Los clubes del mundo en la actualidad piensan en su futuro más que en otras épocas. Quieren tener en sus filas a los mejores jugadores del planeta y mientras más jóvenes sean, mejor. El seguimiento es constante a los futbolistas que les interesa y cuando éstos cumplen la mayoría de edad los contratan.

El principal argumento que tienen los elencos internacionales, además de asegurarse un futuro promisorio, es el bajo coste de los derechos deportivos de un futbolista juvenil. En el caso de los jugadores ecuatorianos representan menor inversión, que intentar hacerse con los servicios de un argentino o un brasileño. Y si el fichaje no resulta como el club desea, el gasto sería aún menor.

Por ejemplo, Carlos Gruezo fue fichado por el Stuttgart alemán por $ 2 millones, mientras que en Argentina aseguran que el jugador Ángel Correa, de 18 años de San Lorenzo, es el nuevo ‘Kun’ Agüero y su precio sería de $ 13 millones.

Este tipo de contrataciones se ha convertido en una constante en los últimos tiempos para el fútbol local. Juveniles han salido a Europa o a otros lugares a edades tempranas, contrario a lo que sucedía antes, cuando ecuatorianos ya formados tenían oportunidades de emigrar.

Ahora juegan en el exterior José Cevallos, Leonel Ramírez, Miguel Parrales, Josimar Quintero, Joel Valencia, Juan Cazares, entre otros.

Según Marcos Zambrano, agente FIFA, aseguró que la parte económica prima para que los europeos se empiecen a fijar en los ecuatorianos. “Aún existe esa imagen de que el ecuatoriano no se comporta bien. Por esa razón intentan ficharlos pronto para terminar de formarlos, no solo en la parte futbolística, sino también en la parte humana”, dijo.

Zambrano, que trabaja con el club Norteamérica, aseguró que constantemente recibe a emisarios de clubes como Chelsea, Chievo Verona o Porto, que llegan al país para buscar talentos. “Como aún no son mayores de edad, los ojeadores hacen un seguimiento a los jugadores que les interesan. Vienen cada tres o cuatro meses y si al final están convencidos, se los llevan. También les permiten hacer pasantías al club durante unos meses para que sientan de cerca el ambiente del equipo”, agregó el empresario.

Gonzalo Alcocer, asistente técnico de la selección Sub-17, destacó el crecimiento del fútbol ecuatoriano y que a partir de las clasificaciones al Mundial, el interés europeo se ha diversificado en Sudamérica. “Brasileños, argentinos y uruguayos eran los que más salían. Pero parece que ahora buscan otro tipo de mercado en el que están los ecuatorianos, colombianos o peruanos. Que la federación haya obligado a la inclusión de un jugador juvenil en cancha hizo que se crezca más en ese aspecto y la preparación es mejor de los muchachos”, contó.

Alcocer fue parte del proceso de la Sub-17 que se clasificó al Mundial de México en 2011, donde destacaron Gruezo, Cevallos, Ramírez o Johnny Uchuari. Mantiene un contacto continuo con esos jugadores después de que los tuvo cerca y ahora disfruta también del éxito de ellos fuera del país. “Si no tienen un equilibrio mental, tienden a sobredimensionarse cuando tienen un éxito en su carrera como llegar a la selección. Todos los que han salido han entendido que el nivel al que han llegado es producto del sacrificio. Nosotros los guíamos y ahora son gratos con nosotros”, agregó.

Lo que dice la FIFA
El reglamento de la entidad sobre el estatuto y la transferencia de jugadores, en el artículo 19 sobre protección de menores de edad, dice: “En regla general, según el párrafo 1 del relevante artículo, las transferencias internacionales de jugadores se permiten solo cuando el jugador alcanza los 18 años”.

Sin embargo, existen tres excepciones para contratarlo antes de la mayoría de edad: cuando los padres se trasladan al país del club por razones no relacionadas al fútbol; cuando la transferencia es dentro de la Unión Europea y el club le garantiza una formación deportiva y académica y cuando el jugador reside a una distancia de 50 km de la frontera nacional y el club está a esa misma distancia.

La experiencia de Parrales
Miguel Parrales tuvo que adaptarse de la calurosa Manabí al frío invernal que vive hoy Villarreal, ciudad al este de España y en la que es protagonista del club de fútbol del mismo nombre.

El año pasado, Parrales se probó durante tres meses en el Villarreal, club al que llamó la atención por su actuación con la selección Sub-20 y también con el Manta. “Sabía que esos tres meses eran fundamentales para mi futuro. Afortunadamente me fue bien y desde enero ya soy parte del club”, dijo en entrevista telefónica con EL TELÉGRAFO.

El manabita tiene seis meses de contrato con opción de compra y en enero disputó sus primeros partidos oficiales con el equipo juvenil.

El Villarreal fue la puerta de ingreso a Europa de Antonio Valencia y también de Jefferson Montero. Ambos empezaron sus andanzas en el ‘Viejo Continente’ por la Península Ibérica. “Ellos han dejado un gran legado en el equipo y los recuerdan con mucho cariño. Igual a Fernando Guerrero que tuvo un paso corto por aquí. Ahora yo quiero dejar mi huella”, manifestó.

Parrales vive en la residencia del club donde hay todas las comodidades. En lo futbolístico siente que ha mejorado su manera de definir y también una de sus mejores virtudes: el cabeceo.

El atacante comentó que los españoles ven con buenos ojos al futbolista sudamericano, por esa razón no ha tenido problemas para relacionarse. Parrales pretende ampliar, con su talento, los seis meses de contrato que tiene.

Datos

La regla del juvenil en cancha está vigente desde 2006, pero en ese torneo no hubo límite de tiempo para su actuación.

En ese torneo, Michael Arroyo fue el que más partidos disputó con 28 encuentros de 46 posibles con Emelec.

Se creó una polémica porque algunos entrenadores cambiaban a los juveniles en el primer minuto de juego.

Después se aumentó a 30 minutos la actuación del Sub 19 y luego a 45 minutos, regla que se mantiene vigente.

Argentina actúan cuatro juveniles: Juan Cazares, Abel Casquete y Danny Cabezas y Jairo Vélez.

Josimar Quintero, ahora en el Chelsea, actuó también en el Barcelona de España.