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El Telégrafo
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Un tema discutido en ginebra fue la cantidad adecuada de la hormona de crecimiento administrada a las vacas

Agrocalidad revisa límites de los plaguicidas

En la reunión del Codex, los países establecieron límites máximos de ingredientes químicos en los alimentos. Cortesía
En la reunión del Codex, los países establecieron límites máximos de ingredientes químicos en los alimentos. Cortesía
14 de noviembre de 2015 - 00:00 - Redacción Economía

Irina Malquin, quiteña y madre de 2 niños, considera que es importante que sus hijos ingieran leche sana y de óptima calidad, sin residuos de medicamentos veterinarios u otro contaminante nocivo para la salud.

Ella adquiere productos con un adecuado control sanitario. Solo así tiene la seguridad de que fueron elaborados con materias primas aptas. En Ecuador los ciudadanos pueden confiar en que los productos alimenticios vendidos pasan por proceso de calidad, al igual que los importadores pueden asegurar que lo vendido se ajusta a las especificaciones del mercado.

Para los productores de alimentos es primordial cumplir las normas de inocuidad mínimas y así ofrecer insumos idóneos, tanto para el consumo interno del país como para exportación. Por ejemplo 970 empresas ecuatorianas hoy tienen el sello Global Gap, creado en 1996, como una iniciativa del sector minorista Europeo, perteneciente al Euro-Retailer Produce Working Group (EUREP).

El objetivo del estándar es asegurar al consumidor alimentos frescos, producidos bajo la implementación de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), optimizando el uso de agroquímicos, minimizando el riesgo de impacto ambiental y fomentando las operaciones responsables en la finca.

Pero el cuidado de la producción de alimentos va más allá del sello Global Gap. La inocuidad o incapacidad de un alimento para hacer daño es un tema tratado en el mundo por organizaciones o fundaciones que mejoran las políticas y normativas. En este contexto, Ecuador también las acoge.

La encargada de establecer normas, directrices y códigos internacionales para la inocuidad, calidad y equidad en la producción y comercio es la Comisión Codex Alimentarius (CAC), que en julio pasado tuvo su trigésima octava reunión en Ginebra, Suiza.

La Comisión Codex Alimentarius, también conocida como código alimentario, se ha convertido en el punto de referencia de los consumidores, productores, elaboradores de alimentos, organismos nacionales de control de los alimentos y el comercio internacional. Participan 186 miembros.

La CAC es un programa conjunto entre la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyo objetivo, desde 1963, es proteger la salud de los consumidores y el aseguramiento de buenas prácticas en el comercio internacional de los alimentos.

También participa Ecuador, a través de la Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de la Calidad del Agro (Agrocalidad), entidad adscrita al Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap).

Israel Vaca, director de Inocuidad de los Alimentos de Agrocalidad, indicó que, entre otros aspectos -en la reunión de julio la Comisión Codex Alimentarius- se trató la estandarización mundial de la norma, que existe para Asia desde 2009, para garantizar la calidad del ginseng, cuando es utilizado como ingrediente alimenticio, precisando que no aplica cuando es usado con fines medicinales. En Ecuador, el ginseng está presente en el té, como bebida relajante y suplemento vitamínico.

Según información detallada en la página oficial del Codex Alimentarius, también se instauró el nivel máximo de 0,1 miligramos de plomo por kilogramo para determinados jugos y néctar de frutas listos para el consumo.

Además, se adoptó el valor referencial para el etiquetado nutricional de potasio, ya que un adulto debería consumir a diario máximo 3.500 miligramos.

De igual manera, se deben controlar los hongos que se desarrollan en los cereales, harina y alimentos con base de cereales que consumen lactantes y niños.

Vaca indicó que después de varias evaluaciones se establecieron normas para el adecuado empleo de aditivos en alimentos.

Se recomienda el uso en los límites máximos de diversos alimentos, como el café, la leche en polvo para niños lactantes, y en el pescado ahumado, congelado o fresco, con la finalidad de cuidar la salud de la población.

Agregó que se revisaron y establecieron límites máximos de residuos de plaguicidas y/o pesticidas en varios alimentos. Se espera que la FAO y la OMS creen un fondo de $ 3,3 millones al año para fomentar la participación activa de países en desarrollo, en cuanto a las normas alimentarias internacionales desde 2016.

Análisis de carne

El Codex, adicionalmente, analizó la presencia del parásito de la triquina (Trichinella Spp.) que se encuentra en la carne de cerdo, principalmente, y de otros animales.

Cuando las personas consumen carne proveniente de animales infectados con este parásito -que puede permanecer latente en carne cruda o poco cocida- provoca enfermedades en el futuro, destacó Vaca.

Indicó que por ello la CAC exhortó que exista un cuidado adecuado en los canales de faenamiento y distribución, en función del riesgo para asegurar que la carne no tenga este parásito.

Otro tema analizado, y en el cual participó Israel Vaca, fue el límite máximo de residuos de Somatotropina Bovina Recombinante (STBr).

Se trata de una hormona de crecimiento sintética usada en varios países, entre estos Ecuador, y administrada a vacas lecheras lactantes para aumentar el 7,4% de la producción de leche en condiciones tropicales, según estudios realizados por la Universidad de Caldas, en Colombia. El Comité Mixto FAO/OMS de expertos en aditivos alimentarios ha evaluado este tema en 3 ocasiones (1992, 1998 y 2014) concluyendo que la STBr puede utilizarse sin ningún riesgo apreciable para la salud de los consumidores y que no hay necesidad de especificar un límite máximo de residuos cuantificables. (I)

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