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Los mercados emergentes tuvieron un triple golpe este año

El Banco Central de China devaluó el 11 de agosto el yuan, que cayó casi 2% frente al dólar. Los principales mercados europeos y de América Latina cayeron, luego de que Pekín ordenara una depreciación de su moneda.
El Banco Central de China devaluó el 11 de agosto el yuan, que cayó casi 2% frente al dólar. Los principales mercados europeos y de América Latina cayeron, luego de que Pekín ordenara una depreciación de su moneda.
Foto: Archivo/El Telégrafo
31 de diciembre de 2015 - 00:00 - Álex Córdova

La disminución del crecimiento en China, la caída de los precios de las materias primas y la perspectiva de un alza de tasas estadounidenses fueron un triple golpe para los mercados emergentes. La normalización de la política monetaria de la FED (Reserva Federal de EE.UU.) ha provocado apreciación del dólar y afectaciones a todas las monedas del mundo.

Este año el dólar estadounidense marcó un máximo histórico en una serie de países de la región que devaluaron sus monedas, principalmente en Colombia, Perú, Brasil, México y Chile.

En el contexto del caos que reina en los mercados internacionales, los gobiernos latinoamericanos, en un intento por mejorar su tipo de cambio, pueden recurrir a la devaluación de las monedas nacionales, un escenario de acontecimientos que ya ha pasado con el yuan de China y el tenge de Kazajistán.

En el último año, el impacto del dólar sobre las divisas sudamericanas ha sido devastador. El real brasileño acumuló a la fecha una depreciación del 32%, cifra ligeramente inferior al desplome del peso colombiano (-38,1%) y del peso mexicano (-13%). El descenso más reciente se produjo en este mes en Argentina, cuando el presidente Mauricio Macri decretó el fin del llamado “cepo cambiario”, lo que supuso una devaluación del 40% del peso en tan solo un día.  El valor  oficial del bolívar  venezolano no depende de las fluctuaciones del mercado.      

Chile está experimentando problemas por la reducción de la demanda china de sus materias primas. Ese país latinoamericano exporta el 47% del cobre a Pekín. La disminución del ritmo del desarrollo del gigante asiático ha influido de manera negativa al coste de la divisa chilena, que entre enero y noviembre perdió el 14,85% frente al dólar y el mes pasado llegó a tocar mínimos de más de 12 años.

Mientras que en Perú, el valor del nuevo sol llegó a su valor mínimo desde 2006 causando alarma entre los inversionistas. El tipo de cambio trepó a 3,394 soles por dólar el 23 de diciembre. El Banco Central de Reserva (BCR) de Perú tuvo que vender $ 6 millones en el mercado al contado para atenuar el avance del dólar.

En este contexto, los países latinoamericanos que más sufrirán por el alza del dólar serán los orientados a la exportación de materias primas. Además, la depreciación de las divisas nacionales provocará una subida significativa de los precios de los productos importados.

El objetivo de las devaluaciones que se han dado en los países analizados es que por un dólar se puedan comprar más pesos colombianos, mexicanos o chilenos, más soles peruanos o más reales brasileños, con la finalidad de abaratar los productos que exportan y que se consumen en los países desarrollados.

Si bien la devaluación de una moneda es la respuesta inmediata de los Gobiernos para equilibrar su balanza comercial, aquella también tiene sus consecuencias. La inflación es sin duda el aspecto que más preocupa al ciudadano común, sobre todo la incidencia que puede tener sobre el encarecimiento de los bienes básicos.

El aumento en la tasa de cambio incrementa el precio de los bienes de consumo, así como las materias primas que emplean algunas empresas, lo que las obliga, en muchos casos, a trasladar ese aumento de precio al consumidor final.

Los pronósticos apuntan a que el dólar se siga apreciando. La firma Goldman Sachs ha recortado su estimación para la divisa de la Unión Europea: para el próximo año, esta moneda comunitaria se cotizaría en 0,85 dólares.

Con una depreciación de 126%, el rublo ruso lidera la lista de divisas con mayor pérdida de paridad cambiaria con el dólar estadounidense desde que la Reserva Federal (Fed) en Estados Unidos empezó a dar señales al mercado de normalizar su política monetaria en mayo de 2013.

Otras divisas de países que han sido fuertemente afectadas son el dólar canadiense, la corona de Noruega, el rand de Sudáfrica, la lira de Turquía, la rupia de Indonesia, el euro, el franco suizo y la libra del Reino Unido.

La subida de los tipos de interés en Estados Unidos no tendría un impacto inmediato en la mayoría de mercados latinoamericanos porque llevaban meses anticipando el golpe, aunque sí reducirá el precio de las materias primas, motor de muchas economías de la región.

Según analistas, el aumento de las tasas por parte de la Reserva Federal pegará a los commodities. Su efecto inmediato es que los precios de las materias primas sigan deprimidos.

Ello se debe a que existe una correlación negativa entre el precio del dólar y el de las materias primas, un mercado que apuntala las economías de muchos países latinoamericanos. Ese es el caso de Ecuador, Colombia, Perú o México, productores de petróleo y minerales, de Chile, con grandes reservas de cobre, o de Brasil y Argentina, con importantes extensiones agrícolas.

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la región deberá enfrentar en 2016 diversos escenarios y riesgos de la economía mundial, que sin duda condicionarán su desempeño económico. En el frente externo, se prevé que el crecimiento global se mantenga lento y llegue a 2,9%, mientras que persiste la incertidumbre sobre China –uno de los principales socios comerciales de la región- país que continuará desacelerando hasta 6,4%.

A la incertidumbre sobre la economía mundial se agrega el bajo crecimiento del comercio global (1,5% en 2015 y 2,5% estimado para 2016). Además, los precios de las materias primas exportados desde la región se mantendrán bajos, por ello, en 2016, América Latina y el Caribe volverían a experimentar un deterioro en sus términos de intercambio, especialmente en países exportadores de hidrocarburos y minerales, señala el informe.

En el caso de Ecuador, la apreciación del dólar lo convirtió en un país más caro, lo que ha golpeado la economía al disminuir la competitividad de  las exportaciones no petroleras. Los efectos relacionados a la apreciación del dólar ya se hacen notorios en las exportaciones. Según datos del Banco Central del Ecuador (BCE), hasta octubre el monto de las ventas no petroleras cayó el 5,8% ($ 600,5 millones) frente al mismo período del año pasado.

El problema de la economía ecuatoriana no es sencillo. El mes pasado, el presidente Rafael Correa aseguró que, aunque el precio del petróleo suba el siguiente año, los inconvenientes externos permanecerían si se mantiene la apreciación de la moneda que, según dijo, es del 30%.

La apreciación de la moneda significaría pérdidas por 5.000 millones de exportaciones, hasta el 5% del Producto Interno Bruto (PIB).

Otro de los problemas que ha enfrentado  no solo Ecuador, sino varios países que exportan crudo, son los bajos precios de esta materia prima, que han perdido un 60% en los últimos 18 meses. En junio de 2014, en promedio, se pagaba en $ 100 el barril y ahora su precio bordea los $ 37. Todas las interrogantes quedan abiertas para un 2016 que se presenta como uno de los años más impredecibles.

Los analistas estiman que el crudo permanecerá en niveles históricamente baratos, muy lejos de los casi $ 127 de principios de 2011. Sin embargo, predecir el precio del petróleo es un ejercicio un poco fútil, debido a que hay demasiadas variables en juego para hacer una estimación significativa. (I)

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