El arte contemporáneo es uno de los más difíciles de comprender. Esa idea, ampliamente extendida, es una de las razones por la que no goza de grandes públicos. Y aunque el ejercicio de hacer un análisis y generar pensamientos propios a partir de lo que dice una obra parece más difícil de lo que realmente es, tampoco es que los artistas tengan demasiado interés por explicar sus trabajos: una máxima del arte sostiene que una obra —como cualquier texto— debe ser capaz de defenderse por sí misma.

Luego de un par de ediciones sobre Literatura —nuestras dos revistas inmediatamente anteriores trataron sobre la vida y obra de los ganadores del Premio Nobel, Imre Kertész y Mario Vargas Llosa, y en la siguiente volveremos a la carga con un especial sobre Miguel de Cervantes y William Shakespeare— volcamos nuestra mirada hacia un tema que no es nuevo, pero que tampoco será lo suficientemente abordado, al menos por un —largo— tiempo: las artes plásticas, y en especial el arte contemporáneo, esa cosa informe, interdisciplinaria y necesitada de atención (después de todo, uno nunca tiene del todo claro qué es lo que tiene que saber antes de enfrentarse a determinada exposición u obra de arte).

En este número dialogamos. La gestora cultural e historiadora de arte Pilar Estrada, anunciada en febrero como la próxima directora del Centro Cultural Metropolitano de Quito, habla en una entrevista sobre el impulso crítico que han perdido, en cierta forma, las nuevas generaciones de artistas en el Ecuador. El escritor Abdón Ubidia reflexiona sobre el rol de los curadores y lanza una crítica contra las peticiones que se les hace a los artistas para que sus obras calcen en una muestra. Al mismo tiempo, en CartóNPiedra hemos ensayado una guía para enfrentarnos al arte.

Además, en esta edición se aborda la vida y obra de Adolfo Bioy Casares —el eterno compañero de Jorge Luis Borges—, a través de una entrevista con la autora de una reciente biografía del creador de La invención de Morel.