Hace algunos años unos camiones muy coloridos irrumpieron en el paisaje urbano. No hablamos de los tradicionales carros que venden helados o algodón de azúcar. Se trata de los foodtrucks, también conocidos como comida móvil.

En la calle Pradera, al norte de Quito, es común observar a varios oficinistas parados en las veredas degustando burritos o choripanes. Este servicio de comida es una salvación para quienes necesitan almorzar algo rápido o simplemente quieren romper la rutina. De hecho, no se trata de la típica comida rápida, porque aunque la sirven en pocos minutos, son platillos tan bien elaborados como los que sirven en los restaurantes.

Hace un año, nació Pinche Burro, un local de comida móvil que busca ofrecer algo diferente a los comensales. En este atractivo carro rojo se puede comer tacos, nachos y quesadillas. Los precios no superan los $ 6.

Según Gianni Suasnavas, uno de los 3 socios, la cocina en el camión es hecha con acero quirúrgico, tiene agua potable y desagüe propio, cuentan con una planta de energía, una refrigeradora y una cocina.

Hace un mes se unió a estos servicios Choritango, un carro que ofrece el tradicional choripán argentino. Diego Riquelme llegó a Ecuador hace 3 años. Con una inversión de $ 25 mil logró instalar su negocio junto con su esposa y cuñada. Lo novedoso de este lugar es que el cliente puede elegir entre 3 chorizos: el clásico, el ahumado y el colorado. Los precios bordean los $ 4 y $ 5.

Las adecuaciones de la pequeña cocina están elaboradas con acero inoxidable, tienen instalación de gas, extractor de aire y refrigeración.

“Ofrecer un producto de calidad que esté más cerca al cliente y a buen precio” fue el objetivo de Juan Francisco Jaramillo y Andrés Sandoval, propietarios de Pizza Rodante. Hace aproximadamente 2 años y medio empezaron a caminar por las calles de Cumbayá. El parqueadero que alquilaron para estacionar su vehículo y vender en la calle, más tarde se convirtió en su restaurante. Lo adecuaron con material reciclado.

Lo interesante de su carro es que se trata de un remolque que se utilizaba para trasladar a caballos. Aunque la mayor parte del tiempo el vehículo permanece parado, cuando algún evento lo amerita sacan el remolque y atienden a sus clientes en cualquier parte donde lo soliciten.

Su cocina cuenta con un horno de piedra volcánica y mesas frías para mantener refrigerados los alimentos. El cliente puede degustar pizzas, ensaladas y lasañas. La primera cuentan con 2 tipos de masas: blanca e integral. Además tienen 5 tipos de salsas. Con aproximadamente $ 9, el cliente puede armar la pizza a su gusto y acompañarla con una ensalada. Este servicio tarda un poco más, requiere entre 10 y 15 minutos.

A estos llamativos camiones hay que adecuarlos para el negocio. Según los propietarios de los 3 carros, la limpieza y la calidad de alimentos que ofrecen los diferencian de otros puestos de comida en la calle. Aseguran que eso da confianza y seguridad a sus clientes.

El servicio, aunque es nuevo en Ecuador, existía ya en otras partes del mundo hace varios años. En lugares como México, Colombia, Estados Unidos y Canadá es común contar con esta comida rápida. Según Gianni Suasnavas estas iniciativas aparecieron en la II Guerra Mundial “Cuando las tropas de EE. UU. tenían sus concentraciones llegaba un camioncito todos los días con los abastos, con la comida para ese día”.

¿Cómo hacen para servir este tipo de comida tan rápido? Todos tienen un centro de operaciones donde preparan los alimentos previamente. En los camiones los calientan. Se trata como de un catering express.

Las redes sociales se han convertido en una forma gratuita de publicitarse, desde ahí pueden recibir sugerencias, avisan sus promociones y, sobre todo, informan dónde van a estar ubicados. Otros optan por las hojas volantes y por un cliente bien atendido que lo recomendará a otros.

A estos particulares ‘carritos’ también se los ve en eventos privados. Eso sí, a donde van, dejan todo limpio.

Detente y disfruta de esta comida rápida con un menú diferente.