Cuenta  Santiago Caicedo que  el sojukay es el primer arte marcial creado en Ecuador y es una asociación de fuerza y suavidad, basado en las características físicas de los ecuatorianos. Caicedo practicó desde los 5 años una variedad de artes marciales, entre karate, muay thai y kick boxing y además,  con su título de licenciado en Educación Física, hizo un análisis para lanzar su propia disciplina deportiva.

“Vi que el Ecuador necesitaba un arte marcial con un sistema pedagógico, una filosofía propia y una manera de trabajo con técnicas marciales diversas, contó el fundador del sistema de defensa personal.

Alrededor de 15 años duró la investigación previa para conformar el deporte y en 2005 surgió el sojukay,  la asociación de la fuerza y la suavidad. La palabra es la mezcla de una ideografía japonesa y una palabra quechua que significa “lo más excelso, lo más exacto”. Esas virtudes se intentó plasmar en los movimientos, en la técnica y en el ideal que promueve la disciplina.

El inicio fue lo más complicado, al tratarse de una actividad nueva, pero por  sus propios medios empezó a hacerse conocida. Incluso a nivel internacional tuvo propuestas para hacer demostraciones. Sin embargo, lo económico complicó la visita de los deportistas. Pero en 2010 el Ministerio del Deporte mostró interés  y les brindó recursos para mejorar las condiciones de la realización del sojukay.

Actualmente es un deporte reconocido por el Ministerio y su fundador intenta formar la federación ecuatoriana de sojukay, pues ya cuentan con 7 clubes en Quito e intentan ampliarse a otras ciudades. “Ha existido una gran acogida de la gente y hemos ido a ferias deportivas en otras ciudades. Queremos convertir esta actividad en un deporte de exportación”, contó.

Santiago  ha definido  al deporte como “un sistema de defensa personal para controlar las emociones y motivar”. Con su experiencia en el campo educacional y deportivo, Caicedo integró la técnica de varias artes marciales para sumarlas a su proyecto. “No solo ayuda  en situaciones de defensa física, sino que también es un respaldo a nivel emocional, lo que hace una persona más regulada y analizante”.

El sojukay está dividido en dos para la forma de enseñanza: en primer lugar,  es  para defensa  personal, salud o recreación;   en segundo,  para alto rendimiento y competencia. Al estar regulado por la asociación internacional de artes marciales, los niveles también se miden por cinturones, del blanco al negro.

Las características básicas del sojukay son sus movimientos circulares con las manos y los desplazamientos en diagonal y hacia los costados, nunca hacia adelante para evitar el contacto directo, ni tampoco para atrás.
Roberto Reyes, de 16 años, tiene dos años practicando sojukay y hoy es ayudante del entrenador principal. “Me enteré de este sistema de defensa personal en el colegio, probé y me gustó. 

Más que un deporte lo considero una forma de vida y una manera de poder solucionar problemas con calma, antes que con la fuerza”, aseguró.

Para intentar masificar esta actividad deportiva  algunos colegios, como el Isaac Newton, Intercontinental y Pensionado Universitario, la han acogido para motivar a los estudiantes.

Poco a poco, el sojukay intenta hacerse un espacio entre los deportes ecuatorianos. Su fundador sueña    con que su creación llegue a ser reconocida en otros países y trabaja incansablemente para perfeccionar la técnica y fortalecer la filosofía de este arte marcial hecho en Ecuador.