Hay una postura común entre los fabricantes locales de ropa, ya que el etiquetado que se exigirá en las prendas de vestir nacionales e importadas, a partir de mañana, dará mayor formalidad al sector.

“La norma no toma por sorpresa a nadie”, aseguró Javier Díaz, presidente de la Asociación de Industriales Textiles del Ecuador (AITE), ya que la obligación de exhibir una etiqueta con datos de la procedencia del producto, talla y composición de la tela, está vigente desde 2007.

El cambio actual tiene que ver con la incorporación del Registro Único de Contribuyentes (RUC) del fabricante, lo que permitirá, incluso, denunciar cuando el producto no cumpla con lo expuesto.

Díaz considera que se trata de un mecanismo para proteger al consumidor del “engaño” de un fabricante, o importador, y una garantía para saber lo que se compra.

“Si se afirma que una camiseta es de algodón, tiene que serlo, de lo contrario se puede denunciar”, afirmó el empresario.

Según datos de la AITE, en Ecuador hay alrededor de 350 empresas de confección, sin embargo se estima que existen más de 3.000 si son incluidos los negocios más pequeños y los informales.

El Producto Interno Bruto (PIB) de las empresas locales fue de 740 millones de dólares en 2012, mientras que en este año se prevé que alcance los 770 millones de dólares.

Saira Barahona, gerenta comercial de la empresa Anitex, que confecciona prendas en jersey (65% de poliéster y 35% de algodón), considera que mantener este tipo de estándares brinda también seguridad al fabricante, por la cantidad de talleres que elaboran ropa patentada que no se puede reproducir y que usan diseños registrados de otras marcas. “Ellos de alguna manera vienen a ser competencia para nosotros”, expresó.

Así, los establecimientos comerciales ya fueron prevenidos sobre el tema.

“Nos han indicado que habrá controles continuos en las tiendas y, además, multas, ya que tendrán que quitar la mercadería hasta cumplir con el requisito”, indicó Barahona.

De acuerdo a lo indicado por Díaz, las sanciones para quienes incumplan la norma están establecidas en la Ley del Sistema Nacional de la Calidad.

Dijo que estas incluyen sanciones económicas y en caso de reincidencia será decomisada la mercancía, se cerraría definitivamente el local y podría darse hasta la disolución de la compañía.

Aseguró que también podrían considerarse aspectos relacionados al contrabando, pues una prenda sin etiqueta podría llevar a pensar eso. En este caso se aplicaría lo estipulado en el Código de la Producción, incluso se llegaría a acciones legales.

Al titular de la AITE le preocupa sin embargo, cuándo y cómo se ejercerán los controles.

SE INCREMENTA DEMANDA
La exigencia de la norma y el temor de los fabricantes por ser sancionados y que decomisen sus productos, ha aumentado la demanda de etiquetas en el país.

En la empresa quiteña Marcas, dedicada 16 años a la fabricación de etiquetas para ropa, los pedidos han aumentado en aproximadamente un 30%, según su propietaria María del Carmen Álvarez.

La firma entrega etiquetas a cerca de 200 clientes regulares, entre los que figuran las marcas propias de cadenas como Eta Fashion y De Prati, así como líneas de ropa por catálogo, entre estas JSN y Nostra. “Ahora cada día tenemos al menos un cliente nuevo”, dijo.

Álvarez detalló que normalmente se colocan dos etiquetas en las prendas, una de hilo o satín tejida, en la que van los datos y las especificaciones, y una colgante de cartón, que exhibe el logo de la marca. “La primera es la más importante y la que se exige ahora”, mencionó.

El costo unitario de una etiqueta es de 1 ó 2 centavos y del colgante de cartón es de 3, aunque depende del material utilizado.

“Por lo regular un ‘kit’ puede costar alrededor de 7 centavos”, explicó, por lo que el problema de los costos se refiere al volumen.

Según el reglamento, la información estará en español, sin perjuicio de otros idiomas, y se colocará antes de la importación o comercialización.