A la pérdida del caudal del río Bulubulu se suma un posible problema de contaminación con la aparición de manchas, fuertes olores y oscurecimiento de sus aguas.

La alerta de la anomalía en el afluente la dieron la mañana del lunes los moradores de la parroquia Pedro J. Montero, perteneciente a Yaguachi, Guayas.

Las aguas del río son de color verdoso claro, pero ayer cambiaron a un café oscuro con un persistente olor a caña de azúcar o melaza, relataron personas que viven al pie del río y que tienen como parte de sus actividades su utilización diaria.

La sexagenaria Jacinta Yulán refirió que el agua les sirve, además, para bañarse y que actualmente les ha causado molestias en la piel, ya que les produce una picazón poco común. La mujer se queja también de que los turistas no llegan al sector ‘La hacienda Virginia’.

Santiago Lavayen, también residente del sector, lamentó que este problema no solo causa molestias o preocupación por el olor que se percibe, sino que también afecta a los peces, como tilapia, vieja, campeches, camarones, entre otros, de los que muchos vecinos viven.  

“Mis sobrinos vinieron a bañarse, pero salieron del río apenas notaron las manchas sobre el agua, parece aceite, pero huele a caña de azúcar”, manifestó el hombre mientras se preparaba para volver a trabajar como maestro albañil.

Lavayen y otras personas recordaron que algo similar sucedió hace una década, cuando el Ingenio San Carlos efectuó trabajos que provocaron una situación como la que ahora viven. Aquí la mayoría de habitantes se dedica a producir la tierra.

Para Marcos Vargas, comer pescado del río es habitual, es parte de su dieta, pero en las condiciones en las que está el afluente difícilmente habrá posibilidades de pescar. “Solemos usar estas aguas para casi todos nuestros quehaceres, bañarnos, regar las plantaciones, incluso para cocinar, pero hasta saber qué pasa, a mi familia le he pedido no acercarse al río”, aseguró Vargas, quien se dedica a reparar motos.

EL TELÉGRAFO recorrió 10 kilómetros a lo largo del torrente, desde el sector del puente colgante, diagonal al Cuerpo de Bomberos, hasta el baipás de Puente Payo, a lo largo del   tramo se constataron varios grupos de diferentes tamaños de una sustancia tiznosa que cubría las orillas del río.

Para el presidente de la Junta Parroquial de Pedro J. Montero, José Ulloa, lo primero es asegurar el bienestar de las personas que viven cerca del río, por lo que se visitarán las empresas y haciendas con el objetivo de verificar dónde se origina la contaminación. Este recorrido tenía previsto realizarse ayer en la tarde, pese a que conocieron del problema el sábado en la tarde.

“Se entiende que es alguna empresa grande que está botando sus desechos químicos sin el mínimo respeto al medio ambiente, ni a los agricultores. Esto afecta a otros sectores como las parroquias Virgen de Fátima y Taura. Haremos una inspección y la denuncia respectiva al Ministerio del Ambiente”, aseguró Ulloa.

Hasta el cierre de esta edición, ningún organismo provincial o nacional se pronunció sobre la contaminación del río Bulubulu. Los vecinos esperan que sea remediada la situación. (I)