El 60% de los recicladores base en Ecuador consideran que no tienen colaboración de la ciudadanía.

Así lo aseguró la Red Nacional de Recicladores (Renarec). Laura Guanoluisa, su dirigente, dijo que es fundamental que la ciudadanía haga conciencia sobre el reciclaje y trabaje con ellos en equipo. “Se debe realizar la clasificación desde la casa para que nosotros ya no manipulemos las fundas de basura”, pues al manipular el material pueden lastimarse y/o contraer alguna enfermedad.

Ese fue el principal objetivo del desafío “Reinventa y Recicla”, organizado por Arca Continental Ecuador y Nestlé Ecuador. El concurso recibió más de 150 propuestas para mejorar el reciclaje en Quito, de las cuales cuatro quedaron finalistas.

El premio final fue de $ 5.000 de capital inicial para poner en marcha el proyecto que, además de ser innovador, viable y causar impacto, requería como elemento diferenciador, mejorar el nivel de vida de los recolectores base en la capital ecuatoriana.

“Principalmente lo que buscamos es que los proyectos consideren a los recicladores base como los principales actores en la cadena productiva”, explicó Mariana Tufiño, gerente de Creación de Valor Compartido de Nestlé Ecuador.

Guanoluisa, quien inició desde los 5 con su abuelo y ahora lleva 40 dedicado a este trabajo, consideró valioso que se pongan a prueba las ideas innovadoras que contribuyan a que la población valore esta labor porque, además de ser el sustento de sus familias, “cuidamos el medioambiente, la economía y proveemos de materia prima a las industrias”.

El pasado 17 de mayo se eligió al ganador: el proyecto “Yo ayudo a mi reciclador, yo reciclo”, del grupo conformado por el catedrático Diego Grijalba y los estudiantes de economía Joaquín Moscoso, Rodrigo López, Andrea Bernal y Eduardo Jaramillo.

Este último señaló que su propósito es que “la ciudadanía tenga una relación con su reciclador base como la que se tiene con la señito de la tienda de su barrio”.

Jaramillo añadió que se analizó el porqué el calentamiento global no crea empatía debido a que sus efectos no son observables en el futuro y el impacto de las personas que sí reciclan es irrisorio.

La metodología  utilizada fue la de la economía del comportamiento, que planteó algunas soluciones: 1) simplificar el proceso de reciclaje y recolección con la implementación de un tag; 2) sustitución de recompensas con incentivos tangibles como el ayudar al recolector base de tu barrio; 3) campañas de reciclaje, a través del manejo de datos de la base catastral e identificación de puntos de alto consumo, además de reconocimiento a los participantes.

En ese sentido, Alexandra Chamba, gerente de Asuntos Públicos y Comunicaciones de Arca Continental, resaltó la importancia de generar valor compartido (beneficios sociales y rentabilidad) al momento de gestar proyectos sostenibles.

“Queremos dejar una huella ambiental positiva. El reciclaje inclusivo debe respetar el trabajo de los recolectores”, expresó.
Adelantó que la idea se replicaría en Guayaquil.

El acompañamiento
Enrique Crespo, responsable de Laboratorio de Innovación y Gobierno de Quito, dijo que se hará un seguimiento a los ganadores para que creen un proyecto piloto y apliquen sus soluciones en un barrio o parroquia de Quito, luego llevarlo a escala mayor.

En total, 1.200 ciudadanos aplicaron al concurso. En un primer filtro se seleccionó a 57 personas de unos 12 grupos, de los cuales solo cuatro quedaron en la recta final. Aunque solo un grupo pudo ganar -dijo Crespo- el resto de finalistas tiene la oportunidad de mejorar sus proyectos en la incubadora de la Agencia Metropolitana de Promoción Económica ConQuito. “Hay esa apertura para que no dejen morir sus ideas de negocio”.

Las otras iniciativas son: Juntemos las manos para limpiar la ciudad, Golden Garbage y Cyber Reciclador, que se refieren a aplicaciones móviles, plataformas webs, el uso de un microcontrolador arduino en basureros. (I)