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El Telégrafo

El vaginismo, un trastorno sexual silenciado

El vaginismo, un trastorno sexual silenciado
07 de septiembre de 2014 - 00:00 - Redacción de7en7

Cuando algunas niñas se tocan los órganos sexuales es común escuchar a las madres decir: “No te mires, no te toques, eso es sucio, las niñas buenas no hacen eso”. Pero ¿sabías que una educación restrictiva les puede impedir disfrutar más adelante de una vida sexual saludable?

Si crees que la falta de deseo sexual o incapacidad para alcanzar la excitación son los principales problemas que puede tener una mujer en el acto sexual, debes saber que existe otro igual de grave, el vaginismo.

Esta disfunción sexual femenina consiste en la dificultad para realizar la penetración durante la relación sexual. Según el portal web www.vaginismus.com 2 de cada 1.000 mujeres sufren de esta imposibilidad.

Testimonios de personas que padecen de vaginismo, recogidos en la página web, aseguran que este malestar les causó problemas en sus matrimonios. Muchas sienten frustración al no poder disfrutar de relaciones sexuales como las demás mujeres, incluso, algunas se avergüenzan por estar imposibilitadas de concretar una penetración.

La ginecóloga Gabriela Alarcón explica que esta dificultad para el coito no se la debe confundir con la dispareunia que es el dolor durante la relación sexual y después de ella. “El vaginismo produce una contractura del tercio inferior de la vagina lo que imposibilita totalmente el coito”.

Las mujeres que sufren de vaginismo suelen evitar cualquier encuentro sexual por miedo al dolor. Las causas para este problema son principalmente psicológicas. Una educación familiar y religiosa muy restrictiva y culpabilizante, en la que se percibe a la sexualidad como algo negativo y sucio, impedirá que la mujer desarrolle su sexualidad con normalidad.

Cuando llegan al matrimonio, aunque tenga el documento legal, no es suficiente para borrar todo ese tiempo de percepción negativa sobre su sexualidad, incluso podrían sentir vergüenza de mostrarse desnudas ante su esposo. Esto hace que involuntariamente la mujer contraiga los músculos perivaginales e impidan la penetración. Otra causa es el desconocimiento del funcionamiento sexual del propio cuerpo y la anatomía genital.

También hay una relación directa entre abuso sexual y violación con vaginismo. Cualquier experiencia sexual traumática puede provocar que la mujer no esté lista para disfrutar de relaciones sexuales saludables.

Además existen otras causas como cicatrices en el cuerpo lo que lleva a la mujer a ocultarlo y rechazar todo lo relacionado a la sexualidad. Desvaloriza su imagen corporal.

Si la mujer no está lo suficientemente excitada y la relación sexual es brusca también puede causar vaginismo. La ansiedad o miedo al dolor por la penetración, al embarazo o al fracaso sexual son otros motivos.

Además de las causas psicológicas también existen las anatómicas. Hay mujeres que tienen tabiques vaginales, o estrechez después de una cirugía vaginal lo que le impide tener una penetración adecuada.

A muchas les ha sucedido que tuvieron relaciones sexuales normales, pero después no pudieron tener relaciones coitales. Existen 2 tipos de vaginismo, el primario que sucede cuando la mujer nunca logró el coito, y el secundario que ocurre cuando ya ha tenido una penetración vaginal normal, pero después no puede hacerlo. En los 2 casos las causas pueden ser las mismas.

Si se creía que solo los hombres se avergonzaban de hablar de sus problemas sexuales, es incorrecto, porque las mujeres también lo ocultan. Según el Instituto Sexológico Murciano alrededor del 70% de las parejas demoran entre 1 y 2 años en pedir algún tipo de ayuda especializada, y el 30% acude después de 5 años de percatarse del problema. La sexóloga Consuelo Camacho asegura que el 1 % de las consultas que recibe está relacionado con el vaginismo. Muchas se quedan calladas.

Aunque el hombre puede ser muy comprensivo, los problemas empiezan cuando desean tener hijos. Muchos se molestan y ellas se sienten culpables. Algunos llegan al divorcio, otros reciben ayuda a tiempo.

Afortunadamente este malestar sí tiene cura. Según el psicólogo y sexólogo Jorge Escobar el ser humano es bío-psicosocial y espiritual, por lo que las disfunciones sexuales se deben trabajar en estos 4 ejes. Aunque existen varias causas para que se genere este malestar, de acuerdo con Jorge Escobar, las últimas investigaciones han señalado que la educación sexual es el mayor incidente para que se precipiten otros síntomas como abuso sexual. “La educación sexual en Latinoamérica es pobre o manejada solo biosocialmente. Hablan solo del embarazo y de las enfermedades de transmisión sexual y no dicen nada de la autoestima y de la diferencia entre libertinaje y el libre albedrío”. Por tal razón, si las causas del vaginismo son psicológicas, el tratamiento consiste en mejorar la autoestima y se trabaja en las creencias culturales sobre la sexualidad.

La sexóloga Camacho recomienda un tratamiento cognitivo conductual con el objetivo de cambiar la percepción, los pensamientos, las actitudes y comportamientos relacionados con la sexualidad. Este tratamiento consiste en que el psicólogo y la paciente entiendan qué es lo que la mujer piensa de sí misma, de otras personas y del mundo que le rodea, y cómo estos pensamientos repercuten en sus reflexiones y sentimientos. Esto le ayudará a eliminar pensamientos negativos, mejorará su autoestima, superará —si es el caso— las fases de violación, abuso, etc.

Si las causas son físicas, según la fisioterapeuta Jaqueline Rivera dependerá del diagnóstico de la paciente para recibir un tratamiento. Asegura que los ejercicios pueden ir desde la respiración para abrir el diafragma, hasta el trabajo en los músculos de la vagina, abdomen alto, bajo, glúteos, espalda y piernas. Los resultados se observarán en aproximadamente 6 meses. Por ejemplo, la fisioterapia del piso pélvico es para restaurar la función de los músculos ubicados en la parte baja de la pelvis, en la que se encuentran genitales internos femeninos como útero y vagina. Lo que debes hacer es simular que tienes que orinar y luego contenerte, aflojas y aprietas los músculos que controlan el flujo de orina. Esto te ayudará a relajar la parte inferior de la vagina para favorecer la penetración en la relación sexual.

El vaginismo es un problema sexual de pareja que debe salir de la alcoba para buscar ayuda de un especialista. Los resultados serán más exitosos si la asistencia la reciben ambos. Un tratamiento integral te ayudará a superarlo y a disfrutar de relaciones sexuales placenteras.

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