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El partido de la Tri alteró la rutina de los quiteños
Después de 2 años de ausencia, la Selección Ecuatoriana de Fútbol regresó a la cancha del estadio Olímpico Atahualpa. La última vez que había jugado por eliminatorias consiguió la clasificación al Mundial de Brasil frente a Uruguay (11 de octubre de 2013), por lo que la algarabía por un nuevo inicio fue notoria desde el inicio del día.
El triunfo 2-0 sobre Argentina, el jueves pasado en Buenos Aires, levantó los ánimos de los aficionados, que desde la madrugada de ayer hacían fila por conseguir una de las 200 generales que salieron ayer a la venta. En poco tiempo se agotaron y después el movimiento en las boleterías se volvió lento, pues solo quedaban tribunas, palcos y preferencias. El ritmo de un día normal de trabajo cambió en el sector de El Batán, donde está ubicado el estadio Atahualpa. El movimiento de policías, vendedores y público aumentó de a poco.
Desde las 06:00 el tránsito fue restringido en las calles aledañas al escenario deportivo quiteño y alteró la rutina de algunas personas que debían tomar esas rutas para llegar a sus lugares de trabajo. Sin embargo, ese control era necesario, pues la afluencia de aficionados era constante.
Un total de 350 agentes de tránsito controló el flujo vehicular en la zona. La avenida Seis de Diciembre se mantuvo abierta al tránsito, al igual que el carril exclusivo de la Ecovía, uno de los medios para que la gente llegara con tranquilidad al estadio.
El tránsito fue fluido en la zona, pero algunos evitaban ir por las calles cercanas al estadio. Los vendedores de camisetas, banderas, pitos, cornetas y otros implementos trataban de convencer a los aficionados de comprar cualquier producto. Incluso se acercaban a los automóviles que esperaban los semáforos en rojo en las calles.
El personal de apoyo también controlaba el acceso de la gente que debía laborar dentro del escenario, como operarios de televisión, gente de avanzada y utilería de las selecciones, así como los encargados de la publicidad. La entrada principal del ‘Coloso de El Batán’ presentó una cara diferente, pues se ubicó una manga similar a la que se utiliza para la salida de los equipos.
En el interior estaba una pequeña cancha sintética junto a maniquíes que lucían la nueva colección de uniformes de la selección nacional, además de carteles de respaldo para la Tricolor en el pasillo principal del estadio.
Los programas matutinos de televisión usaron como escenario el fondo del Atahualpa, mientras realizaban salidas en vivo para contar lo que sucedía a pocas horas del estreno de Ecuador en casa.
Los gritos de respaldo al combinado nacional, además de la presentación de artistas, era el factor común en el transcurso de la mañana, en las cercanías de la general norte, donde se acumuló la mayor cantidad de hinchas ‘tricolores’.
En una calle paralela, una radio quiteña transmitía en vivo desde una unidad móvil. Con un amplificador instalado sobre el techo, permitía escuchar a los transeúntes las últimas novedades de las selecciones, cuando la hora del encuentro se acercaba.
Todo por la selección
La rutina de muchos trabajadores cambió, pues querían estar libres antes de la hora del partido. Oficinas privadas permitían a sus empleados salir más temprano, con la condición de recuperar esas horas en otros días; también se reunían en sus lugares de trabajo para ver el encuentro de la Tricolor.
“Afortunadamente ahora los puestos son numerados y no hay problema para llegar a poco del inicio del partido. Debía obtener el permiso en el trabajo y luego pagar esas horas, todo por ver a la ‘Tri’”, dijo Andrés Noboa, que trabaja en una productora audiovisual y compró con anterioridad el abono para los 2 primeros partidos. (I)
Datos
Varios aficionados llegaron desde otras provincias del país para observar el encuentro. La mayoría salió desde sus ciudades la noche del lunes.
Las puertas del estadio se abrieron antes de las 13:00 para que la gente pueda ingresar a todas las localidades. La entrada fue fluida y la revisión por parte de los policías se realizó de forma ordenada.
Los revendedores tenían aún muchas entradas en su poder. El lunes, un boleto a general se podía conseguir por $ 30 ($ 22 el valor regular) y ayer, en la mañana, se comerciaban a $ 40.
La selección boliviana permaneció en el hotel donde se hospedó durante toda la mañana y después del almuerzo partió hasta el estadio Atahualpa, en un recorrido corto en el sector norte de Quito.