A pesar de su juventud (16 años), Inara Cortez es dueña de un carácter fuerte y sobre todo de un talento innato para la velocidad, especialmente en la prueba de los 100 metros vallas, donde el pasado sábado logró batir el récord sudamericano juvenil que lo mantuvo por 20 años la peruana Gilda Massa.     

Además del récord, Inara consiguió una de  las cuatro medallas de oro que Ecuador cosechó en las pruebas de atletismo en los Juegos Sudamericanos Juveniles de Lima.

Antes del viaje a Lima, Héctor Cedeño, su entrenador y a quien Cortez considera su segundo padre, en diálogo con diario EL TELÉGRAFO, aseguró que la deportista guayaquileña estaba preparada para no solo ganar la medalla de oro sino para establecer una nueva marca sudamericana.  

Inara entrena todos los días en la pista atlética del Estadio Alberto Spencer de Guayaquil, junto a otros atletas juveniles bajo la dirección de Cedeño, que además es su profesor de educación física en el colegio.

Antes de su viaje a Lima, la atleta batió en dos ocasiones la marca nacional de los 100 metros vallasLa atleta ecuatoriana llegó a Lima luego de conseguir la medalla de oro en los Juegos Nacionales Prejuveniles Morona-Pastaza 2013 para la provincia del Guayas, donde también rompió récord nacional.

En el mismo certamen ya había superado la marca sudamericana juvenil, pero no pudo ser homologada porque la competencia no contó con jueces internacionales.  

Sin mucho tiempo de descanso, luego de los Juegos de Morona, tomó un avión a Lima y luego de un día de descanso en la capital peruana estuvo lista para ingresar a la pista del estadio Miguel Grau del Callao, donde tuvo una dura final que la ganó con un tiempo de 13.6 segundos. “La competencia fue fuerte, me motivé al ver la salida de las competidoras en las rondas previas, por lo que me propuse dar lo mejor y logré la medalla”, aseguró Cortez después de la competencia.  

Cortez entrena todos los días en la pista atlética del estadio Alberto Spencer, de GuayaquilAl llegar a la meta, Inara solo miró al cielo y agradeció a Dios, en quien cree fervientemente y a quien representa, según ella lo declara: “estamos aquí representando a Jesucristo”. Además, para la velocista ecuatoriana su victoria fue una revancha personal, luego de que en el mundial de la categoría -su primera competencia fuera del país- no tuvo un buen desempeño. “En el mundial no llegue a la valla tres y los entrenadores dijeron que ya no servía y varios se burlaron, pero mi profesor me dijo yo creo en ti y eso me motivó a entrenar más fuerte”, indicó Inara.

Ahora Cortez, que dejó atrás la marca sudamericana, tiene otras metas inmediatas como Argentina a un sudamericano juvenil y si es posible un mundialito en Brasil.

Inara Cortez es parte de la delegación de atletismo que llegó a los Juegos Sudamericanos de la Juventud,  con el apoyo económico del Ministerio del Deporte.