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Carlos Luis Ischia, DT del Deportivo Quito

Carlos Luis Ischia, DT del Deportivo Quito
11 de diciembre de 2011 - 00:00

“Como futbolista me gané malas miradas de los técnicos por participar en las charlas”

Carlos Ischia lleva 7 meses como entrenador de Deportivo Quito y consiguió llevar al club a su tercera final en los últimos cuatro años. Contó que su gran referente como DT es Carlos Bianchi y en su juventud anheló ser contador público. Sin embargo, el fútbol pudo más. Debutó a los 17 años.

¿Cómo descubrió el fútbol en su infancia?

Desde chiquito. Siempre me atrajo correr atrás de una pelota y tengo raíces. Mi papá (Carlos) había sido futbolista en Italia y lógicamente que eso ya estaba en mi sangre. Mis tíos también jugaron allá. Es una tradición familiar y le tomé el gusto desde muy chiquito. Mi hijo (Junior) es jugador de fútbol también.

¿De qué manera describiría su infancia en Isidro Casanova?

Realmente muy bien. La zona donde nosotros vivíamos era muy humilde. Cuando llegamos allá yo ya tenía 4 años y medio. Si no me olvido, en la manzana de terreno había tres o cuatro casas. Cada vez se fue llenando y hoy en día no hay un lugar libre ni de casualidad. Fue un barrio que se fue haciendo y fuimos parte de ese crecimiento. Con calles de tierra, con asfalto pobre, pero con mucha felicidad. Los chicos que vivíamos por ahí teníamos enormes lugares para jugar fútbol.

¿Qué significa en su vida el equipo Capotito Fútbol Club?

Fue mi primer equipo, era de barrio, en  el que el papá de un amigo, “don Cacho”, era el técnico. Él nos empezó a dar las primeras enseñanzas de cómo jugar. Él nos compraba las camisetas, las medias, los pantaloncillos. Nos llevaba a jugar torneos. Fueron varios años, desde los 6 hasta los 12, y cuando “Don Cacho” falleció -por un accidente de tránsito-, entre los chicos decidimos terminar con el equipo, porque no queríamos que nos dirigiera otra persona.

Durante un tiempo de su carrera, usted estudiaba, trabajaba y jugaba fútbol. ¿Cómo hacía para cumplir con todo eso?

Me quedaba muy poco tiempo. Fue una época de esfuerzo y sacrificio. Cuando terminé la escuela secundaria, empecé a trabajar en la oficina de personal de un frigorífico. Trabajaba 8 horas diarias, de seis de la mañana a dos de la tarde. Rápidamente, iba a Chacarita para entrenar, de 15:30 y 17:30, y a las 18:00 entraba al profesorado de matemáticas que lo hice durante un año. Un año muy agitado, pero uno era joven y le daba el tiempo para todo.

¿Por qué eligió seguir el profesorado en matemáticas?

Mi carrera hubiese sido contador público. Siempre me gustaron los números, la contaduría y todo lo relacionado. Pero no tenía tiempo para estudiar esa profesión, porque debía ir a la mañana, a veces en la tarde. Una de mis hermanas es profesora de matemáticas. Cuando le dije que me gustaba, me incentivó para hacerlo, pero en el transcurso de ese año no tenía tiempo al estudio e hice un paréntesis, que iba a ser de dos años, de acuerdo a como me iba  en el fútbol. Eso había acordado con mis padres, pero al mes de eso debuté en primera división y  empecé mi carrera como futbolista.

¿Cómo manejó el hecho de jugar en posiciones distintas, como lateral derecho y como volante?

Yo era volante derecho, pero como era chiquito y flaco, me ponían de lateral derecho. En primera debuté en ese lugar y me fue bastante mal, pero a los 17 años no iba a desaprovechar esa oportunidad. Después alterné entre la reserva y mi división (Sub 18). En 1976 me incorporé definitivamente al equipo de primera, de marcador de punta, pero después me pasaron a mi posición de volante y no me moví nunca más de esa posición.

¿En qué momento se dio cuenta que  iba a ser entrenador?

