Uno de los acontecimientos más relevantes que trajo el nuevo siglo fue la emergencia de China como actor fundamental —debido a su desempeño económico y a la inclusión social conseguidos luego de más de 3 décadas de reformas—. Así, este país desafió la hegemonía de Estados Unidos en el ámbito comercial, económico, político e, incluso, militar; y dejó atrás la época del mundo bipolar (Estados Unidos-Unión Soviética) y unipolar (Estados Unidos), configurando una realidad multipolar con los países emergentes como protagonistas, lo que no solo es posible sino deseable.

La segunda economía del mundo (atrás de Estados Unidos y encima de Gran Bretaña) empuja el crecimiento mundial frente a los magros resultados de economías como las de Europa y Estados Unidos que todavía no se recuperan de la crisis financiera internacional que inició en 2008.

La semana pasada se divulgaron las cifras de China sobre crecimiento (7,4%), correspondientes al primer trimestre del año , que confirmaron la desaceleración de la economía. Durante años China nos acostumbró a datos de crecimiento de 2 dígitos y luego a cifras altas de alrededor de 8%. Para 2014, las autoridades proyectan un índice de 7,5%, que sería el más bajo del gigante asiático desde hace casi un cuarto de siglo. ¿China y el mundo deberían preocuparse? Por ahora parece que se trata de una nueva fase que se explica, en parte, por las reformas implementadas desde el año pasado para dinamizar el consumo interno de un país con más de 1.300 millones de habitantes. Pero no existen respuestas acabadas, lo cierto es que los ojos del mundo siguen con atención lo que ocurre con un socio clave para países tan diferentes como Estados Unidos (China tiene más del 20% de bonos estadounidenses), Argentina y Venezuela, que han recibido la mayor cantidad de préstamos de bancos chinos para Latinoamérica, o Ecuador, donde grandes proyectos estratégicos están en manos asiáticas.

Este suplemento especial pretende acercar a los lectores al proceso chino, sus logros, desafíos y a los debates que su creciente influencia suscita en el mundo. El fenómeno China sigue en marcha y sus múltiples aristas, enfoques y dinámicas continuarán motivando publicaciones y análisis.