La población de ballenas jorobadas del Pacífico Sudeste se ha estimado en 2.917 individuos, según indicó el Ministerio del Ambiente. De estas, generalmente, existe un registro de 10 a 20 varamientos de ballenas al año, principalmente de la jorobada.
Los “varamientos” se producen cuando estos animales se atascan en la arena de la playa, en la orilla del mar. En el 2012 se reportaron 20 ballenas en esta condición, entre las que se encontraban 17 jorobadas.
Entre las variedades de cetáceos que se varan están la Calderón Tropical, Cachalotes, Ballenas Picudas, entre otras, cuyos registros son mínimos en comparación con los incidentes ocurridos con las ballenas jorobadas, también conocidas como “yubartas”.
El morbillivirus (parecido al moquillo de los perros y gatos), lesiones cutáneas, envenenamiento por sustancias químicas en el océano o la ingestión de plásticos flotantes que afectan al sistema gástrico o respiratorio de los cetáceos son algunas de las afecciones que pueden padecer las ballenas y que ocasionan que éstas perezcan en el mar o cerca de él. “En la mayoría de los casos no se pueden comprobar las causas reales de la muerte, debido a que el cetáceo llega en avanzado estado de descomposición. En estos casos deben ser dispuestas en fosas profundas, con la ayuda de maquinaria pesada y usar cal para reducir los hedores que emanan”, indicó el Ministerio del Ambiente.
Entre julio y octubre de cada año las ballenas jorobadas llegan por migración hasta las costas ecuatorianas, contando con un mayor número de ejemplares en las aguas de nuestro país, lo que hace frecuente que ocurran los varamientos.
Estas situaciones suelen originarse por la interacción de estos cetáceos con actividades de pesquería, choques contra embarcaciones, cacería, peleas entre especies, muerte natural, enfermedades de esta especie. Todo eso puede producirse durante su acercamiento a la zona costera.
En la edición impresa de El Telégrafo, página 27 de la Sección Sociedad, se atribuyó de manera textual la anterior información a la abogada Silvia del Campo y se la citó como Subsecretaria de Gestión Marina y Costera, cuando la funcionaria nunca dio esta declaración.
Además se la mencionó como titular de esa dependencia del Estado, cuando la titular actual es la abogada Daisy Cárdenas. Por la imprecisión de la noticia y la omisión de información relevante, pedimos disculpa, por medio de esta rectificación, al Ministerio de Ambiente y a nuestros lectores.