Si alguna vez alguien decidiera convertir la trayectoria futbolística de Juan Luis Anangonó en un guión cinematográfico, la película podría empezar con el actor principal pateando una pelota, descalzo, en una cancha de tierra de su natal Valle del Chota (Imbabura).

La historia se ambientaría siete años atrás (2006). Unos arcos de caña guadua erigiéndose entre una nube de tierra y detrás de ella un  Anangonó anónimo, sin que la parafernalia periodística supiera que unos años más tarde debía prestarle una atención muy particular a la nueva apuesta ofensiva del técnico de la Selección, Reinaldo Rueda, para el reinicio de las eliminatorias mundialistas.

Dentro de la trama no podría faltar, por supuesto, un punto de giro trascendental: su salida del Valle, donde se entrenó en la escuela de Agustín Delgado,  y su llegada a Guayaquil para probarse en Barcelona con apenas 16 años.

Sarue Padilla, sargento del Grupo de Intervenciones y Rescate (GIR), habló con Juanita León, su hermana, para que le permitiera a su sobrino Juan viajar con él hacia el puerto principal para presentarse a las pruebas físicas y futbolísticas que estaba realizando Barcelona.

Juanita  pensó  dos  veces  antes  de que su único hijo varón se vaya de su lado. Fue triste para ella, pero lo aceptó y se quedó en el Valle del Chota junto a sus  dos hijas: Dayana y Alison, de 28 y 16 años, respectivamente.

Anangonó, motivado por "alejar de la pobreza a su familia",  estuvo de acuerdo con su tío y viajó con poca ropa, pero con  muchos sueños.

Fue un acierto. Luigi Pescarollo, entrenador de la Sub-16 de Barcelona en ese entonces, lo vio jugar y le agradó. Pero fue bajo la tutela del profesor Rémulo Sotomayor, en el 2006, con la Sub-18,  donde pudo obtener su primer campeonato nacional en categorías menores.

Como Anangonó era menor de edad no podía firmar ningún documento, Sarue lo hizo como representante legal.

A Anangonó no le molesta que lo comparen y hasta que le digan que es el clon del "Tin" Delgado, porque es un buen cabeceador y goleador. Más bien le provoca risa porque sabe que le "falta mucho para alcanzarlo”.

Pero fueron precisamente esas cualidades las que “enamoraron” al técnico argentino Leonardo Astrada el año pasado, cuando estaba a cargo de la dirección técnica de Argentinos Juniors.

A mediados del 2012, cuando se lesionó José Carlos “Zlatan” Fernández, el estratega y la dirigencia de ese club se vieron obligados a contratar un jugador de características similares para reemplazarlo. Les recomendaron varios, pero hubo uno que al ver su ficha les llamó la atención. Se trataba de Anangonó.

Tenía muchos goles y algunos de ellos importantes. Pidieron referencias en Ecuador, lo empezaron a seguir y les gustó; pero también influyó que haya sido Alfaro Moreno, exestrella de Barcelona,  quien lo recomendara.

Astrada habló con Alfaro Moreno, su amigo,  en quien  confía mucho. Le dijo que Juan era uno de los jugadores más potentes del Campeonato Nacional y que “no tenía techo”.

Pero después el mismo estratega lo comprobó durante un partido contra Boca Juniors por el torneo argentino. “Es muy movedizo, sabe con la pelota y no baja nunca los brazos. Y aunque todavía necesita tiempo para adaptarse al fútbol argentino, por sus características puedo asegurar que no va a costarle. Ojalá nos siga dando alegrías”, dijo Astrada en ese momento. Y  no se equivocó.
Anangonó no ha dejado de darle alegrías a los hinchas de Argentinos. En septiembre del año pasado los seguidores del club le entregaron un reconocimiento  después de que  marcara  un gol durante un partido ante All Boys.

El diario argentino de deportes Olé, le dedicó, en esa ocasión, una nota en sus páginas. “¿Quién es ese negro?”. La pregunta se propaga como si fuera un virus informático. Va de boca en boca, recorriendo todos y cada uno de los asientos de la platea de All Boys”, publicó el rotativo en su crónica.  

Según el técnico Reinaldo Rueda, fue precisamente después de ese partido que empezó a seguir de cerca su desempeño futbolístico. Un mes antes lo había convocado para el partido amistoso que la Tricolor disputó ante Chile, en Estados Unidos. Ese día jugó apenas cinco minutos.

Hace un mes Anangonó dijo en Argentina que su esfuerzo estaba encaminado a lograr ser uno de los convocados regulares por Rueda. ¿Lo logrará? Eso solo se sabrá después del nivel que muestre en este llamado. Su lucha por alcanzar este objetivo empezó ayer, después de que se uniera a los entrenamientos en  Monteolivo.