

Gabriela L. asegura que se siente sexy y divertida al usar una de estas prenda. “Es una buena experiencia en pareja porque es una sorpresa. Es la posibilidad de experimentar otras cosas”. Para su hermana, estos atuendos le dan la oportunidad de jugar. “Nos permiten tener mayor placer. Una noche romántica con estos detalles es emocionante”.

En una ocasión, el sexólogo español Santiago Frago decía que los uniformes arrastran estereotipos. Al usarlos, mucha gente piensa que tiene más cualidades. Para Isabel Benítez, quien dirige un programa radial sobre sexología en Ecuador, los juguetes convierten al acto sexual en un encuentro afectivo y emocional.

Aunque Jorge abrió el negocio un poco temeroso, cambió de idea cuando atendió a un cliente, un veterano de guerra. “El señor había perdido su miembro. Le mostré un producto que le permitiría mantener relaciones sexuales con su pareja. En ese momento, me di cuenta que podía ayudar a otros a mantener o mejorar su vida sexual”.

Según Patricio Barzallo, médico sexólogo, los juegos son normales en una relación sexual: “Son una herramienta de preparación, porque inducen a la estimulación y a la excitación para una relación sexual satisfactoria”.

Desde el punto de vista fisiológico, el proceso de excitación es el mismo en hombres y mujeres. La respuesta sexual es lo que varía. El hombre es mucho más visual, la mujer es más auditiva. Cuando el hombre mira una ropa sensual puede experimentar excitación, lo que no siempre ocurre con las mujeres. Cuando ven a un hombre atractivo, no tienen la misma sensación. Las mujeres necesitan un preámbulo.

Barzallo considera que al jugar con estos objetos se puede determinar el ritmo y la intensidad del acto sexual.

Pero ¿cuáles son los juegos? Aunque dependen de la pareja, estos consisten en acariciar y besar distintas partes del cuerpo para identificar las partes erógenas. En este proceso, surge el juego de roles, donde uno es más activo que el otro. Además se pueden usar disfraces y juegos eróticos para intercambiar palabras de cariño y caricias. El objetivo es estimular al cuerpo para alcanzar un mayor placer sexual. De esta manera, la pareja podrá llegar de mejor manera al orgasmo. La exploración del cuerpo permite, además, estrechar lazos con la pareja y disfrutar de una sexualidad altamente placentera y saludable.

Cada vez es más evidente que las personas quieren experiencias sexuales diferentes y ese deseo no debe provocar vergüenza. En la actualidad, de hecho, hay una tendencia a convertir a los juguetes eróticos en objetos de diseño y deseo para las mujeres.

Este año, la firma estadounidense Crave diseñó un el primer vibrador-colgante al que bautizó con el nombre de Vesper. Se trata de un colgante a de acero inoxidable que se recarga mediante USB (tiene una autonomía entre los 50 y los 90 minutos) y permite llevar el vibrador a todas partes de una forma discreta. Para Ti Chang, diseñador de la marca, era fundamental que este nuevo modelo de vibrador fuese funcional y a la vez, estético. Por esta razón, creó un poderoso vibrador con 3 velocidades que las mujeres pueden llevar en el cuello sin que nadie sospeche que se trata de un poderoso estimulante sexual.

Según un reciente estudio, realizado en Estados Unidos, la mitad de las mujeres de edades entre los 18 y 55 años que utilizaron un vibrador manifestaron tener una libido superior que aquellas que no lo usaron. Además, las que experimentaron con un juguete erótico tuvieron un interés sexual mucho mayor, llegaron al orgasmo más fácilmente y admitieron haber mejorado la calidad de su vida. Algunos especialistas aseguran que en la actualidad se recurre a los juguetes sexuales como una terapia. Los vibradores, por ejemplo, pueden ser recomendados para mujeres que presentan trastornos de dolor como el vaginismo. Lo cierto es que estos objetos enriquecen y mejoran la vida sexual.

Para la sexóloga Isabel Benítez el juego sexual debe ser lo más largo posible. “Una mujer necesita que le hablen, que la acaricien, que la seduzcan. El hombre es más directo. Las mujeres necesitamos una serie de floripondios y algunos hombres no lo entienden”. Cuando el presupuesto no alcanza para comprar estos juguetes, muchos especialistas recomiendan utilizar objetos que todos tienen en casa. Para una estimulación táctil se pueden utilizar diferentes telas y texturas. Acariciar el cuerpo de tu pareja con ellas, garantiza una sensación placentera. Todo es cuestión de creatividad.