Cuarenta millones de argentinos rezan al papa Francisco para que Lionel Messi se apodere del espíritu del Diego Armando Maradona de México 1986 y que un milagro ilumine a su defensa para levantar por tercera vez una Copa del Mundo.

A casi cuatro meses del comienzo del Mundial de Brasil, la preocupación crece entre los fanáticos argentinos que ven cómo su megaestrella del FC Barcelona, sacudida por lesiones en los últimos tiempos, luce entre abúlico y malhumorado en el Camp Nou, como en el pasado se lo veía con la camiseta ‘albiceleste’. Y se preguntan cada vez más por qué el ‘Jugador del Pueblo’, como llaman a Carlos Tévez, figura y goleador de la Juventus, no es tenido en cuenta por el entrenador Alejandro Sabella.

Nadie duda de que la selección argentina es candidata para alzar el trofeo. Tiene, para muchos, la ofensiva más poderosa del mundo, con Messi a la cabeza, secundado por la figura del Manchester City de Inglaterra, Sergio ‘Kun’ Aguero; el goleador del Nápoli de Italia, Gonzalo Higuaín; y el volante ofensivo del Real Madrid de España, Angel Di María. Ellos son los ‘Cuatro Fantásticos’ en los que se recuestan todas las esperanzas de la nación futbolera austral.

“Tenemos opciones de ganar el Mundial si están en su mejor forma los cuatro de adelante”, grafica a EL TELÉGRAFO Jorge Trasmonte, prosecretario de Redacción del diario deportivo Olé. Pero “poner juntos a esos cuatro jugadores, que es lo que todos pedimos (periodistas y aficionados), implica tener una defensa menos protegida, muy dependiente de la capacidad individual de sus componentes para resolver situaciones de peligro. Y es obvio que Argentina no ha producido jugadores de mitad de la cancha hacia atrás con las capacidades de las que tiene en el campo rival”, resume.

El caso más emblemático es el arquero. El titular en Sudáfrica 2010, Sergio Romero, quien atajó en las eliminatorias, es suplente en el Mónaco francés. Su habitual alternante, Mariano Andújar, recuperó la titularidad en las últimas fechas en un débil Catania, hundido en el descenso en el Calcio. El tercer portero es del fútbol doméstico: Agustín Orión, que juega en Boca Juniors.

La defensa titular no brinda grandes garantías. Federico Fernández (Nápoli), Ezequiel Garay (Benfica), Pablo Zabaleta (Manchester City) y Marcos Rojo (Sporting Lisboa) son vistos con desconfianza por los aficionados. “Esta defensa y estos arqueros nos pueden mandar de vuelta del Mundial, pero es lo que hay. Y habrá que confiar en el poderío atacante que quizás nadie más tiene, para hacer más goles que los que nos hagan”, dijo Trasmonte. En la banca las cosas no son mucho mejores: Hugo Campagnaro (Nápoli), José Basanta (Monterrey) y Nicolás Otamendi (Atlético Mineiro) no hacen la diferencia. En la mira está ahora Lisandro López (Getafe).

Con este panorama, toda la responsabilidad recae en los pies de Messi. Pero las últimas lesiones del astro del FC Barcelona encendieron la alarma. También estuvieron lesionados Higuaín y Agüero, quien reapareció el domingo pasado en la final de la Copa Inglesa después de un mes fuera de las canchas.
“Las lesiones surgen de la altísima exigencia atlética del fútbol de élite, sumada a la frecuencia de compromisos que a menudo impiden el reposo y el tiempo de curación que una dolencia requiere. Es para preocuparse porque, además, en los años de mundiales, los jugadores con expectativas de ir tienen una sobrecarga psicológica y porque no alcanza con tener grandes jugadores: tienen que llegar al momento justo en su mejor estado de forma”, señaló Trasmonte.

¿Y Carlos Tévez? Sabella ya decidió bajarle el pulgar a un futbolista que es hoy la gran figura del ‘calcio’ italiano, donde es goleador de la Juventus, líder del campeonato. ¿Pero por qué no lo convoca? “Los italianos no entienden cómo Tévez no está en la selección”, se cuestiona el excentrodelantero ‘albiceleste’ Hernán Crespo.

Trasmonte va más allá. “Porque Tévez es, por su constitución psicológica y el tratamiento de su entorno, un número 1. Y la selección ya tiene número 1. En el juego todo se puede discutir, pero en el grupo Messi es el número 1 indiscutido y Tévez no se resigna a no tener ese lugar. Y Tévez no es alguien dispuesto a ceder posiciones en función de otros compañeros, no es dócil si no juega de titular, quiere jugar de 9 sin tirarse a los costados. Y aunque el grupo no lo dirá públicamente, no le han caído bien las actitudes de Tévez. El que entre a un grupo con riesgo de alterar su armonía tiene que hacer una gran diferencia. Sabella no tomará ese riesgo”.

Pero Messi no parece estar en su mejor forma después de las dos lesiones casi consecutivas que sufrió en los últimos meses y que lo dejaron varias semanas fuera de las canchas. “Messi no está exento de lo que ocurre en el FC Barcelona, un equipo que durante un tiempo estuvo tres a cinco goles por encima de casi todos los rivales y que ahora tiene que sufrir más para ganar sus partidos. Él parece abúlico cuando pasa largos segmentos de partidos sin intervenir, sin que le llegue la pelota, algo que durante un buen tiempo le sucedía en la selección argentina. Messi se activa con el juego, con la participación; y cuando la pelota no le llega, parece abúlico, malhumorado. Cuando se mete de lleno en el juego no lo veo nada abúlico”, analizó Trasmonte.

Los aficionados entonces piden ayuda a un compatriota con cierta influencia. “Francisco, hacé lo tuyo”, le claman al Papa. “Que Messi no se lesione, que los delanteros estén iluminados y que siempre hagan más goles de los que nos metan. Ah, y que ganemos la final a Brasil”. Casi nada...