Antes de empezar a jugar. Me apasionaba mucho, veía partidos, me enteraba de jugadores. Tenía mis  futbolistas armados en cartón y hacía mis campeonatos y torneos, organizaba las tácticas.

En mi carrera deportiva siempre me gustó participar mucho de las charlas técnicas de los entrenadores, dar algunos conceptos. A veces rebatía algunas cosas que decía el técnico y que yo no estaba de acuerdo, con respecto a las características de un jugador o de la forma y el sistema.

Me valió algunos inconvenientes, no mayores, pero sí malas miradas de los entrenadores, pero no iba a cambiar nunca mi forma de ser. 

¿Quiénes son sus referentes como entrenadores?

Yo trabajé 9 años con Carlos Bianchi como ayudante. Lo que él expone en su trabajo diario es muy lindo de poder imitar y copiarlo, porque es un tipo 100% profesional, muy trabajador, que cuida todos los detalles.

Lógicamente, que cada uno tiene su estilo y su perfil. Después de los técnicos que tuve, del que guardo un recuerdo muy bueno y siempre me gustó su vocación y su forma, es de César Luis Menotti. Lo tuve en la selección y me dejó muchas enseñanzas en el poco tiempo que tuve, porque por lesiones me quedé fuera del Mundial 82. 

Tengo otros como Roberto Saporitti, Jorge Solari, Gabriel Ochoa, Toto Lorenzo. De todos uno saca cosas buenas. De varios vi cosas que no agradaban. No me gustaba que se cree malestar al jugador.

Su hija Ninca estudia periodismo, ¿le ayuda ella a comprender a los periodistas y los medios?

No, yo llevo 40 años en este medio. No hace falta que ella estudie periodismo para que me diga cómo es. Yo sé que hay periodismo bueno y malo, algunos malintencionados. A ella le digo que tome la profesión con mucho cariño, que trate de no hacerle mal a nadie, tener su opinión personal que es lo más importante y no quedarse cuando las cosas no le salgan bien.

¿Cómo es para usted vivir aquí?

Yo estoy acostumbrado a vivir afuera. En mi etapa de jugador estuve 5 años en Colombia, estuve un año en Italia, luego de nuevo en Colombia como entrenador, estuve casi un año en México y ahora 7 meses en Quito.

Me siento bien, porque desde un principio me han tratado muy bien, la gente es muy cordial y respetuosa, mucho más respetuosa que en mi país y eso te amaña (acomoda). Estoy tranquilo y ojalá me pueda quedar, como parece ser, todo el año próximo. Es una ciudad que nos gusta, estoy contento y conforme.

¿Cómo mira la final entre su equipo y Emelec?

El partido es difícil. Llegaron los dos equipos que hicieron más méritos en el año, ellos en el primer semestre y nosotros en el segundo. Emelec es un gran equipo que tiene muy buenos jugadores y el Quito también tiene excelentes jugadores.

La regularidad pasa más que nada por la capacidad de los jugadores y del plantel. Lo que uno pudo haber hecho o trabajado sería difícil si no se contara con buenos jugadores.

El “Pelado” no variará el sistema que repitió en la segunda etapa

El DT de Deportivo Quito, el argentino Carlos Ischia, utilizará una formación que repitió mucho en la segunda etapa y que lo llevó a la clasificación a la final del torneo contra Emelec. La formación será con: Marcelo Elizaga; Pedro Velasco, Luis Checa, Jairo Campos, Isaac Mina; Juan Carlos Paredes, Oswaldo Minda, Álex Bolaños, Luis Fernando Saritama; Maximiliano Bevacqua y Fidel Martínez.

El capitán del club, Saritama, dijo que la final será sumamente pareja. “Creo que no hay favoritos. Nosotros terminamos la segunda etapa con mejor ritmo, pero es simplemente una circunstancia. El favoritismo se lo va a marcar después de que terminen los primeros noventa en Guayaquil”, dijo. Ayer por la tarde, el equipo quiteño llegó a Guayaquil para jugar la final.

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