Es cierto que si seguíamos la tendencia de los resultados que nos llevaron al Mundial en ocasiones anteriores, ya estaríamos clasificados y entre los primeros puestos, pero lamentablemente no es lo que sucedió. En fin, como yo siempre digo, uno tiene que hablar de lo poco que sabe, por ello dejaré el tema del rendimiento futbolístico de la “Tri” para mis colegas de la sección deportiva y me concentraré en lo que como apasionado de la economía, me llama la atención: ¿Por qué tanto movimiento?
Miles de personas viajarán a la capital (muchos de ellos con una entrada, otros tantos irán a buscarla) y el impacto económico que esto genera es admirable; muchos sectores de la economía se beneficiarán de este partido: aerolíneas, hoteles, restaurantes, bares, etc. Pero, ¿por qué cuando viene un artista de talla mundial no pasa lo mismo? ¿Por qué cuando convocan a defender la vida en el Yasuní van apenas unos pocos activistas? ¿Por qué cuando juega la selección de básquet o el equipo Davis no estamos tantos ecuatorianos presentes? La respuesta no es fácil, y necesita una investigación sociológica profunda que, obviamente, no alcanzaría a ser explicada en este artículo, pero en resumen depende de dos cosas: preferencias y cohesión social.
La Selección históricamente ha sido una inyección anímica para todos los ecuatorianosPreferencias porque nos guste o no el fútbol, es el deporte nacional y es el que a la mayoría nos apasiona. Esto lo hace diferente de un concierto de clase mundial como el de Justin Bieber, que a la mayoría de la población no nos apasiona ir a verlo. Unos preferirán escucharlo en la radio, otros comprar el DVD del concierto y a muchos ni siquiera nos agrada su música. Pero, en cambio, casi todos quieren ir al estadio a ver a la “Tri”, y como muchos no lo lograrán, los bares de todo el país estarán colapsados. Por el lado del Yasuní unos estarán a favor de la explotación y otros no, pero con la “Tri” casi nadie quiere que pierda (digo “casi” porque nunca falta el “desubicado”).
Cohesión social, porque lamentablemente la “Tri” es la única razón por la cual la sociedad piensa como una sola. Y digo lamentablemente, porque deberían ser más las razones por las que un país se una en busca de un objetivo. Pero, bueno, no hay que ser tan pesimista, otros países ni eso tienen.
Este evento históricamente ha sido una inyección anímica para la nación entera, en un momento en el que acabábamos de salir de la mayor crisis financiera de nuestra historia, cuando los ecuatorianos huían en busca de algo mejor en el Viejo Continente, cuando incluso se hablaba de una separación e independencia de algunas regiones; en ese preciso momento todo quedó atrás cuando la “Tri” nos llevó a nuestro primer Mundial. Tal vez ni ellos mismos se dieron cuenta del impacto que causaron, pero espero de todo corazón que lo sepan ahora, tanto la generación de 2001, 2005 y la actual, porque más que una Selección, son el sueño de una nación.